
Hay muchas manera de decir las cosas o lo que tu consideras que son verdades evidentes. Y que mejor ejemplo que cuando te enfrentas na dar la noticia de sus padre o madre a un hijo o hija, cosa que por desgracia me pasa a mi y con una frecuencia no deseada, al ser yo un puto médico. Una es empezar por la verdad en si misma, o sea hiendo directamente la grano y mire, su padre está muerto y después seguir con la explicaciones y matizaciones pertinentes.
Otra forma diferente, es empezar por las ramas y al final y como conclusión das la mala noticia o sea su padre estaba muy mal y ya era muy mayor y además padecía de esto y de lo otro, y al final, se murió porque le llegó su hora. Hay una tercera, que es ir dando una de cal y otra de arena y compensando todo el rato, o sea estaba muerto cuando llegamos, pero después y gracias a lo que le hicimos volvió a respirar, pero un rato después se le fue de nuevo el pulso y bla, bla, blá y bla, bla, blá y ante esta explicación la persona te mira entre interrogantes y solo te pide que vayas al grano de una puta vez y que le digas si está muerto o sigue vivo.
Yo soy de la escuela primera y prefiero la verdad por delante y después ir matizando o sea primero el mazazo y después las caricias. Porque ante situaciones tan penosas y duras como es la muerte de alguien querido, lo que exiges y ruegas es que te hablen claro y si tú padre vive o se quedó tieso. Después hay palabras o frases claves que sirven de consuelo en ese tiempo de matizar la muerte o en ese proceso de duelo. Por ejemplo vale mucho de si la persona muerta es mayor, es que ya tenía su edad y entonces ya le llegó su hora y además no sufrió y se apagó como una vela. Lo de no sufrir es importante y lo es por el muerto, para que al menos no muriera sufriendo y hoy en día hay mil medicamentos en nuestras manos para que con el dolor haya, tolerancia cero y también lo es para el que recibe la noticia y "ese murió pero no sufrió nada", tiene su peso en oro.

La segunda opción tampoco es mala, aunque no es mi preferida, pues te enrollas mucho con lo previo y lo único que quiere la otra persona, es que le digas de una vez si su padre está vivo o está muerto. La otra es desechable y es la que no se debe hacer nunca, porque una cal y otra de arena y parece que estás jugando al ping pong y sin mojarte nunca.
Y es que no hay peor cosas que ésta, el adornarte de detalles y de florituras y sin entrar en la esencia, que en el ejemplo que puse, es no pronunciarte en si sigue vivo o está muerto. Parece sencillo pero no lo es, porque ante la muerte de un ser querido, todo dios se agarra a lo que sea y si ese sea, eres tú y como médico, pues en ti depositan todas sus esperanzas. Pero la equivocación más grande que puede tener un médico, es no ir con la verdad por delante y después ya vendrán las explicaciones
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