LAS 8 DE LA TARDE

Y para qué ducharse y asearse tanto, si al fin y al cabo, acabo de hacerlo y ya estoy envuelto en una capa de sudor húmedo. La única diferencia es que ésta capa es nueva y reluciente y las anteriores iban superpuestas en capas de cebolla,  pues eso, que me las he quitado. Pero no lo tengo muy claro, porque antes el sudor se deslizaba por encima del sudor antiguo y ahora se desliza directamente sobre mi piel y en el fondo, ¿que más me da? y es que además el sudor reseco protege a la piel, por ejemplo del sol y no sé de que más cosas. Bueno, pues quitada esa capa de mierda que llevaba encima, ahora me encuentro como más desnudo y más desprotegido.

Esto son mariquitas o maruxiñas en galego,
 pero es lo más parecido que encontré a las lindas
ladillitas.
Es como se decía antes y no sé si se dice ahora, que si te lavabas el pelo varias veces el al día, se pudrían sus raíces y al final se te caía. Para mí es igual éste tema, pues a mi se me cayó igual y no encuentro ninguna relación con lavarme el pelo excesivamente. El pelo se me cayó, porque tenía que caerse y además porque soy muy hombre y tengo exceso de testosterona, que dicen que es una de sus causas. O sea que tengo los huevos como el caballo del Espartero, grandes como melones o como sandías o grandes como dos soles, pues también irradian calor y sudores. Y no sé, si esto es bueno o es malo, porque andar con unos atributos tan grandes resulta incómodo para realizar las tareas cotidianas y por otro lado, son tan grandes que marcan el paquete y lo hacen inmenso.

Si por cojones que no quede la cosa y además mientras los lleve adornados y de los pelos les cuelguen lindas ladillitas, todo es más bonito y divertido. Siempre llevo un continuo cosquilleo en mi entrepierna y siento  como mis huevos están llenos de vida, aunque sea vida parásita. No sé, son las 8 de la tarde y para mi debe ser la hora guarra del día, pues siempre a ésta hora se me ocurren todas las guarradas habidas y por haber y entonces y a lo mejor, es mi hora bruja o mi hora divina, según como cada uno lo vea y como cada uno lo mire. Y ahora sí que es la hora de coger el petate y de irme descopetado hacia el trabajo.
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ADIÓS Y HASTA MAÑANA

Bueno, es hora de cerrar el bar, son las 7 y media de la tarde y hoy tengo guardia de noche en la Privada y a las 9 y media tengo que salir para allí. Y mañana a las 8 de la mañana avión y a volar. Y las 12 de la mañana una sesión clínica que versará sobre la calidad en la asistencia y para ello tengo que desplazarme al otro extremo de la Isla y todo para escuchar que tenemos que atender bien al paciente y darles mimos y cariños. Y así será y así será mientras se pueda, pero para eso yo no necesito dos horas de rollo sobre lo mismo. Como pensé decirle a mi jefa en la Privada, la calidad la pongo yo, con mi presencia y punto y pelota. Y no se lo dije, porque me conoce muy poco e iba a pensar que soy un engreído de mierda.

Oye, que a lo mejor lo soy y  yo aún no me he enterado. Tendré que hacer terapia sobre ese tema tan importante, que vamos, que me quita hasta el sueño y después no duermo. Y bueno, ahora toca el afeitado y el poner la mejor cara que tengo y así entrar triunfante y agradecido en el trabajo. Que eso es lo que pasa en las Privadas, que tienes que tener siempre la misma cara, cara de felicidad y tal como si estuvieras fumado y que importa que confundas las ladillas con los mejillones, lo que importa es la calidad humana del como se lo dices. Ya sé que exagero bastante, pero que sería de la vida si no exageráramos un poco o un mucho, pues sería tediosa y repetitiva y al fin al cabo, sería aburrida.

Ya me voy a la faena del afeitado y también de darme una buena ducha, pues ante tantos sudores y por tantos calores, ya empiezo a oler a hongo recocido. Ya se sabe que con los calores y las humedades los hongos proliferan como las setas y hay que cortarlos a tiempo y para eso uso Fungosol, que es un primor antihongos y además huele que te cagas y dan un fresquito a los pinreles, que parece que andas por la orilla de la playa.

PARDILLOS

Cada uno tiene que apencar con lo suyo, para eso es suyo y con lo suyo puede hacer lo que quiera. ¡Estaría bueno! que no fuera así y que yo tuviera que resolver los problemas de los demás. Una mano siempre se puede echar, pero echar una mano no es lo mismo que te pasen su peso. Y si tienen la mochila muy cargada, pues que la vacíen o que la tiren o que la llenen más, yo que sé, cada uno puede hacer lo que quiera. Es que hay algunos que les encanta llenarla y cuando están rebasados y ya no pueden con ella, te piden socorro sin más. Y eso supone para el que tiene que oír, un rosario indefinido de contradicciones y de malos rollos que además no entiende ni el mismo que te los cuenta. Son gente especialista en contar sus problemas y ellos nunca se agobian, pues antes te sueltan a ti el coñazo y entonces, se vacían.

Y por eso dejan que se llene de continuo su mochila, porque nunca se agobian. Pero te pasan el muerto a tí y así aligeran su exceso de peso, pero aumentan el tuyo y porque tú si te comes el coco y por tí y por ellos. Bueno eso y hace mucho tiempo me pasaba a mi, que escuchaba a elementos como estos y la verdad es que quedé saturado hasta el resto de mis días. Aparte que ahora los reconozco antes de que vengan a por mí y les huelo y les veo rápidamente el plumero. Pues porque tienen un biotipo determinado y  se ve en los pequeños detalles. Ellos son los más sufridos del mundo y criar a los hijos es muy difícil y nunca duermen y por eso llegan tarde y fulanito hazme el favor de cubrirme, que yo llegaré más tarde, ya sabes que los niños pequeños no te dejan dormir.

Y yo no sé como criaste a los tuyos, pero yo te juro que no puedo más, te dicen. Y lo de los hijos es sólo un ejemplo entre otros muchos, porque ellos se aprovechan de todo y es que me he divorciado y estoy muy jodido y sólo y para ver, si así te dan pena. ¡Coño! que se lo cuentas a otro que se ha divorciado ¡hostia! y por eso ya he pasado y tú ni te enteraste, le dices. Y el tío va y te contesta, que es que tú supiste llevarlo y yo no soy capaz de asumirlo. Y tú pensado en todos los malos momentos que pasaste y entonces le dices: es que lo que pasa tío es que yo no soy como tú y no voy llorando por las esquinas y dando pena lagrimera, yo me lo he tragado y digerido y ahora te toca a tí tener que mojarte. Pero hacen que no te oyen, cuando en realidad te oyen y bien clarito, lo que pasa es que no les interesa decir que te han oído. Y si tú no caes en su trampa, tranquilos, porque se buscarán a otro pardillo.

MOSCAS

Y con los calores llegan las Moscas, mis queridas y amadas Moscas. Ellas tienen el mérito de despertar de nuevo a mi instinto asesino y cuando veo a alguna, cojo lo que tenga a mano y las espachurro contra la pared y con seguridad y sin temblarme el pulso, es más, me encanta ver en la pared su rastro de sangre. De momento las que más hay, son las pequeñitas o sea las que no tocan mucho los cojones, pues sólo se dedican a dar vueltas y más vueltas y sobre el mismo círculo y como esperando que pase algo, pero eso a mi no me importa, son Moscas y con eso llega para querer aniquilarlas. Después hay las medianas y éstas ya si vienen a picarte y si las dejas se ceban contigo y cuando ellas llegan, me paso el día dando hostias al aire y de vez en cuando tengo el placer de espachurrar alguna.

Y las más grandes o Moscones, que se les oye venir de lejos y por el ruido de su aleteo y estás en cuanto ven un trozo de carne disfrutan como locas cagando sobre el filete y dejan esos finos hilos amarillos, como regalo. Éstas son las Moscas de la carne o de la mierda más putrefacta y además tienen el gran mérito de ser los primeros animales que acuden al festín que da un muerto y supongo que lo pondrán de cagadas hasta los topes. Y un derivado de éstas son los putos Mosquitos, esos entrañables seres que te aturden con su zumbido y que después se lanzan en picado sobre tú piel humana y te dejan como recadito unas bonitas y preciosas ronchas, que duelen mucho y que pican más.

Aquí en ésta Isla, hay la suerte que no hay muchos Mosquitos o por lo menos comparándolo con la cantidad desorbitante que hay en las Marismas de Cádiz , pues cerca de éstas Marismas y en medio de un espléndido pinar Mediterráneo, está mi casa de Chiclana y aparte de su gran número, eran y son caballos con alas. Yo
 creo que no te chupan la sangre, te chupan la médula, pero a todo se acostumbra uno, y sabiendo su horario de salida, que es cuando anochece, el resto del día declaraban una tregua parcial. Bueno, después hay las putas Hormiguitas y las lindas Cucarachas, pero bueno eso ya es otro cantar muy distinto.

ÍDOLOS

Y de nuevo sudando a borbotones. Salí con mi hijo pequeño a ver un partido de fútbol de los peques del pueblo y a las 4 de la tarde y casi me muero. Y con esa solana nos fuimos a ver el partido y al final no había partido ni nada. Se había confundido de día el chaval y de vuelta a casa se vistió de portero y se fue también a entrenar. Le gusta ser portero y su héroe es Víctor Valdés, el portero del Barça o como le decimos nosotros, San Víctor Valdés y por la divinidad que le profesa. Y funciona, os juro que funciona, porque si Víctor come esto, tú también te lo comes y si Víctor caga a las tres, tú cagas a la misma hora y nunca dice que no. ¡Gracias San Víctor!.

Para que se diga que los humanos no funcionamos con ídolos. Lo cual a mi no me gusta, es más lo repudio, pero lo que es, es y hay que saber reconocerlo. El que yo diga una cosa y ya puede ser muy brillante, que como lo digo yo, que soy un mierda, nadie me hará caso. Pero si lo mismo lo dice un tío conocido públicamente, ya es otro cantar muy distinto y mira que lo dijo fulanito y a fulanito hay que hacerle caso y todos adorándole. Pero no vayáis a pensar que yo me libro de no caer en el  mismo pecado, yo si lo dice alguien con peso social, pues le hago más caso. Y eso que lucho contra ello y porque no gusta el culto a la personalidad, porque al final endiosamos al tío y el tío va y se lo cree.

Por desgracia éste uno de los puntos que a los humanos nos cuesta más resolver y nos cuesta escuchar lo que dice un don nadie o sea un tío corriente como nosotros. No sé el porqué necesitamos ídolos en que representarnos y quizá sea una proyección de lo que uno quiere ser o de lo que le gustaría ser. Y cuando el ídolo está en la cumbre, se le empieza a ir la olla, pues se siente poderoso e invencible. Después cuando la espicha el ídolo, todo se va al carajo y si es que ya no se fue antes. Y sino busquemos ejemplos en la Historia, que los hay a miles. A los ídolos hay que reciclarlos como a la basura y porque es inevitable que alguien destaque y que se haga líder de la película y la única solución posible, es acotarle el tiempo de estar en la cima y para que no se perpetue como un tío imprescindible. ¡Joder!, que nadie es imprescindible.

RECUERDOS DEL LOQUERO - Conclusiones

Conclusiones hay muchas. La primera, que es mejor que no te pongas loco del coco y porque uno puede adornar las cosas con muchas florituras y anécdotas diversas, pero en el fondo, todo es sufrimiento. La segunda, es que si te pones tarumba, es mejor intentarlo por fuera y sin que te rompas la vida en pequeños cristales, pero si aún así te sientes superado, entonces si es conveniente asistir a un centro especializado y que llaman loquero y que te encierren entre barrotes y bajo llave y vivir así encerrado en una especie de comuna de locos. Tercero, que es bueno ver al otro lado del espejo y no sé si lo digo por darme un consuelo o porque es así realmente.

Cuarto, que hay muchos tipos de locos y lo único que tienen en común, es que se salen del razonamiento lógico, pero si uno tiene la virtud de saber salirse por si mismo y sin que lo encierren, pues mejor para él. Quinto, que la locura tiene algo de brillante, pero nada más, pues el resto es dolor y sufrimiento y por tanto no hay porqué  idealizarla. Y ya está y ya llega de sacar puntos y comas y el balance no es chicha ni limoná, el balance se inclina del lado que uno quiere y por lo que se ha trabajado por sus adentros. Porque yo fui dos veces y tras la primera vez y a los tres meses, ya sabía que no había profundizado lo suficiente. Y en cambio en ésta segunda, pues ya van dos años de estar libre y sin cadenas y la sensación es otra muy distinta, me siento fuerte y con las ideas claras.

Pues nada, una experiencia más en mi alocada vida y que yo no recomiendo a nadie. Pero ya puestos, hay que saber sacar lo positivo del asunto y valorar adecuadamente que esa experiencia ha valido la pena. Ahora sí alguien que está mal, pero que lo está dentro de la normalidad, no se lo aconsejo, pues allí hay un límite o barrera y que se llama cordura y si en parte vas cuerdo, ¡cuidado!, porque lo que hay dentro te puede hundir en las tinieblas. Y es que pocos tienen el privilegio, como yo lo tengo, de poder contar lo que realmente pasa allí dentro. Y mi pensamiento ahora es claro, procuraré no tener que volver a un sitio como éste.

RECUERDOS DEL LOQUERO -Parte V

La verdad, es que me tenía auténtico pánico y todo porque no entendía mis coñas y también el como le clavaba las miradas. Y cuando le decías algo, iba corriendo a junto de las tías y como siempre hay alguna tía que desborda cariño y ejerce de madre o de madre Teresa, pues eso, que recogía al más necesitado. Bueno pues el tío estaba porque se encontraba sólo y le costaba dormir y tenía que tomarse un Valium cada noche. Y yo ante ese argumento desde el principio no lo consideré de los nuestros, de la pandi loca, yo lo consideraba un atontado que se sentía sólo y por raro y por extraño, pues por esas razones que él dió, podían estar allí las tres cuartas partes de los españoles. Y hay que ser gilipollas integral, como para ir a buscar cariño en un nido de locos. Yo reconozco que me ponía de los nervios y aún no sé, como no aproveché que estaba loco, para darle una somanta de hostias y ya se sabe, yo no fui, fue la locura la que me dijo que le partiera la cara.

Pero en el fondo no soy tan malo y no lo fui porque me llegó con mandarle mensajes telepáticos, mensajes que iban desde que eres un lamecoños hasta que eres un alma en pena y como ya dije, almas en pena hay muchas por el mundo y quizá sería mejor que éste tío lavara su ropa con Mimosín y que se dedicara a deshojar margaritas y que al final, saliera en busca de su Mamá.. Y claro esos pensamientos se leían en mi frente y en el odio de mi mirada y el tío en cuanto me veía, bajaba su mirada y acudía rápidamente al regazo de madre Teresa de Calcuta.

Por último, había más especímenes y sólo uno destacable y era un tío de unos 70 años y que era un coco de tío. Sabía de todo y tenía una memoria prodigiosa, yo creo que era un cerebrín medio loco. El tío decía que tenía una depresión endógena, que es como se llamaba antes cuando no se sabía porque uno la tenía y entonces y sólo entonces, se echaba mano de lo endógeno o de lo que sale de dentro y como posible causa del desarreglo mental. O sea que era de etiología desconocida y al no saber su causa, pues menos arreglo tenía. El tío prodigio había hecho nosecuantos intentos de suicidio, pero en plan serio. Pero salvo cuando le entraba el yuyu, el tío era  muy agudo y muy mordaz y con él te desternillibas de risa. y con sus  cuentos e historias y siempre salpicadas de hechos reales y de los que él sólo se acordaba.

RECUERDOS DEL LOQUERO -Parte IV

Después había un tío que era muy próximo a mi, pero me costó entender que hacía allí, pues si que tenía un comportamiento un tanto compulsivo y cuando tenía un problema se bebía dos cajas de cerveza y en una sola noche, pero después volvía a la normalidad. Y digo que no entendía muy bien que hacía allí, pues pensaba que podía tratarse perfectamente sin necesidad de estar encerrado entre barrotes. Pero bueno, él sabría el porqué y punto. Pues con éste tío hubo salidas de fin de  semana, bueno cuando nos dejaron salir y cines y más cines y paseos y reflexiones patateras y es que además el tío era un cachondo mental y nos reímos hasta retorcernos.

Había también otro tío que era gallego y que era médico como yo y éste estaba colgado de la morfina y de todo tipo de sus derivados, pero en cantidades industriales. Un tío con un coco brillante para la Medicina, y no así para la vida. Había un salto abismal y no se correspondían y para nada los dos niveles. Otro buen tío y que me reí muchísimo con él. Y todos estábamos  más salidos que burros, pero él era el rey del salidismo y yo para vacilarlo le dije un día en que íbamos paseando por la calle, que por no nos quedábamos a ver a las niñas que salían del colegio y el tío todo descompuesto y todo serio, me dijo que el eso no lo hacía y porque no estaba tan salido. Me reí como un loco que aún era en aquél momento, pues el tío me había tomado en serio y además que me miró con cara, de que éste tío sí que está loco. De todos formas cuando el tío hablaba de las drogas se le cambiaba la cara y le brillaban los ojos y por eso ahora no apuesto nada por él. Lo siento galleguiño, pero así lo veo y así lo digo.

Había un sector con que yo no me encontraba tan próximo. Si cerca, pero sin tanta confianza como  para tener que irnos a la cama, pero había mucho en común, pues para algo estábamos allí, para arreglarnos el cableado y que no se nos fundieran más los plomos de lo que estaban. Vamos que los contactos fueron más esporádicos y no tan íntimos. Y había un pupurri de patologías psiquiátricas, desde el deprimido más simple hasta el paranoico más loco. Había uno que se decía depre, que yo creo que estaba allí porque "necesitaba cariño" y yo como no se lo daba, me cogió manía y por supuesto, yo a él y el muy cabrón se protegía debajo de la falda de las tías.

RECUERDOS DEL LOQUERO -Parte III

Del Loquero me acuerdo de un montón  de cosas, pero de alguna manera me cuesta hablar de ellas y supongo que será por esa sensación de haber estado medio loco o medio colgado de todo. Me acuerdo que había una chavala joven y que estaba por transtorno obsesivo compulsivo y era una buena tía y todo se le disparó cuando su novio le dejó sola y tal cual y digo que se disparó, pues yo no creo en un único motivo, siempre hay más acecho y que salen cuando se rompe la cuerda de salida. pero bueno la tía de alguna manera estaba enamorada y sintió por dentro un cuchillo y eso la destrozó. Pero tenía sus momentos buenos y se reía y contaba cosas y hasta que el tío problema se le cruzaba por el medio y entonces volvía a su profundo pozo.

Había otro que también era muy buen tío y ya tenía cerca de 60 años y éste venía por alcohólico o por darle a la botella. Me gusta más la expresión de darle a la botella, pues para mi es más expresiva y más descriptiva. Bueno y la verdad es que estaba un poquitín descerebrado, pues la priva le había causado algún estrago neuronal y eso ya no tenía remedio. Y me acuerdo que al principio mantenía distancia conmigo, pero poco a poco se fue acercando y acabó haciendo las mismas cosas que yo hacía, si iba al gimnasio, ahí iba él y si me sentaba delante del ordenador, pues él también se sentaba.

 Aún me acuerdo de sus saltos de alegría cuando le abrí un correo en el hotmail y no digamos ciando le mandé un saludo a través del correo. Era como un tío que paró su vida y sus conocimientos 30 años antes y en esa medida estaba bastante asalvajado y anticuado. El puto móvil también fue todo un descubrimiento para él y venga a preguntar y para que sirve ésta tecla y como se pone en modo avión y ¡porque ya no te lo metes por el culo, cacho capullo! y él se lo tomaba de coña y nos echábamos unas buenas risas.

Después había una tía muy brava y que en su rostro reflejaba dureza un tanto ensayada delante del espejo y los primeros días yo me anduve con tiento con ella, pero después fuimos congeniando y pienso que pasamos momentos muy buenos. Estaba enganchada de la coca, pero a niveles muy altos y fue mejorando y ya no sé más de ella, pero al no saber nada y porque ella no me ha contestado, es de suponer que volvió a darle a la farlopa.

RECUERDOS DEL LOQUERO -Parte II

Después la cena y a esperar a que nos dieran las pastillitas nocturnas. Y había algunos que se ponían más locos de lo que estaban y todo por ser los primeros en recibir su megadosis y eso traía siempre peleas, pero que nunca degeneraron en darse de hostias. Como niños de colegio de internado, pero bueno hay de todo en la viña del señor y entonces porqué no la va a ver entre los locos. Después un sector bastante amplio nos íbamos a fumar al patio y mientras observábamos estrellas y hablábamos de lo que fuera. Hasta que el pastillamen empezaba a causar estragos en nuestras filas y antes de caer redondos, nos desplazábamos como zombies y cada uno a su habitación.

Los días siempre eran iguales y era muy difícil de diferenciarlos. Las mismas actividades, los mismos rollos patateros, las mismas locuras y carcajadas de todos los días. Lo único que iba cambiando era tú coco, pues con el paso de los días se iba espabilando y era tanto producto de la mejoría, como por las bajadas de dosis somníferas. Vamos a ver, al principio te ponían dosis de caballo e ibas por los pasillos como un fantasma y como un pato mareado y cuando ellos pensaban que ibas mejorando, te bajaban las dosis. También había sus momentos duros y fuertes, de esos momentos en que afloran las emociones y éstas emociones casi siempre eran dolorosas y a veces eran como un parto, pues dolían muchísimo sacarlas hacia afuera.

Después entre el personal que cuidaba de los locos, había de todo y muy variadito. A mi me tocó un psiquiatra un tanto pusilánime y bastante gilipollas, pero cuando estás tocado del ala no te preocupa el como sea el tío, sólo quieres estar bien y el salir de allí cuanto antes. Y claro, tienes que seguirle el palo y hacerte el buenecito, pues del resultado de su informe, dependía el que yo saliera. La psicóloga era buena o muy buena y de ellas es la culpa de que ahondara en mi pasado y que sacara todos mis trapos sucios y que son muchas más de los que yo pensaba. Y también que me pusiera a escribir y le escribía unos tochos que te cagas y me quedaba alucinado, pues la tía se los leía  a fondo. Después el resto del personal se dedicaban a cumplir con su trabajo y a cobrar su nómina.

RECUERDOS DEL LOQUERO - Parte I

El loquero en el que estuve dos veces, estaba en Barcelona y por eso tengo tan gratos recuerdos de esa
ciudad y también porque es muy bonita y muy entrañable y además tiene el mar Mediterráneo a sus pies. Y bueno la primera vez que estuve, el Loquero estaba camuflado encima de un Geriátrico y en la última planta del edificio. La segunda vez sufrió una metamorfosis y se cambió de sitio y estaba en medio de un Pinar espléndido y lejos del bullicio de la ciudad. Bueno como se ve, en un sitio más adecuado para la paz espiritual que necesita un loco, si es que eso hace algo, pero bueno yo por lo menos, si ví Ardillas en los pinos y jabalíes a las puertas del Loquero y eso cuando estás loco, no sabes si es una alucinación o es que le medicación tiene esos efectos secundarios.

O sea un sitio de paz y remanso y en medio de un monte. De noche era de agradecer el que se pudieran ver las estrellas del cielo y ya con la medicación que nos metían por la noche, entre estrellas se te empezaban a caer las pestañas y alguno se quedaba sobado viéndolas y mientras ya roncaba. Medicación fuerte y siempre sobrepasada, como si con ello se aseguraran de que nos quedáramos tranquilos y bien dormiditos. Como si fuéramos bebés y se nos cantara una nana, pero una nana con forma de pastilla y alguno se le trataba la lengua y cuando ya hablaba de forma gangosa, era el preludio de que se iba a quedar dormido y así pasaba,  se quedaba dormido como un tronco.

El día era muy largo y empezaba a las 8 de la mañana, Desayuno y previo aseo y después se hacía como una salutación colectiva, y yo soy fulanito y buenos días y estoy aquí porque soy un pirao y otro que decía lo mismo y que también saludaba y así nos presentábamos todos los días, vamos por si acaso nos olvidábamos por tomar tanto pastilleo. Después pasaban lista de tareas y fulanito hoy tienes psiquiatra y tú tienes psicólogo y el resto tenéis charlas didácticas y que consistían en venga a hablar y a darle vueltas a las drogas, y al alcohol y a las depresiones y así hasta las 2 de la tarde. A continuación el papeo y después a quién le tocaba se iba de nuevo al psiquiatra o al psicólogo y el resto, venga a hacer tareas. Pues nos ponían tareas y que debíamos llevar escritas. Y a eso de las 7 de la tarde, se daba por finalizado el asunto y yo por ejemplo, era el tiempo que tenía para hacer bicicleta estática y me metía unos tutes que te cagas.

LA MENTIRA

Nos pusieron la vida por delante y nosotros dijimos, ¡hay que bien! y pensamos que la vida sería fácil y que todo se deslizaría suavemente. Pero poco a poco nos fuimos dando cuenta que todo era más complicado de lo que venía en el anuncio y empezaron las primeras hostias y comprendimos que si no las devolvías te caerían más y más y ahí se empezó a manifestar tus primeros indicios de agresividad. Al mismo tiempo aprendimos a defendernos y nos construimos castillos en nuestro cerebro y con murallas cada vez más altas. Defensa y ataque y aquello parecía un partido de baloncesto y para atacar hay que saber primero defender  y todas las variantes que hay de defensa y ataque.

Después vimos que los adultos no eran trigo limpio y que algunos mentían lo necesario para seguir hacia delante y otros, que todo en su vida era una puta mentira. Al principio decíamos, pues yo no miento y porque no quiero. Después vimos que la mentira estaba permitida socialmente y entonces empezamos a mentir un poco, solo un poco y después un poco más, vamos lo necesario para ir tirando y empezaron las matizaciones. Yo miento en esto, porque no me entienden o en lo otro, porque si no me echan del curre y entonces, me quedé dormido, pero lo que  tengo que decir, es que el coche no me encendió y punto.

La mentira aceptada en el día a día. Pero las leyes de la selva en que vivimos son así y están hechas por los seres humanos. Con el paso de los años, algunos como yo, se dan cuenta que han mentido mucho y que es hora de dejar las cosas claras y empiezan a desnudarse de nuevo y como niños pequeños. Ya no tienes tanto miedo social y para lo que me queda en el convento, me cago dentro. Pues eso es lo que hago, cagarme con fruición y alevosía y si me pillan y me amenazan pues diré una nueva mentira, que estoy sufriendo una gastroenteritis y por eso me estoy cagando por las patas abajo. Y éste es una nueva etapa, la mentira como arma y como arma ante la imposibilidad de poder decir la verdad, pero eso sí, usada como última baza.

DEJARSE LLEVAR (Poema)

Entre que unas veces me pierdo

y que en otras no me encuentro,

pasan los días sin saber lo que quiero,

y entonces deduzco,

que sigo en el limbo

en el limbo de los indefinidos,

y cuando toco fondo,

lo veo muy claro

y todo es fácil y es más sencillo,

y cuando desciendo hacia el averno,

todo se hace espeso y se complica,

y pienso que nada merece la pena,

y cuando floto en la superficie,

me dedico a contar estrellas del firmamento,

y entonces sé que ya estoy bien,

y que floto porque ya dejé el lastre,

y que se miro al cielo,

es porque ya me interesa lo de fuera,

y no es fácil,

nada es fácil si lo has complicado,

aunque así y todo,

siempre es más fácil de lo que parece,

pues el cuerpo primero se hunde,

pero después tiende a flotar,

y entonces todo es cuestión......

todo es cuestión de dejarse llevar.

LA TECLA DEL ÁNIMO

Sí claro que hoy es Miércoles y día 11 de Junio y hoy tengo guardia de noche y no sé si es mejor, porque en el curre hay aire acondicionado y en mi casa no, bueno hay aparato portátil, pero hace un ruido del carajo y para sobar no vale. Porque hoy sigue ese sol del desierto y son las 10 de la mañana y ya estoy sudando como un auténtico cerdo y tengo esa sensación de estar dentro de una sauna perpetua. Y a estas horas aún se lleva, pues corre una ligera brisa, pero por la tarde que entra el sol inmisericorde por mis ventanas y además desaparece esa brisa, parece que estoy dentro de un horno. ¡Qué pasada!.

Calor húmedo y espantoso. Pero bueno, es lo que hay y es lo que me queda. Hoy y no sé el porqué me costó entrar en mi blog, por problemas técnicos, supongo y lo que llamó mi atención, es que cada vez que no lo conseguía me iba poniendo más nervioso e histérico. Y eso dice mucho, dice claramente que estoy colgado del escribir y si no escribo me muero o me quedo paralítico y por el pavor que me entra. O sea que yo soy un auténtico yonqui de la escritura y es lo que me hace subir mi nivel de endorfinas. Pues nada una droga más en mi amplio historial delictivo.

Tendré que apuntarme al Proyecto Hombre, ese que reutiliza a los yonquis. Los sacan de la puta calle, los papis le pagan la terapia a tocateja y ellos, los del proyecto Hombre, se llevan a los yonquis al campo y a contar margaritas. Primero muy vigilados, por eso de desintoxicarlos y después le funden el trozo de cerebro que les queda, a base de terapias. Terapias muy simples y sencillas, la droga te destruye y te mata y tú tienes que servir para algo, así que a currar y a currar de sol a sombra. Bueno y un buen lavado de cerebro  y para que a su vez hagan proselitismo sobre ésta causa.

No está mal el invento, pero le faltan cosas y le falta sobre todo, el ánimo, pues los desintoxican y los ponen a currar y eso está bien pues muchos de ellos nunca dieron palo al agua, pero si les preguntas ¿que tal estás?, todos dicen lo mismo: me quité de la droga y ahora estoy currando con mis compañeros y estoy muy bien porque ya no me drogo. Y de ahí no salen y lo repiten como papagayos, además que lo dicen con cara de poker, inexpresivos y alicaídos. No recuperan el estado de ánimo y eso es muy importante, porque una vez que salen del Proyecto, se vuelven a sentir vacíos y al cabo de un tiempo, siempre recaen. El ánimo que antes tenían se fue con la droga y sólo lo recuperan, cuando se ponen una dosis de ella. ¿Y donde estará la tecla del ánimo?.


Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...