Podía decir...
Podía decir...que soy bueno
que sirvo de ejemplo para los demás
que tengo mis seguidores en un pedestal
pero en realidad...
no tengo nada con lo que pueda ladrar.
No sé...
tengo lo que escribo y poco más.
Tengo mi casa,
que es medio del banco
pero puedo presumir
del encanto de su antigüedad.
Tengo mi coche
que no es un lamborghini
y es un citroen de andar por casa
pero está tan lleno de orgullo
que corre mucho más que los demás
y además
si no corre
me da exactamente igual.
Ahora soy más corredor de fondo
que de apurarme en el día a día
y como una máquina de la ansiedad.
Ahora me entusiasman las pausas largas
y el saber estar
y sobre todo,
el saber decir ¡que no!
a tiempo y cuando toca.
Hay días tristes
Hay días tristes
porque salieron tristes de nacimiento.
Y no hay anochecer que les pueda consolar
y porque tienen tatuado en uno de sus brazos
"busca tu paz en la tristeza"
y entonces llora si tienes ganas de llorar
y que se te erice la piel y los intestinos
y hasta reventar.
Hay días tristes
pero lo más triste de todo
es no poder llorar en un día triste.
Aclaremos un poco el todo
Aclaremos un poco el todo antes de nada:
Si te quise fue porque quise, sin más.
Si te dejé de querer
es porque el amor me abandonó.
¿Sí te pude querer más?
eso no lo sé...
pero si sé que el amor no se puede forzar,
que él te marca hasta donde puedes llegar
o hasta donde no debes llegar.
Abro la ventana.
Abro la ventana.
Siento el viento otoñal sobre mi cara
y suelto mi aliento para calentar los dedos.
Voy recubierto
con varias capas de cemento
y debajo llevo
una inmensa ola de sentimientos.
Veo hacia el cielo
y solo veo nubes negras
mientras un rayo rasga el cielo.
Ahora
soy más feliz que antes.
Ahora miro antes de cruzar la calle
pero igualmente
sigo pisoteando charcos.
Ahora ya no soy niño
pero por dentro
siento que dentro de mis venas vive un niño.
Julio Cortázar
“Yo creo que la única gran pérdida son las ilusiones, y a veces las certidumbres, por hermosas que sean, no alcanzan a reemplazarlas".
¡¡¡Qué poderío!!!
Cualquiera le tose. ¡¡¡Qué poderío!!!
Aunque siempre es mejor que sean máquinas de fotos que no máquinas de matar.
POEMA CONFESIONAL (ENSAYO) de Isabel Mercadé (Blog "Papeles de Pablo Müller")
yo estaba enamorada
y escribía haiku y artículos y poemas y confesiones
tenía con frecuencia epifanías
a veces me quedaba embobada en la calle mirando el cielo
y un mail o el sonido del teléfono eran un aleluya
y soñaba constantemente un cuerpo, solo uno
ahora escribo poco y meditado
me sorprendo a veces observando el cielo de tarde
ayer contemplé cómo un edificio se perfilaba solitario en la luz plateada
después tomé el té con un amigo y hablamos de libros y de cine
y del tiempo —de ése implacable del que pasa—
y de este tiempo terrible
y de la infancia no redimida
y de nuestra juventud confusa
y de seguir pese a todo
y de lo que haríamos con los veinte o treinta años
que tal vez nos quedan
y es cierto que ya no estoy enamorada
que apenas recuerdo aquel cuerpo
que escribo poco y no sé si lo de meditado es una excusa
y que cada noche
busco la luna sobre las antenas
y me miro al espejo
y no sé si me perdono
UN SUEÑO
En el sueño que tuve anoche, me había retirado a un Convento de clausura que estaba lleno de monjas cantarinas. En la quietud de su patio interior, yo estuve pensando y escribiendo relatos, odas y poesías al viento. La levantada era a las 6 de la mañana, después venía un frugal desayuno, eso si con pastitas de las propias monjas, moldeadas con su mano santa, horneadas por las llamas de su horno de leña, hechas con el trigo de su propia cosecha y con la manteca de sus propios cerdos. En fin, todo natural como la vida misma y como todas estaban muy gordas (como yo) todo era 0,0, hasta la birra era de cebada casera, ahora de alcohol, era una bomba, era cerveza de 40º y que las monjas engullían con su avidez tan propia y divina.
Después venía el ángelus y todos y todas a cantar a coro y el cura casi siempre somnoliento repartía bendiciones a todo lo que se movía. Había un perro famélico lleno de pulgas y garrapatas que siempre entraba y salía en medio del ángelus y cuando el perro se mataba a rascarse, el cura a su vez, casi convulsionaba sacudiendo a diestro y siniestro bendiciones.
Acabado el ángelus, teníamos un rato de recreo y de asueto y cada uno se iba a una esquina y se supone que a meditar. Después de hacer el paripé de la meditación, tocaba rezar otro rato, pero claro en un monasterio los rezos podían durar de una a dos horas. Con lo que nos caía encima la hora de la comida. Otro rezo antes de comer, pero ésta vez más corto y manos a la faena del comer. Después de comer, un café y un licor de las monjas...que al final, siempre acababas tomando varios chupitos y así, ibas caliente y medio colocado a la siesta.
Después de la siesta, otros rezos. Después de estos rezos, otro rato para meditar. Y tanto monta y monta tanto y venga a reflexionar y venga a rezar. Y por último una frugal cena y otros cuantos chupitos del licor de monjas y de nuevo medio colocado, enfilabas hacia la celda. Y allí despedías el día, haciendo que rezabas otro rato, pero pasados unos minutos, el sonido de tus ronquidos delataba que te habías dormido.
COMIENZO DE UNA SEMILLA de ENRIQUE CABEZÓN (Blog "Papeles de Pablo Müller")
Esta historia comienza con la silueta de unos hombres desdibujados en la niebla, disueltos y emborronados por el denso vapor que se levanta a primera hora en un bosque espeso. A sus pies hay otro hombre, está muerto, yace estático como la corteza arrancada al tronco de un árbol. Amputada. Rota. Agachada frente a una fronda de helechos, una de las sombras introduce en la boca del cadáver —apenas una carcasa vacía, poco más que un globo deshinchado—, algo minúsculo y aparentemente inútil; nosotros sabemos que es una semilla. Después, los demás lo ayudan a enterrar en la turba parda al difunto con el respeto y la solemnidad de un ritual antiguo. Se oye algún murmullo, palabras que la distancia no nos deja comprender, pero suenan musicales como una oración y acentúan todavía más el ambiente ceremonial y grave que carga la escena.
Tierra a la tierra.
Nada más.
Alrededor de ellos hay una veintena de árboles jóvenes que tiemblan con las embestidas con las que el viento los abofetea. Es pronto, sucede en las horas de madrugada en las que el mundo, antes de arrancar, se desentumece y lucha contra su pereza en esa especie de insomnio que es el estado de vigilia.
SILENCIO
Viernes y hoy por ser viernes hay que verlo todo en clave viernes y día 8 y como es 8 de noviembre de 2.019 y visto desde la perspectiva china (por el tema dichoso del 8), hoy tiene que ser un día con suerte. Por tanto se juntan todos los astros y hoy es viernes todo el día y además es día 8. Yo sé que nací un 5 de febrero y que debía hacer mucho frío, porque mis huesos así lo dicen y porque mi visión ancestral de víscera abierta, me dice que ese día: llovía a mares, que pelaba de frío y que el mar estaba en pleno proceso de tumultuoso y desapacible temporal...Pues pasa que no fue el día 8 de febrero, donde todo se despejó y como si casi estuviéramos en pleno verano (claro, esto exagerando un huevo), pero es verdad que si hubiera nacido en un día 8 hubiera cambiado mi suerte y por ejemplo, ahora sería todo un millonario de pasta o de lo que sea (porque no todo es pasta, pero casi lo es). Y haber nacido en el mes de febrero me ha marcado y llega febrero y me entra un frío interno tan grande y tan desapacible, que ese frío sólo puede salir de dentro hacia afuera de mi cuerpo. Yo, antes de mi nueva vida (la de ahora) y hace miles o millones de años era un mono de culo pelado y al que le encantaba subir a los frondosos castaños y allí, sentado sobre una rama, ponerme ciego a base de comer castañas y de contar milongas. Y con el culo pelado por estar todo el tiempo sentado y contemplando como me pasaba la vida por delante. Por eso ahora, no estoy ahora para contemplaciones. Mi tiempo perdido lo fue hace miles o millones de años y hoy en día sumo o resto o multiplico o me divido en átomos y moléculas, pero quedarme quieto seguro que no.
Hoy en día, necesito ser y sentirme activo y participar y pensar y repensar y añadir y concluir... Necesito prolongarme con lo que siento y toco. Necesito ser uno más como ser pensativo y activo y no uno más... y además y tengo que dejarlo muy claro, no necesito tener un líder espiritual como líder de la manada....porque primero, yo no creo en nada o en muy poco y en lo poco que creo, se le llama humanidad y paras creer en eso, no necesito tener un líder que me ilumine. Porque segundo, lo espiritual lo tengo dentro y muy dentro y tan dentro que no tengo la necesidad de sacarlo a pasear y porque entre otras cosas no necesito en estos momentos, que nadie me pase el brazo por mi hombro. Quiero decir, que me da igual 8 que 18 y como estamos a día 8, mi conclusión es muy fácil de suponer...me importa una mierda que se comparta o no, toda mi espiritualidad judeo masónica atea y medio cristiana. Yo no necesito una puta iglesia, ni una mierda de templo, ni una misa cantada por la policía montada de Canadá....porque sinceramente me da igual. Yo, de toda la espiritualidad sólo me quedo con aquello que se llama, silencio y porque ese silencio es lo más primario que debe de tener el ser humano. En el silencio lo empezó todo. No escucháis el sonido del silencio antes de nuestra existencia, ese silencio profundo y universal y ese silencio que crece dentro de ti...y que volverá una vez que te hayas ido.
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ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...
Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...

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Yo tenía cinco años. La maestra escribió en la pizarra: "Todos los hombres son mortales". Sentí un enorme alivio, un gran regocijo...