Día 7 de Enero y la vida sigue su rumbo y yo voy detrás de su corriente. Y que nadie pretenda engañarnos a éstas alturas y así decirnos que él como persona es el que abre su camino vital y porque el puede que ponga su granito de arena pero la carga vital más importante y la más decisiva, la aporta la misma vida. Aquí no hay héroes de película y lo que hay son personas humanas que hacemos lo que podemos y que además, nos dejan. Uno quiere comerse el mundo y como una perita en dulce y al final lo que se come es una mierda en forma de pera que no lleva azúcar, pero que tiene unos ligeros toques a sacarina. Hay dos formas de ver y de construir la historia, una habla de héroes épicos que se crecen ante las adversidades y cada hito histórico es una mención de una nueva hazaña realizada por ese tipo o tipa (más frecuente que sea tipo y porque ya conocemos al machismo galopante y entonces delante de un tipo ¿qué coño pinta una tipa?...pues pinta muy poco o casi nada). Y dos, hay la forma de narrar las cosas bajo el punto de vista de la generalidad humana, es decir bajo el enfoque social que a todos nos engloba y nos representa o por lo menos que nos representa a muchos de los que pululamos por la vida. A mi no me representa el tipo héroe musculoso y musculado o el guaperas que se pone al frente de un ejército difuminado entre la gran masa de rostros que le siguen y a pies juntillas y que en definitiva, que solo saben matar y dar alaridos guerreros sin tener el mínimo atisbo de piedad. Bueno también, esa masa sirve para emborracharse al final de la batalla y dando vivas al gran héroe que los fue iluminando y que les hizo vencedores (Bueno, es lo que vende el héroe y para así sentirse imprescindible dentro de su pueblo).
Yo prefiero la cobardía del cobarde que lo dice y además lo hace...que al valiente de mentirijillas...que grita adelante y él siempre se queda detrás de los demás. Y porque un héroe de estos, sólo ve a las personas humanas como masa de empanada y además piensan que alguien se tendrá que elevar sobre los demás y el ir pisando cadáveres en el calor de la batalla, es de héroes. Dicen que alguien tendrá que llevar la bandera que repito...que al decir de algunos es lo que les representa y el tema es más bien al revés, es decir, no hay necesidad de llevar ninguna bandera, pues al fin y al cabo la bandera es un puto trapo con el que hasta puedes limpiarte el culo y algo más (por ejemplo, los huevos). O utilizarla de sábana o de mantel y hasta de alfombra. Y ahora vendrían los patriotas de cuatro pelos y me llamarían... hereje y además me acusarían de ser poco sensible. Como si la sensibilidad de uno o de todos se midiera en modo banderas al viento del norte y no del sur. La única bandera que tengo es la pirata y porque me encantaría ser un pirata de pata de palo y parche en el ojo y en una de mis manos llevaría la bandera negra con la enseña de las dos tibias y la calavera y barco que se cruzara en mi camino...sería liquidado, hundido y requisado todas sus riquezas.
A mi me hubiera gustado ser un capitán pirata y al frente de un tripulación llena de delincuentes con dos dedos de frente o mejor dicho, con muchos dedos de frente...es decir, me gustaría tener una tripulación inteligente, audaz, con iniciativas, respondona, valiente y cobarde a la vez, utópica, amable y mala, festiva, entusiasta y sobre todo, que fuera sensible y sensiblera y que cuando llegara la hora de ponerse el sol, todos nos fumáramos el mismo canuto y que lo compartiéramos como hermanos de sangre...
