NORMAL, ANORMAL Y PARANORMAL


   

     
        Ahora con la perspectiva que da ver la vida desde la lejanía y con ese poso que te dan los años, es decir, vista la vida con el prisma del paso de la apisonadora de la edad y desde esas ganas entusiastas que tengo de descifrar los misterios que me he ido encontrando, yo llego a preguntarme, si a mi vida le tengo que poner un sello, un sello que resuma si he tenido una vida normal o anormal o paranormal. En definitiva si me he desenvuelto dentro de los parámetros de la normalidad o fuera de ellos. El que ponga un sello u otro, es un juego, pero un juego que me puede ayudar a saber por donde me he movido. Si concluyo que mi vida fue normal, entonces la anormal o paranormal fue la vida de los demás, pues parto de un principio irrefutable, mi vida no se parece en nada a la de los demás o mejor dicho y para ser exactos, en muy poco. Y al revés también vale o sea, si mi vida estuviera fuera de lo normal, la de los demás sería normal.

A veces tiendo a pensar que yo fui normal, pero muy movidito, desde luego, tranquilo y sumiso, nunca lo fui. Y en otras ocasiones tiendo a pensar lo contrario, es decir  que nunca fui normal y siempre me salí por la tangente de que se me iba presentando. Para mí tiene más peso ésta última teoría, pues me encanta salirme por la tangente y además, siempre disfruté con ello y como un jabato. Y ya no digamos moverme en el filo de la navaja y hacer todo tipo de equilibrios y componendas, eso me apasiona y me apasionó desde siempre. 

Claro que estos son juegos peligrosos y no siempre uno está en plena forma para poder desarrollarlos. Si uno está bien, ¿qué le importan los límites establecidos?, pero cuando uno está mal, si importan mucho. Si yo me encuentro en mi salsa y con esa aptitud vital que ahora yo tengo, los límites me los paso por el forro y al final, conseguiré mantener mi pabellón particular bien en alto. Pero cuando uno está ahí arriba, por el camino te vas forjando enemigos, pues a veces hay personas que mal interpretan tú forma de ser y les resultas provocativo y hasta hay personas de tu entorno habitual se reviran contra ti y porque piensan que eres un puto engreído. Hay mucho componente de envidias y de bajos resentimientos y todo eso (como todos sabemos) se acumula en el área del resentimiento. Después, se ponen a esperar el momento en que entras en la zona de debilidad y para asestarte un buen palo en la nuca o un buen golpe mortal o un mejor golpe definitivo.

Esto que describí anteriormente lo he comprobado in situ y me pasó varias veces, y para mi la más evidente de todas fue cuando fui estudiante en Santiago. De aquellas era un tío que irradiaba y me mostraba seguro de mi mismo, con aires de líder y de mangonearlo todo. Y me forjé buenos amigos, pero también unos cuantos enemigos, enemigos que yo ni sabía que los tenía y que sólo estaban esperando el momento propicio que darme el golpe mortal. Y llegó ese momento (porque tenía que llegar) y fue cuando dejé mis actividades revolucionarias y sus moviditas y porque se me cayó el sombrajo, pues no me quedó otra, que enfrentarme a mi propia realidad y que era bastante desastrosa. Acumulaba asignaturas pendientes y de varios cursos y aquello se me puso cuesta arriba. pero lo hice, me enfrenté con uñas y dientes, y a pesar que por el medio algunos antiguos compañeros y algún amigo que parecía amigo, tomaron venganza y se cebaron conmigo.

¿No eras tú el que ibas a solucionar el mundo? y ¿Donde están tus camaradas y amigos?. Lo de los amigos tampoco era así, porque más o menos los conservaba, pero los camaradas habían huido como ratas de aquél barco hundido que se iba al fondo del océano. Y me dolió y claro que me dolió y me hizo daño y tanto daño me hizo, que incluso ese dolor me ayudó a hundirme más, en la ciénaga en la que me sentía inmerso.

Y no exagero nada, así fue y así lo viví. Cuestión vengativa fue mucha y de resentimiento mucho más que mucha. Aún a posteriori, traté de entender porque creé tanto resentimiento y varias veces me puse en el papel de mis enemigos escondidos y pude sentir que sí, que pude haber hecho daño y aunque no fuera mi intención. Pero esas cosas no se remedian con venganzas tontas y sanguinarias, pues yo me levanté de nuevo al cabo de unos cuantos meses y por fin entendí que habían sido otros tiempos y punto y además, salvé los muebles que no del todo se habían hundido. Y si a alguno me llevé por delante en esa época, pues fueron bajas colaterales y que se jodan y se retuerzan en su puta envidia.

Lo que yo realmente pienso, es que cuando estoy bien, soy un tío que irradia bastante y que imanta (hasta cierto punto) a las personas que tengo alrededor y no lo hago a base de estrategias y tácticas, lo hago con la naturalidad que me han concedido. No pienso desaprovechar esa especie de cualidad y además, la pienso exprimir hasta su última gota. Lo malo y como dije antes, es cuando empiezo a bajar mi tono vital. Al principio, no quiero reconocer que estoy bajo mínimos y entonces tardo demasiado tiempo en darme cuenta de que estoy hecho unos zorros. 

En fin y concluyo, en el fondo me da igual ser normal, anormal o paranormal, me importan las tres cosas un pito. Y el saltarme las reglas, para mí sólo tienen dos límites: uno, que no me joda demasiado mi vida y la otra, es que traigan consecuencias sobre mis hijos, entonces apago y me voy y me vuelvo al punto por donde salí por la tangente (lo tapo, lo pego y pongo cara de que aquí no ha pasado nada). Aparte de éstas dos cosas, lo que me importa más y por encima de todo, es seguir sintiendo con la misma intensidad que ahora siento y si para ello es imprescindible saltarse las reglas, yo seré el primero en saltármelas y que el mundo explote y que por mi se vaya a tomar por el culo. (ye dije que todo esto es relativo si yo me estoy jugando el cuello de verdad o son mis hijos las posibles víctimas)

SOLIDARIDAD (Gloria Bosch)


Te escribo en esta mañana de viernes
con la compañía de mis objetos cotidianos.
Hoy aterrizaron en casa dos visitantes nuevas
que inundaron de sorpresa mi rutina.
Miré al techo buscando una respuesta
y me acordé del cielo ampurdanés y de tus ojos
pero solo encontré una mancha amarilla en el techo
y dos gotas inmensas con música de fondo.
Coloqué algunos cubos y me quedé observando
las goteras resbalaban por mi rostro
y sentí que el techo, en un acto solidario,
se desmoronaba despacio, despacio.
En este viernes irrespirable
una llamada tuya bastará para sanarme.


ME PUEDEN MÁS LOS INSTINTOS

 


Sonrío bajo la lluvia.

De ortigas y espinas me visto y me adorno cada mañana.

De gris pálido quedo sino veo la luna.

Codo con codo y diente con diente

y siempre y siempre... avanzando septiembre.

No hay quién pueda dormir

con el gato que araña mi estómago,

ni con ese monstruo que acecha en el techo.

No hay ruidos más allá de mis propios ecos,

ni hay más exabruptos fuera de mi cueva.

Yo, repito,

yo sonrío bajo la lluvia,

sonreír cuesta muy poco,

y al llover me crecen los dientes,

en fin, que no entro dentro de mi propio cuerpo.

Concluyo:

me pueden más los instintos 

y las ganas de comerme el mundo.


HISTORIAS DE UN SEPTIEMBRE DE SOFOCANTE CALOR

 

Hoy no estoy contundente ni estoy al dente...hoy estoy suave como la seda nueva. 

Bueno, estoy envuelto en capas de sudor y porque ha vuelto el calor de los cojones. En la vida, que poco dura la alegría. Hoy estarán contentos los que quieren tener la caldera a tope y a 200ºC. Supongo que no se puede tener todo y al mismo tiempo querer una claridad meridiana y apabullante en la cúpula de los cielos y a su vez querer conservarse en fresco y en frío (pero no en rigor mortis) y mojado por la hermosa lluvia que debía caer en un mes como el de Septiembre. 

¿Quieres estar mojado?...pues vas a estar mojado en tu propio sudor y en capas superpuestas en capas de cebolla sudada. Las gotas caen de mi cabeza y se deslizan como pequeñas culebras por mi cuello y para acabar muertas, en la tela de mi camiseta. Al final, acabo  todo pringoso y sudado. Menos mal que gasto más pasta en desodorantes que en el propio comer y por eso tengo ese seguro a todo riesgo, contra el asqueroso olor del sudor.

Es como el otro día cuando estaba desayunando en el bar (como hago siempre y todos los días) y estaba saboreando como un loco (como lo que soy) mi rica tostada de jamón serrano con aceite de oliva virgen y con tomate restregado. Pues pasó que de repente me llegó un tufo a sobaco reseco y podrido, que tuve que contener las arcadas como mejor pude. Y el caso es que el menda del puto sobaco, estaba a varios metros de mi, pero no había duda en el asunto mi querido Watson... porque cada vez que levantaba un poco su brazo podrido extendía su podredumbre por toda la barra del bar. Pero observé las demás caras y para ver si había alguien más en la barra con cara de vómito, pero no encontré un alma gemela y pensé, ¿seré yo el puto susceptible de los cojones?.

La duda aún la tengo encima y hasta puede que ellos (los demás) tuvieran callo y por eso de alguna forma, puede que estuvieran más hechos a ese tipo de pestilencias. Bueno, tengo que aclarar que lo mío con los olores es medio paranoico y por un buen y agradable olor me dejo llevar al fin del mundo. Ahora bien, como se me atraviese el olor de una persona (sobre todo, el corporal), esa persona acabará a su vez, siendo crucificada en mi mente. Pero para que pase eso, me tiene que pasar lo mismo que el otro día cuando estaba en pleno acto de desayunar y que ese mal olor sea tan fuerte que provoque en mi náuseas y vómitos cuasi incoercibles. 

Vamos a ver, tiene que ser un olor condensado y bien alimentado con mucho esmero y con mucho celo. Tiene que ser denso y espléndido con su asqueroso arma y para ello esa persona, ha puesto todo su empeño en no lavarse durante unos cuantos días o semanas (hay casos, de meses o años). Sería algo parecido al denso olor a poza negra, que para mi es el olor que encabeza esa lista más negra. El primer olor del ranking, el olor a poza negra. El segundo, el olor a sobaco reconcentrado. Y que decir del olor del sobaco bien mezclado con el hilo sintético con el que se hacen muchas prendas hoy en día. Pues pasa lo mismo que con las plantas en los invernaderos, pero en éste caso, los que crecen bestialmente son los hongos, bacterias, nísperos y nidos de golondrinas que a su vez, se colgarán de los rizados y flexibles pelos del sobaco. Ellos fermentarán entre la selva húmeda y a su libre albedrío.



Carmen Laforet


  

"Hay una buena cantidad de nada en la vida y hay que saber dejarla atrás".

Ismael Serrano


Cae de madrugada una tormenta
un collar de perlas se rompe sobre el tejado,
luego el estruendo que agradece la hierba.
Parece no pasar nada y las piscinas pierden agua,
se deshacen con crujidos los corazones y los hielos,
tinto de verano y los presidiarios juegan al mus
con banqueros, contables y esquiadores.
Parece no pasar nada, pero dentro de los coches
hay quien llora, no habrá playa que consuele,
ni azul al que mirar mientras se jura,
mañana lo dejo todo, no regreso.
Parece que sólo se oyen ventiladores
negando lentamente ante una cama,
pero la noche es un rumor de maldiciones,
el futuro, un bisturí que abre las almas,
nos recuerda que un día fuimos otros.
Podría parecer la calle desierta,
aún cuando los taxis recorren el asfalto,
devolviendo a sus casas ya de día,
a trasnochadores sin sauces blancos
en cuya corteza dibujarían corazones rotos.
Queremos creer que la tormenta
podría haber limpiado las aceras,
arrastrado los pétalos arrojados, las guirnaldas,
los restos de la hoguera en que ha ardido
los rosales sin agujas de la infancia,
los pinares al pie de acantilados,
el primer amor, atardecer frente a la costa,
y la mentira de reencontrarnos
un verano que no tendremos.
Todo está pasando en este instante.
La derrota. La venganza. Los amores.
Ahora. Tras la noche y su tormenta.
Seguimos alerta los cautivos,
los que abrazan la luz de las ventanas,
los que beben el agua de los charcos,
los que comen la vida a dentelladas.
Seguimos hambrientos y sonrientes
pues sabemos que esta nada es apariencia.
Bajo el barniz dorado de esta calma
rugen las voces un dormido que despierta.

El viaje definitivo (Juan Ramón Jiménez)


… Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
mi espíritu errará nostálgico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.

LOS ILUMINATI


¡¡Buenos días!!. Hoy es Miércoles y podía ser un día grande, que lo es, pero yo lo quería más grande y porque últimamente me encuentro muy exigente y ya no pido, exijo y por supuesto, exijo lo mejor y más bonito. Y es que por pedir que no quede y eso que tengo todos los vientos a mi favor y viento en popa y a toda vela, pero ahora el viento me hace cosquillas y lo que necesito es alimentarme de huracanes y ciclones. El cuerpo me pide marcha y buenos alimentos y yo le doy cosas y cosas, además de muchos sentimientos, pero mi cuerpo es voraz como las pirañas y quiere guerra donde la paz impera. Yo soy así de voraz y sé porque me pasa eso porque no tengo medida y lo que quiero lo quiero dos veces y lo que amo me lo como con papas y con una deliciosa ensalada.
Y hoy es día 2 de Marzo y no sé que coño pasó en un día como el de hoy, pero algo importante pasó seguro y porque todos los días tiene antecedentes históricos. No sé, quizá en un día como el de hoy, alguien venció en una batalla y lo contrario o sea, que la perdió, pero las pérdidas no se celebran y no sé el porqué. Pues realmente pasa que todos aprendemos a base de batallas perdidas y bla, bla, blá... y resulta que después nadie quiere recordar esa derrota. Y así, nos vas por la vida y hoy leí en la prensa local que va aumentando el número de hipotecas y me dije: señores no me toquéis los cojones y porque no habéis aprendido nada de nada.
Es decir, mejora un poco la economía, que tampoco es para echar cohetes y la gente se pone a comprar y a lo loco. Claro que yo me pregunto: ¿y que es lo que hemos aprendido?, porque resulta que salimos escaldados con la puta crisis de mierda... y miseria y desahucios y más miseria...Y yo ante esto, había sacado la conclusión, de que si volviera a nacer jamás de los jamases me volvería hipotecar y por la simple razón de que no volvería a hipotecar mi vida, claro que yo como soy un iluminado no soy representante de nada, bueno sí de los ILUMINATI, pero nada más, ni nada menos. Y a lo que voy y sin paracaídas, es que por mucho que creamos en la raza humana, ésta siempre me sorprenderá y la mayoría de las veces, hacia el lado malo y algunas veces y muy pocas, hacia el lado bueno.

CORCUBIÓN

 


Me imagino que vivo en el lugar más apartado del
mundo,
frente al mar oceánico.
El pueblo es bonito pero es de otro mundo
pasa un perro famélico por una calle desierta,
sopla algo de viento,
puede que sea viento del sur
y porque traerá, lluvia.
El pueblo tiene dos bares,
uno abre pronto y se encarga de los desayunos
y el otro cierra tarde
y se encarga de emborrachar las noches.
Tiene un ayuntamiento que da más pena que gloria.
Al lado de mi casa
tengo un hermoso cementerio
que los paisanos se cuidan de tenerlo un poco descuidado.
La luz en fin del mundo se apaga con frecuencia
y hay que tirar de velas y linternas,
allí llueve a mares y a ríos,
y el festival de la lluvia empieza en septiembre
y se cierra en junio
y venga a tirar de leña y de moral...
Cualquier resquicio de sol
es motivo de celebración
y da para salir a la calle para estrenar algo,
lo que sea o lo que se puede...
Invierno muy largo y desapacible,
primavera corta
verano casi inexistente,
otoño de hermosas setas y verdes pastos
pero de paso rápido y acelerado,
luces pocas
sombras muchas
paisajes bestiales y bravos,
Se augura tormenta casi todos los días,
tormenta,
cortes de luz,
cocinar a oscuras,
encender la chimenea,
dejarla encendida y hasta la madrugada,
levantarse con el frío húmedo en los huesos,
pensar que fuera debía salir el sol,
pero el sol se ha vestido de gris amenazante,
y lloverá
y claro que lloverá
y como llueve casi siempre,
a mares y a ríos...
Mientras se van encendiendo las luces del pueblo,
el ayuntamiento,
el juzgado que dicen que juzga
el centro de salud,
la luz del bar de la mañana lleva toda la noche
encendida,
será una especie de reclamo,
el café es malo de condición
las tostadas son de pan de hace tres días
ahora desde allí
las vista al mar son alucinantes
y se puede desayunar entre graznidos de gaviotas
y olor a brea...
a la vista ternemos cuatro pescadores despistados,
que saldrán a pescar como todos los días.
Y ya camino a mi trabajo
observo la pequeña belleza de éste pueblo,
tiene un hórreo precioso que destaca,
una iglesia románica
y cuatro casas acristaladas que le dan porte y señorío,
lo demás es un puzzle de casas y calles mal planificadas,
dos calles largas cruzan el pueblo,
un puerto pesquero muestra que parte de el pueblo, vive del mar
y que la otra parte, vive del cuento,
pero nadie dice nada
y mientras el señor alcalde
habla de la tierra de los mil ríos
(se refiere a mi Galicia natal),
pero esa bonita frase dicha con repetición de martillo pilón,
llega a desquiciar a cualquiera,
pero todo cuadra
si nos imaginamos que estoy viviendo
en el lugar más apartado del mundo.
(se llama Corcubión y sito en "A Costa da Morte")

Antonio Vega (El sitio de mi recreo)


De sol, espiga y deseo
Son sus manos en mi pelo
De nieve, huracán y abismos
El sitio de mi recreo.

PABLO NERUDA


 

FORGES


 

Amo la diferencia


Amo la diferencia,

amo los defectos,

las imperfecciones,

las personas raras, entrañables y extrañas,

los animales con dos cabezas o con dos rabos,

amo los objetos rotos y mal pegados,

amo las ideas locas

y la buena música de mis mejores años...

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...