"Hay un corazón que palpita dentro de mi caja torácica,
hay dos pulmones que se expanden y encogen
hay aire y gas dentro de mis entrañas
y hay deseos que no sé por donde andan".
"Hay un corazón que palpita dentro de mi caja torácica,
hay dos pulmones que se expanden y encogen
hay aire y gas dentro de mis entrañas
y hay deseos que no sé por donde andan".
Yo no quiero medallas de oro y plata
ni reconocimientos póstumos
ni estatuas con pedestal en medio de una plaza,
me llega con lo que hasta ahora, he recibido.
No quiero excesos efusivos y profusos
ni tener un desfile en mi honor
ni que nadie llore sin que yo le importe.
Yo quiero el amor sincero
el beso apasionado
el abrazo con sentimiento
el apoyo del compañero
y una voz en off que me diga
¡te quiero!
Te dije que te quería como a nada en el mundo, pero el mundo es un lugar limitado y por tanto mi querer no es infinito. Por eso, el amor siempre se acaba. Pura lógica de mierda y aunque el amor en la lógica no entra, ni nunca deberá entrar. Lo que te enamora de un día para otro, te desenamora al año siguiente. El amor se mide en meses o a lo sumo en años, pero en pocos años, después de esos pocos, vendrán años que seguirán ahí por pura inercia y porque uno se acomoda a que las cosas le vengan dadas. Es fácil seguir la inercia de lo que has empezado y porque la inercia siempre va en pendiente hacia abajo. Igual que uno piensa que el amor puede ser infinito, también debería pensar que el desamor puede ser infinito y entonces todo este tema, lo dejamos en tablas o en empate. Nadie es lo que piensa que va a ser y cuando estás arriba, piensas que llegarás al máximo de todo y cuando estás abajo, pensarás que va a ser al revés. Nadie necesita de nadie, aunque un poco sí se necesite y porque nadie es libre como el viento, ni nadie es completamente autodependiente.
Yo ahora, amo la soledad. Pero es de suponer que la amaré durante unos pocos años y hasta que llegue a la siguiente etapa. Yo por arriba o más o menos, cifro mis etapas, cada 10 años y podría dividir mi vida en períodos de 10 años. Así mentalmente, en cada período de 10 años he tenido mis cosas diferentes, mis preferencias que fueron cambiando y hasta mis lugares donde he ido viviendo y hasta mis amigos que no tuvieron mucho que ver los unos con los otros. Nunca fueron etapas o ciclos completamente cerrados y han sido etapas evolutivas y que han tenido algunos puntos en común, pero que su característica es que han sido diferentes en lo fundamental. Por tanto entre una etapa y la otra, siempre hubo un hachazo por el medio y ese hachazo es lo que caracteriza cada nueva etapa.
Por ejemplo ahora estoy cumpliendo otro ciclo que empezó a los 56 años y van 12 años (ahora tengo 68) y ésta vez el hachazo ha sido que llevo varios años amando a la soledad. En la última travesía me veo navegando yo solo y no lo digo en plan bravata y porque a éstas alturas de mi vida, me importa una mierda el sentirme el héroe de la película. Cuando tenía 20 años a lo mejor colaba la cosa y porque te sobraba tiempo para tirarte faroles y para más tarde, desmentirlos. Pero ahora, que no tengo ni tiempo como para cagar tranquilamente...como voy a andar haciéndome el valiente y el engreído. Mirar ahora mismo me veo, yo sólo contra todo o a favor de todo y viento en popa y a toda vela. Uno, sabe muy bien como está y que fuerzas le quedan y lo único que puede prevenir, es que quizá dentro de un mes o un año o una década, hayan cambiado sus condiciones vitales y entonces puede ser que uno tenga que relativizar lo de la soledad. Pero de momento, ahí estamos y eso es lo importante.
¡Hola!. Soy la madre Teresa de Calcuta y soy santa y porque vosotros sois unos santos gilipollas que os llegásteis a creer que existen madres Teresas de Calcuta. Hay que reconocer que la tipa vendió bien su papel y como cuidadora de los pobres parias que se extienden por la tierra. Claro que cuando realmente se vió apurada a nivel vital (una cardiopátía y una neumonía), no se quedó en una de esos hospitales que ella creó para los pobres y no señor, ingresó en un hospital hecho para los ricos y con los mejores aparatos posibles. Cuando uno piensa que se está muriendo es cuando se le ve realmente el plumero. Pero bueno, en este mundo lleno de hipócritas aduladores, a este hecho lo pusieron de perfil y así siguieron su perpetua adulación y adoración. Habría que verla puertas adentro y como realmente se lo montaba. Yo de ese cuento no me creo ni la mitad. Pero no solo me pasa con ese cuento, con millones de cuentos ejemplares y santificados, me pasa exactamente lo mismo. Yo reivindico lo humano, pero no reivindico lo que se disfraza como humano o como ejemplo de humanidad.
De todas formas, a mí me da igual la madre Teresa de Calcuta y porque cada uno es muy libre de creer en lo que quiera. Como decían o reclamaban esos falsos vendedores de la libertad que en los tiempos más negros de la pandemia, se ponían a reclamar que todas las medidas encaminadas para parar el contagio masivo, eran medidas coercitivas y que iban en contra de nuestra libertad individual. ¡¡¡Uyyy!. hoy no podré ir a la playa a pasear mi belleza y respirar aire puro al lado del mar. Y como me podéis obligar al uso de mascarilla y porque obligar me coacciona y capa mi libertad. Pues será verdad que existen los que en cambio de cerebro tienen dentro de su cabeza, mendrugos de pan o piedras blancas y calcinadas y que les ocupan demasiado espacio para poder pensar. Será verdad que todos estos seres individualistas hasta su médula tienen en común su imbecilidad. ¿Estúpidos o imbéciles? y al fin y al cabo ¿que más da?.
Me dieron un trozo de pan para el resto del camino
me dijeron, de aquí sales
y hasta donde llegues, es tu problema.
Salí al mundo
buscando otros mundos
pensando que si yo iba creciendo
los demás, lo harían conmigo
y ¿cuantas veces miré atrás?
aunque en algunas otras,
tuve que mirar hacia delante
y porque me había quedado rezagado.
Pero ahora mismo
y con esa visión que me concede la voz de la experiencia
tendría que decir
que he nacido cien años después,
en mi mundo no hay hambre,
ni guerras, ni esclavos, ni maltrato
quizá el gran problema sería
que cien años después nos queremos demasiado.
"Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos,
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se viste...
Por eso,
cada vez que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
«Es la higuera el más bello
de los árboles todos del huerto».
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez, a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo le cuente:
¡Hoy a mí me dijeron hermosa!"
Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...