Calculo matemático, cada escrito me lleva entre 20 a 30 minutos, según extensión y complejidad del asunto y 15 escritos en el día de hoy, equivalen como mínimo a 7 horas y después me quejo de que me duele el culo y que en la yema de mis dedos se empiezan a borrar mis huellas dactilares. Al final acabaré escribiendo en silla de ruedas y con un lápiz en la boca. El escribir tanto es bueno para el coco, pero para el cuerpo, permitidme que cuando menos lo dude.
Y sólo lo digo para tratar de convencerme a mi mismo y así me obligo a hacer más ejercicio. Pero tengo un problema muy grande con esto y es que soy un cabezota de un par de cojones. A mi lado Napoleón se quedaba pequeño, bueno pequeño creo que era, pero la pequeñez a la que yo me refiero, es más bien pura retórica. Yo desde pequeñito tengo el meollo muy duro y por esa misma razón recibí más hostias que besos.
No sólo de niño, también de adolescente y hasta cuando estudiaba en la Universidad, salvo que en el último caso, las hostias me las daba la policía. Es que el mejor resumen de mi vida, es una gran hostia u ostión y toma hostia, pero también es verdad, que daba alguna y cuando la daba era con todas mis ganas y claro, siempre había algo roto, un diente, un labio, un dedo o un arrancamiento de uña. Era variadito el tema, era un surtidillo de hostias. Ahora no, ahora son hostias dialécticas, que estoy convencido que hacen más daño que las otras.

No sólo de niño, también de adolescente y hasta cuando estudiaba en la Universidad, salvo que en el último caso, las hostias me las daba la policía. Es que el mejor resumen de mi vida, es una gran hostia u ostión y toma hostia, pero también es verdad, que daba alguna y cuando la daba era con todas mis ganas y claro, siempre había algo roto, un diente, un labio, un dedo o un arrancamiento de uña. Era variadito el tema, era un surtidillo de hostias. Ahora no, ahora son hostias dialécticas, que estoy convencido que hacen más daño que las otras.