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MI TRAJE DE ESTOS DÍAS (Tiempos de Pandemia)
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No todos los días son iguales
No todos los días son iguales,
este en concreto, es un día raro y extraño
y todo porque mi alma está sufriendo como una condenada.
Tengo que vender mi casa
(y por asuntos que aquí no voy a contar)
y cada vez que se presenta un agente inmobiliario
es una nueva puñalada trapera.
Ahora mismo
estoy sangrando por mis adentros
y no encuentro consuelo
ni nadie que me diga... ¡yo te comprendo!,
porque cada uno vive esta historia a su manera
y yo amo mi casa
y ese gran amor equivale a más dolor.
Tengo que asumir que ya voy para viejo
o que ya estoy viejo
y el subir y bajar escaleras se convertirá en un verdadero suplicio.
Asumir como propia la vejez de uno,
mirarse en el espejo y ver tu piel arrugada y desgastada
querer subir los escalones de dos en dos y no poder
sonreír y reír a carcajadas
cuando tus ojos verdes se oscurecen
y por cansancio y por haber mirado tanto.
QUE HASTA LOS RECUERDOS POR DENTRO, ARDIERON
HAY ESPINAS...
Hay espinas que se clavan en el fondo de tus entrañas.
Hay amores pasados por agua pero que nunca serán olvidados.
Hay pasiones que se esconden en el cajón de la mesilla.
Hay recuerdos que serás incapaz de digerir,
ni tragando mucha saliva,
ni que los pases por la batidora
ni que los desgloses en pequeños capítulos
y porque el epitafio final,
estaba previamente escrito,
serán tuyos y siempre formarán parte de ti.
Caminante, no hay camino. Antonio Machado.
Caminante, son tus huellas el camino y nada más.
Caminante, no hay camino: se hace camino al andar.
Al andar, se hace camino, y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar.
Hay una lucha interna entre los buenos momentos y el paso del tiempo.
Hay una lucha interna entre los buenos momentos
y el paso del tiempo.
El tiempo poco a poco los quiere borrar
y tú vuelves con insistencia, una y otra vez al pasado,
pero claro, no puedes instalarte en él.
Si por mi fuera
los viajes interestelares al futuro
serían al pasado
y volvería a crecer desde el principio
seguiría desnudo como nací
correría con mi perro con la marea baja
le tiraría un palo cuanto más lejos mejor
volvería a montar en el viejo tranvía
que siempre se estaba quejando con sus agudos chirridos,
subiría a los mismos árboles de mi infancia,
comería su rica fruta
y me tumbaría en su rama más gorda
y para ver el azul del cielo.
Montaría en la misma bici,
una bici heredada de mi hermano
y con ella recorrería los senderos de mi infancia,
estrechos, amables, rodeados de viñas
y de maravillosos atardeceres
y mientras el sol se escondía por mis islas Cíe
yo esperaba que el mañana siempre sería mejor.
Ernesto Sabato
"Queda tan muerto como queda una casa cuando se retiran para siempre los seres que la habitan y, sobre todo, que sufrieron y se amaro...
