ni me darán premios al tesón
y a la osadía de decirte siete letras
sin que me tiemblen las piernas,
ni me voy a poner tierno y blando
ni me voy a poner duro y frío,
simplemente te diré:
¡te quiero!
y tal como entré me iré por el mismo sitio,
no tengo que decir más
ni menos, tampoco,
nada sobra en la filosofía espartana,
pero tampoco nada falta,
hay cuatro cosas en mi vida,
que me hacen temblar de incertidumbre y locura:
el amor desatado,
la osadía valiente,
las decisiones diciendo...ha sido mi decisión...
y yo me hago responsable,
y el saber pedir perdón en silencio,
es que con el roce de mi mirada
puedo acariciar tu entendimiento,
porque no hay palabras
cuando uno se abre las venas
y menos las hay para decir
¡te quiero!




