DEJAR LA PELOTA EN SU TEJADO

Hay que saber tragar el orgullo, hay que saber pedir perdón, hay que disculparse por los anteriores agravios y si eso supone decir a la otra persona: "lo siento, espero que me perdones", se dice, bueno se dice, si esa persona sigue significando algo para ti, sino se le dice sin sentir y a modo de disculpa del querer quedar bien, de perdona con la boca pequeña y con el culo apretado o sea, sin relajación de esfínteres. Y sabéis ¿porqué?. Porque no hay mejor sensación que el vaciarse por dentro, que el soltar toda tu mierda, que el liberar tus neuronas de las obsesiones que aparecen un día sí y otro también y porque aparte de vaciarte por dentro y aquí viene la parte más egoísta, tú pelota de mierda se la dejas en su tejado y tu comedura de coco se la pasas a él o a ella.

Y es que esto del egoísmo tiene mucha gracia, por fuera nadie es egoísta y queda superbien decir que eres un tío desprendido y bla, bla, blá...pero a la hora de tomar decisiones ¿las toma alguien por ti?. Pues, no y si esa decisión también depende de otra persona y tú ya has dado el paso de pedirle perdón, que mejor que facilitarte las cosas y pasar la pelota de esa decisión. Y ésta táctica choricera se aplica mucho más de lo que pensamos, se aplica con otras palabras y con otros términos menos egoístas (por lo menos en sus formas), pero su fondo es profundamente egoísta, es el "me voy a salvar yo". Ahora sí, la liberación que sientes por dentro, es bestial y porque aparte de haber soltado ese mal recuerdo, te liberas de la miseria del veneno de la culpa.

La culpa es traidora, al principio la culpa se disfraza de un montón de disculpas que sino te convencen, haces que te convencen...pero a medida que pasa el tiempo...la culpa crece...y es cuando es más mortal su veneno y porque te inyecta, los remordimientos y que a su vez se apoderan de tus sueños y de tus pensamientos. Y a partir de aquí o solucionas o la culpa te come. Y no es que siempre nos equivoquemos, pero sí que nos equivocamos muchas veces y eso produce daños colaterales: amigos y amigas jodidas, malos rollos, en fin, malas historias y que no todas tendrán arreglo, pero si tu no das el primer paso, que es el pedir perdón, nunca podrás saber como acabará esa historia y además está, lo de dejar la pelota en su tejado.

SÁBADO

Sábado, primer sábado después de mi cumpleaños que fue el día 5 de febrero y ese día el mundo tuvo la mala suerte de saber que en una esquin...