PENSAR EN TI (Poema)

Si pienso en ti, me duele,
y si no pienso en ti, me muero,
y es que no encuentro el término medio,
el pensar y el no pensar en ti,
y justo así y en ese orden,
un momento para el dolor
 y otro para morirme,
un momento de sufrimiento,
y por un instante me olvido,
alternar y turnarse con respeto,
relajarse y dejarse llevar,
pero por favor, que haya paz por el medio.

Un descanso en mi paranoia,
y un minuto de silencio,
un minuto dedicado a ti, a mi y a todos los muertos,
un silencio de película muda,
y de que nadie se mueva,
ni una hoja caduca, ni un papel arrugado,
ni el soplo de la brisa marina,
ose interrumpir, ese instante sagrado.

Si rezo por ti,
es porque la suerte te acompañe,
si rezo por mi,
es para saber si te necesito,
y si rezo por todos nosotros,
es porque no sé lo que quiero,
y si no rezo, será por algo,
será por la inutilidad de los rezos,
o será porque me faltan tus besos,
y sin darme cuenta,
me pongo de nuevo a pensar en ti,
y es que la espina se clava en mi alma,
 y entonces,
 ya no puedo dejar de pensar en ti.

CURIOSIDAD

curiosidad.
(Del lat. curiosĭtas, -ātis).
1. f. Deseo de saber o averiguar alguien lo que no le concierne.
2. f. Vicio que lleva a alguien a inquirir lo que no debiera importarle.
3. f. Aseo, limpieza.
4. f. Cuidado de hacer algo con primor.
5. f. Cosa curiosa o primorosa.
 
                 
 
 
                          Yo pensaba que la curiosidad no tenía que llevar implícito meterse uno en lo que no le concierne, pensaba que había una curiosidad sana, la que te lleva a meterte en las cosas que te interesan por un motivo lógico y digo lógico, lógico y no de que interesen por cotilleo o por sacar información privilegiada. Pensaba que ser curioso en sí, era netamente positivo, era como hablar de curiosidad científica o sea esa capacidad que tenemos para profundizar en las cosas a base  o estimulados por la curiosidad. Y por otro lado estaría la mala o malsana, la cotillosa, la marujona.
 
                           Porque yo me consideraba curioso por naturaleza y lo sentía como algo bueno, como una virtud, y como las antípodas del conformismo. Y hasta ahora hablé del lado bueno, del malo ya es otra cosa, el marujeo siempre lo detesté o por lo menos en parte o mejor dicho con excepciones, pues con la persona que me cae mal a veces no me mido y uso todas las armas que tengo y entre ellas el despellejarla, el arrancarle la piel a tiras, el hacerle un traje a la medida y si pudiera hasta le arrancaría los ojos con mis dientes. Y lo admito, admito que no debía ser así, pero lo admito ahora que estoy tranquilo, después en plena vorágine foribunda ya no hay dios que me pare. Es bueno reconocer las cosas, pero también es bueno saber reconocerse y hay cosas que son intrínsecas a uno y por mucho que sepas que están mal hacerlas, las tienes que hacer, porque sino te negarías a ti mismo.
 
                          Hombre tampoco hablo de matar o asesinar, hablo de tejer telarañas de palabras sobre el enemigo o bulos o mentiras o verdades a medias. Claro que en esto que digo, parto que el enemigo usa y antes que yo, estas mismas armas viperinas, porque yo no inicio en principio éste tipo de guerra sucia. Por tanto las saco a relucir si el enemigo previamente las ha puesto en marcha. Ahora una vez sacadas, yo sé que voy a muerte y no sólo le hago un traje a su medida, también le encargo su caja de pino y para ello y previamente le voy tomando sus medidas.

MI CASAAAAAA

Y hablando de inquilinos, sólo me quedan tres días para recuperar mi casa, mi casaaaaaa. En un año le he dado la vuelta a mi vida, tantas cosas han cambiado y entre ellas yo, que a veces me cuesta reconocerme. Mi casaaaaaa, que hace unas semanas la odiaba, tanto curre volqué en ella, que ya se sabe, cuanto más te entregas, más le pides y le exiges y ahora en cambio, ya no aguanto más tiempo sin estar con ella y dentro de ella o sea dentro de su útero casero. Son amores pasionales, ahora te odio, ahora te quiero, ahora te necesito y ahora estoy harto de ti. Me pasa con mi casaaaaa, pero también me pasa conmigo mismo, pues a veces acabo hasta las pelotas de miiiiiii. Y es que a veces soy muy jartible y pesado y me exijo tanto que acabo exhausto de miiiiiii.

                      Ahora tocan cosas banales, cosas de todos los días, como darle de comer a éstas bocas hambrientas que cada uno de mis tres hijos. Tres hermosas plantas carnívoras que están en edad de crecer y eso significa que me pueden hasta comerme a miiiiiii. Y no veas, todos los días la misma comedura de coco y¿ hoy que les voy hacer?, pues mi repertorio gastronómico es limitado y tiro todo lo que puedo de él. Así que hoy toca la imaginación al poder y me imagino un plato fácil de cocinar y rico de comer y nutritivo y equilibrado y digestivo, para al final, no saber de nuevo cual es. Otro día os contaré que comida hice el día 21 de agosto del 2.013
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BARRIOS PERIFÉRICOS

Por fin el rio vuelve a su cauce y los inquilinos de mi casa han parado de piar, que si faltaban cucharillas de café, como si fueran a montar una cafetería, que si la famosa alcachofa de la ducha echaba agua por fuera, pero también la echaba por dentro y tampoco mucho más, cuatro gilipolleces que no se repetirán, simplemente porque voy aprendiendo. Pero a lo que voy, el caso es que estaba hasta los cojones de verles las caras de panolis y de horteras de ciudad  o mejor dicho horteras de cinturón industrial. Se intuye su procedencia de barrio deslustrado, de barrio dormitorio, de barrio con un sólo bar y lleno de carne de parado dándole al vino barato. Cuatro horas de transporte para atravesar toda la ciudad, ferrocarril y metro para llegar a currar a un polígono industrial. Vida dura, aburrida y desagradecida, vida de alcantarillas de ciudad. Barrios periféricos, ciudades dormitorios, cinturones industriales, tres denominaciones de origen para definir el mismo decorado en su vida real.

                                      Tampoco es para ponerse a llorar. Pero desde luego las condiciones externas no ayudan mucho para dar ánimo en cada día de su vida. Vida gris y de cemento, vida de humos de fábricas y de escaleras desconchadas, vida de gritos y voces, vida de estaciones y metros, en fin, vida que no ayuda a vivir.
Esos mismos barrios que antes eran bullicio, gente currante y con curro y con pelas frescas y en ebullición constante: motos sin tubos de escape, música rumbera y con letras de cárceles, drogas y amores, tatus en cualquier parte que se precie, piercing en ombligos, narices y lenguas y no podía faltar en los tíos, el pendiente de una sola oreja, vamos todo un compendio de cultura poligonera. Debe ser duro el día a día, pero lo duro es como las drogas duras y al final te engancha y te cuelga, y se hace un modo de vivir y por eso a sus habitantes les cuesta tanto salir de este ambiente hostil.

Para mi los barrios poligoneros tienen un encanto especial, claro que siempre pensé que es porque no vivo en ellos. Eso sí, viví durante un año en ese ambiente y os aseguro que sí, que es gris, gris en las miradas, gris color cemento, gris en las conversaciones, gris como un día gris. Pero en ese gris hay matices y tonos y momentos donde lo gris se hace bello, de gris que es. Si a tu alrededor todo es gris, se acaba aprendiendo a distinguir los distintos colores del gris, y desde luego lo que no te encuentras, son parques y árboles o edificios que destaquen por su belleza arquitectónica, ni por el silencio de los campos, ni por el sonido de las mares, pero si te encuentras, formas de vivir en donde debería estar prohibido vivir.

PRIMER PENSAMIENTO DEL DÍA

Miércoles 21 de agosto, sexto día de vacaciones y aquí estamos y con la pregunta de todos los días: si estoy bien o estoy mal. Y siempre con la misma respuesta, estoy bien o mal según para que o en función de que. O sea que todo depende y depende de mi, de ti y de todos y de la fuerza del viento y hasta de los sueños que he tenido, pero en general estoy y me encuentro bien. Por las mañanas me pregunto si voy cumpliendo los planes, si avanzo en mis disquisiciones y la verdad que no sé que contestarme y me explico. Estoy en fase diarreica, en fase de sacarlo todo y es mucho lo sacado y es tanto que aún no he empezado a ordenarlo. Diarrea mental, que se llama y hasta que esta fase pase, hasta que me vacíe por dentro, no podré empezar con la fase siguiente, que es de planificación. Aunque parezca que no soy metódico, en asuntos del pensamiento lo soy y todo debe tener un orden dentro del desorden.

                          Autoanalizarme lo hago todos los días, como hago mis abluciones y mis rezos, igual que me ducho y me lavo los dientes y es más lo hago nada más levantarme y también al finalizar el día, con el ocaso es cuando más me gusta indagarme por dentro. Metódico y disciplinado y sólo lo soy en este aspecto, porque por lo demás soy anárquico y funciono a salto de mata, vamos que voy desbrozando según aparezcan las malas hierbas, las buenas las cuido y me las quedo. Al mismo tiempo, me encanta recorrer varios caminos a la vez y no sólo seguir uno, es que sino me aburro y ya sé que tiene sus peligros peligrosos y lo sé por tantas veces que me he perdido. Pero también es bonito perderse y adentrarte en caminos desconocidos y tener nuevos retos y llevarte hostias imprevisibles, pero también darlas es placentero, darlas bajo la tutela de tu instinto. Si no se juega un poco con tu mente, sino le das nuevos estímulos, te vas quedando y al final no llegas, no sé adonde, pero el caso es que no llegas. ¡Así que a seguir dando vueltas alrededor del mundo!.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...