Ahora escuchando el telediario, acabo de oir de nuevo al Rajoy hablando de la luz del final del túnel y no sé que decir. Pues por un lado sospecho que para él, debe ser la frase de su vida y está convencido que con esa prosa tan bucólica, va a rachar y que se hará una página en la historia de España. La luz al final del túnel, yo la veo, dirá Rajoy y yo no, diré yo, pero claro se queda la cosa en un terreno totalmente subjetivo o sea que cada uno puede o no puede verla y si no la ves, te pueden dar otra alternativa, que te pongas gafas ¡hostia! y santo remedio. Dos, también puede ser que Rajoy no dé más del coco, ¡hombre! no es una razón totalmente descartable, pues la verdad que tiene pinta de tener pocas luces, pero a lo mejor la única que le quedó encendida, fue precisamente esa, la luz al final del túnel o a lo mejor la confunde con la luz de la mesilla, que se la deja siempre encendida. Mariano ahorra, ¡coño!.Rajoy no mentes más al demonio y dejemos la cosa en paz y por favor te pido, que no menciones nunca más lo de la luz al final del túnel, que me va a dar un pasmo y me va alterar mi difícil equilibrio neuronal. Después de oír a Rajoy me he tomado el doble de la medicación que me tocaba, porque eso me dijeron los psiquiatras, si algo te altera y te pone del revés, tú tomate el doble del pastillamen y además evita el factor causante. Hoy ya no puedo ver más telediarios, pues Rajoy es el causante de mi alteración, de mi doble alteración, pues ya me altera verlo con esa cara de pena y hablando de la luz, que dada su cara debe ser una luz muy ténue y casi grisácea o sea una luz tipo gallego, pues si le sumo lo de la frasecita, entonces que ya me pone carioco y pierdo el control y después acabo como siempre, enrollado en una camisa de fuerza.
No me compensa Mariano, a mi no me compensa tanta desdicha y prefiero verte cantando marihachís que hablando de las luces o ¿es que fuíste electricista o astrólogo? y yo sin saberlo. Mariano me voy a permitir darte un consejo, tú háblale de las luces a su Majestad el Rey, que ahora sí que necesita apoyo y mucho cariño y dile que su cadera maltratada de tanta cacería al por mayor, tiene una luz al final del túnel y que al final se curará y así le das la paliza a él y de paso le das un ánimo. Ah¡¡ y llévale Mariano, una petaca de vodka siberiano, que aún le levantaras más el ánimo. Y si es un barril, ya no te cuento Mariano...

