Que te pierdas en un bosque.
Que tardes
muchas veces
muchos años
en dar con la salida.
Y que cuando logres escapar,
y me busques,
y no me encuentres,
comprendas al fin
que tú eras el amor,
y yo, el bosque.
Que te pierdas en un bosque.
Que tardes
muchas veces
muchos años
en dar con la salida.
Y que cuando logres escapar,
y me busques,
y no me encuentres,
comprendas al fin
que tú eras el amor,
y yo, el bosque.
Yo sé que algo o no sé que era...
me comía por dentro,
que mis entrañas se convertían en un amasijo de carne, mierda y vísceras,
que mis dientes se caían por tanto furor y temblor de encías
que mis huesos se hacían débiles y frágiles
que mis compañeros de lucha
se hicieron vampiros buscadores de sangre ajena,
que mis tomates eran granadas de mano a punto de petar,
que mis anhelos eran quimeras colgadas de un manzano,
y que al final
yo me salvaba y por una intuición malvada,
y que así acababa ese sueño... mi sueño...
el río desbordado por tanta gente
mientras a mí me devoraban una manada de hienas carroñeras.
"No me den fórmulas ciertas, porque no espero acertar siempre. No me muestren lo que esperan de mí porque voy a seguir mi corazón. No me hagan ser lo que no soy, no me inviten a ser igual, porque soy diferente. No sé amar por la mitad, no sé vivir de mentira."
EL ESPINO
Al lado tuyo, pero no
de tu mano: así te miro
andar por el jardín
de verano: las cosas
que no pueden moverse
aprenden a mirar. No necesito
perseguirte a través
del jardín; en cualquier parte
los humanos dejan
señal de lo que sienten, flores
esparcidas en el polvo del camino, todas
blancas y doradas, algunas
levemente alzadas
por el viento de la tarde. No necesito
seguirte adonde estás ahora,
hundido en la ponzoña de este campo, para
saber la causa de tu huida, de tu humana
pasión, de tu rabia: ¿por qué otra cosa
dejarías caer todo aquello
que has acumulado?
Me gusta la vida vista del revés o del lado contrario,
con óptica de agujero negro,
con perspectiva de cámara oscura
y observar como se acercan o se alejan
las inquietudes de su alma incomprendida.
Ahora sí que pienso que no me va a dar tiempo
de hacer lo que nunca hice
pero que siempre
pero que siempre (insisto) supe
que tendría que hacer.
Se me está haciendo demasiado tarde
para emprender semejante tarea tan utópica.
Y por ello
reclamo más tiempo,
más férrea disciplina,
más ilusión desbordante
y más ganas de comerme el mundo.
El pulgar murió poco después de morir lo nuestro,
creo que le dio un infarto fulminante
y ahora está de luto.
El índice sirvió durante un tiempo
como espacio publicitario
en el que nadie jamás colgó un anuncio.
El dedo corazón sigue levantado
dirigido al cielo y en señal de duelo
y esa es su dirección de correo.
El meñique sigue siendo pequeño y tímido
y casi no sale de su cueva.
Y por fin, el anular se ha puesto a mirar para abajo,
prefiere mirar al suelo
que a lo que está por llegar...
«Tengo en mí tantos arrepentimientos,
La idea era otra.
La idea era empezar de nuevo,
era hacerse un hombre de verdad y de mentira,
era ponerse el traje de valiente
salir a la calle
y gritar
¡Aquí estoy yo!.
Pero en fin,
soy más cobarde que valiente
y más sensible que insensible
y más apto
para permanecer callado
que para exaltar los egos.
Lo que me ha dado la vida,
ahora me huele y me sabe a pócima con hierbabuena
y a veces...a pozo negro..
Os voy a contar un secreto,
ahora soy un ser dependiente de la medicación,
es la primera condición
para ser declarado oficialmente... viejo.
La segunda,
será que te de un infarto
o un ictus que te deje medio paralizado y medio lelo
o que la demencia se presente como un caballo desbocado.
La tercera,
es que te prohíban comer grasas de cualquier tipo
y te supriman todo tipo de azúcares.
La cuarta,
es que se te caigan todos los dientes
y que mastiques a golpe de encías
lo poco que aún y de momento, te dejan comer.
La quinta,
está guardada bajo tierra,
en un hermoso nicho con plantas y flores
y con una lápida de mármol
que pone tu nombre con las fechas de nacimiento
y de fallecimiento.
Mientras un gusano salido de la madre tierra
se pasea por tu lápida de mármol
y babea y caga sobre ella...
Y eso es todo lo que va a quedar de mí
y perdónenme ustedes y porque se lo diga así de claro,
pero a todos ustedes les va a pasar lo mismo que a mí.
Busco en mi cuerpo la escritura
como quien trabaja la espera —
pulir los huesos
rastrillarme el pubis
amasar una a una las horas
tratar de desatar
con los dedos
el nudo que solo la muerte desata
qué era yo
antes de ser yo
quién era ella antes de alumbrarme
y antes
antes de todo eso
tú
quién eras
En cambio de hablar de dios o de los dioses,
hablemos de los hombres y mujeres,
hablemos de la carne, huesos, piel, cerebro y tegumentos,
hablemos de los pecados que cometemos por ser unos pobres mortales,
hablemos del hígado, riñones, estómago y epìglotis,
y de las tripas y entrañas más radicalizadas
y de las almas perdidas dentro del rebaño
y del inmenso poder de los sueños...
que a veces nos doblegan y nos iluminan la vida
y hasta a veces nos hacen pensar
que podemos cambiar el rumbo mundo...
Hablemos de todo eso,
porque ya estamos hartos de hablar
de penas y miserias de seres rastreros y pedigüeños.
No duele la vida,
duelen más los bellos amaneceres
y el lento pasar de los atardeceres.
Duele esa luz opaca entre sol y sombra,
duele el prólogo y el epitafio,
duelen los amores prohibidos
y casi nunca vencidos,
duelen las mentes convexas y complejas,
el gruñido y el aliento de fiera,
el olor a carne quemada y de resaca,
la putrefacción de los gusanos y las mariposas,
y la muerte riéndose a carcajadas...
Duele el aroma a leña quemada
las tardes largas y suaves,
el cálido y agradecido color otoñal,
las risas resonando en una caja de zapatos,
y un recuerdo que hizo nido
en medio de tu memoria.
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...