DELIRIO INCRÉDULO (María Zambrano)

 DELIRIO INCRÉDULO

Bajo la flor, la rama;
sobre la flor, la estrella;
bajo la estrella, el viento.
¿Y más allá?
Más allá, ¿no recuerdas?, sólo la nada.
La nada, óyelo bien, mi alma:
duérmete, aduérmete en la nada.
Si pudiera, pero hundirme…

Ceniza de aquel fuego, oquedad,
agua espesa y amarga:
el llanto hecho sudor;
la sangre que, en su huida, se lleva la palabra.
Y la carga vacía de un corazón sin marcha.
¿De verdad es que no hay nada? Hay la nada.
Y que no lo recuerdes. Era tu gloria.

Más allá del recuerdo, en el olvido, escucha
en el soplo de tu aliento.
Mira en tu pupila misma dentro,
en ese fuego que te abrasa, luz y agua.

Mas no puedo.
Ojos y oídos son ventanas.
Perdido entre mí mismo, no puedo buscar nada;
no llego hasta la Nada.

BENEDETTI


 

TRES POEMAS DE TEMPERO DE FERMÍN HERRERO (Blog "Los Papeles de Pablo Müller")


 La tarde que se alarga. Nieva. La duración

en mí, que me desprendo y al cabo doy

en todo. Y solo. Aquí o allá

es lo mismo, inmediato. Ahora puedo

ver, alguien me prenuncia, el tiempo

me retiene más salvo que nunca, menos

transcurso, a salvo ya de su condena. Después

de tanta muerte natural, de tanta

pregunta, este consuelo, lo que no mueve

el mundo, la quietud, el olor de la tierra.

 

—HÚRGURA—

 

 

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Después de la riada, bajo el puente, hay

troncos de arbustos, lodo, plásticos, muñecas

y alguna bota suelta, como observo a menudo

con estupor en los arcenes. Más adelante, aneas

y verguizas, se ven hasta culebras, el agua

transparente que sueña el roce de la piedra

y la piedra que se hace guijarro, afila en su memoria

el ruido que traían los ramales de granizo

del nublado. La piedra y el agua. Lo que rueda

y lo que se arrebata. Los chopos hablan en la orilla

 

—CRECIDA—

 

 

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Acabará asomándose el árbol por encima

del muro aunque lo vayan dejando solo

los años y verá la luna llena sobre los almendros

en flor, subiendo desde el horizonte. Y aguantará

el jolgorio de los pájaros en el relumbre

postrero del otoño, dando por bueno

su regocijo en medio de la tristura. Será

justo y querrá que su desánimo sea luz

y mañana. Querrá su altura. La belleza

es tranquila, se ahínca, necesita reposo.

 

—CONJETURA DE BELLEZA—

 

 

 

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...