Envíame una flor negra,
y me da igual que sea
un tulipán o una rosa negra,
o un lirio de río desposeído y todo destruído,
pero que sea negra,
negra de negro,
negro azabache o negra como la noche,
negra de luto o negro impoluto,
y hazme una dedicatoria firmada,
con el mismo lápiz negro,
con que pintas tus labios.
Dame besos en el cuello,
y haz un camino con ellos,
y baja y baja y baja,
baja hasta llegar a mi cintura,
y rodea mis caderas con tus besos posesivos,
y hazme el amor en la ventana,
y rompe, rompe mis viejos huesos destruidos,
y destroza mi espalda con tus uñas de gata desesperada,
y raja mi piel en cincuenta mil partes,
en canal, en vertical y en horizontal,
y desde la boca hasta mi misma cintura,
y por favor hazlo con tus manos,
y no te olvides,
que me comas todo y entero
Me encanta tú flor negra,
es fresca y brillante como la luna negra,
es suave, tierna y espléndida,
y sus pétalos se abren cual abanico en modo negro,
y huele, huele a tú perfume de hembra,
e irradia tanto,
que es como la luna llena
Me duele la boca,
de tanto decirte "te quiero",
me duelen las manos
por tanto cruzar los dedos,
me duele el corazón,
por tanto latido,
me duele todo,
y al final, pasa lo que tenía que pasar,
que sé y lo sé de siempre,
que aquí estoy y aquí te espero,
y aquí te esperaré siempre.
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