Apenas amanece
Apenas amanece
ya me siento motivado
la luz entra con calma por la ventana
el sol reluce tras las cortinas
el mar se mueve suavemente
el viento me acaricia con sus delicados dedos
y el perro de enfrente se mea en la puerta de alguien.
No llueve, pero ojalá lloviera
el sol y la lluvia hacen arco iris
la lluvia limpia conciencias y lava mi vida
el ruído de una obra agrede mis oídos
la ducha me espera calidamente
la noche ha sido negra y oscura
pero ahora, todo es azul reluciente
el mar, el cielo, mi jersey azul
y hasta mis ojos verdes.
¿SOLIDARIOS?
LA GENTE
Me quedan menos de dos meses para jubilarme de una puta vez por todas. Tengo 69 años y me jubilaré con 69 años y 4 meses. Y bueno, mi objetivo era llegar hasta los 70 años y por motivos de pasta y por ajustar un poquito mejor las cosas, que para nuestra desgracia, suelen ser económicas. La pasta, la puta pasta. Pero bueno, llegué a los 69 y dije esto, se acabó. No tengo físico ni motivación suficiente para seguir en éste trabajo y sin motivación, no se debe trabajar y si el nivel físico tampoco te da, pues doble motivo para dejarlo. Trabajo de médico y me siento orgulloso por el trabajo realizado, pero en ésta vida todo sufre su desgaste y por eso digo y concluyo, que estoy de la medicina hasta los huevos. No me considero médico para sentirme un salvador del mundo y como algunos le llaman, por un asunto altruísta que determina que tu vida está en su mayor parte, dirigida hacia la medicina y hacia salvar vidas por encima de todo. Que en parte también lo está y por eso por ejemplo en el peor momento de la pandemia estaba a mis 63 años dando el callo, cuando por edad, diabetes e hipertenso (todas, causas excluyentes para trabajar en aquellos momentos de pánico), podría estar cómodamente en casa y mirando como se iban muriendo personas. Pero en todo eso, siempre he sido así, así de solidario y demostrando en mi práctica diaria habia que estar al pie del cañón. Pero a todo esto...¿alguien me lo ha agradecido?, pues no y en tal caso, sólo me lo he agradecido yo mismo.
La gente y las personas son como estrellas fugaces y te aplauden cuando están acojonadas y al día siguiente y cuando el asunto ha mejorado, se olvidan hasta de como te llamas. Memoria selectiva, le llaman algunos. Y yo le llamo, la memoria del miedo y por eso no les gusta tener que recordar aquellos malos momentos. Pasó la guerra y pasó la miseria y el hambre y se olvidan del porqué se empezó esa guerra y el porqué se pusieron de perfil cuando las personas se mataban entre sí. La gente es así y ya sé y menos mal, que no todos somos iguales y que hay gente que merece y vale la pena. Por tanto, yo me pregunto, si la mayoría de la gente es así, porque yo que soy muy poco pero algo soy, que fuerza que me retiene para no ser como ellos. Esto me recuerda, que cuando vivíamos en épocas de la burbuja inmobiliaria, salían nuevos y pretenciosos ricos que se reproducían como conejos. El nuevo rico se compraba el mejor coche, un gran yate para salir al mar algún fin de semana, la casa en donde vivían tenía que tener por lo menos 10 habitaciones y una inmensa piscina que diera a la calle y para dar envidia a su vecindario. Claro que más tarde, vino la crisis y los malos y peores tiempos y entonces el nuevo rico ahora medio arruinado, volvía a hablar del pueblo, de la solidaridad y de la humanidad y que no había ningún derecho a que solo pagaran la crisis los nuevos ricos ( y como si los demás no existiéramos).
La mayoría de la gente cambia de parecer a según de donde venga el viento y si el viento le es favorable pues nada, que adelante y si viene viento en contra, ellos mismos se harán las prinipales víctimas. La gente dice que aprende de las malas y peores situaciones y ustedes me perdonarán pero no estoy nada de acuerdo y porque la historia me da la razón y de una guerra se pasó a otra guerra y más adelante se montaron otra y otra y así estamos y seguimos en guerra casi perpetua. Yo considero que ahora volvemos estar en fuera de juego, algunos y entre los que me encuentro, pensamos que la guerra es una mierda y que está montada para se hagan más ricos los que ya lo eran y mientras la población de los cementerios aumenta exponecialmente. Y no sé porqué, pero siempre son los más pobres y menos pudientes, los que van ocupando los nichos.
Creo que ni yo mismo
Creo que ni yo mismo
habría apostado tanto por mí.
De chaval sí lo habría hecho
y porque soñaba despierto y hasta dormido.
De joven dí un "do" de pecho al principio
no tanto después
y al final, entré en un mundo demasiado oscuro.
De adulto
fuí un buscador de almas en pena, como era la mía,
posteriormente
me enamoré de una persona
y la luz se abrió ante mis ojos y ante la vida.
Mis hijos me enseñaron
que merecía la pena seguir viviendo.
Y ahora, que en teoría estoy en declive
he resucitado de nuevo
y por supuesto, no me siento tan fuerte como antes
pero mi mente y mi alma
van a la velocidad del sonido.
Creo que ni yo mismo
habría apostado por mí.
De chaval sí lo habría hecho
y porque soñaba despierto y hasta dormido.
De joven dí un "do" de pecho al principio
no tanto después
y al final, entre en un mundo demasiado oscuro.
De adulto
fuí un buscador de almas en pena, como la mía,
posteriormente
me enamoré de una persona
y la luz se abrió ante mis ojos y ante la vida.
Mis hijos me enseñaron
que merecía la pena seguir viviendo.
Y ahora, que en teoría estoy en declive
he resucitado de nuevo
y por supuesto, no me siento tan fuerte como antes
pero mi mente y mi alma
van a la velocidad del sonido.
Mi historia vital ...
Que nadie piense que soy un tío impertinente o que lo piense, si quiere y tiene ganas y porque en el fondo me da igual lo que se piense de mí. Pero para mí, no lo soy. Intento adaptarme al medio en el que vivo y pernocto. Intento ser buena persona y a la vez intento decir las cosas a la cara, pero ese intento arrastra sus propias consecuencias y a veces me paso dos pueblos y medio. Mi intención más primaria es no hacer daño a nadie, pero tampoco me gusta ir de santurrón y perdonándolo todo y porque hay cosas que no tienen perdón. A veces me siento hormiga dentro de un hormiguero donde conmigo conviven millones de hormigas y por eso me siento uno más de la gran manada. A veces me disfrazo de tío valiente y aguerrido y quiero dar el pego con ello. Otras veces me siento un tío inmaduro que vive la vida a cara y cruz y no sé medir el riesgo que tienen algunas decisiones que tomo y por eso, esas veces tengo la sensación de que estoy metiendo la pata. Me siento un tío vitalista y amo la vida hasta la extenuación y eso no quiere decir que sea un feliz bobalicón que a pesar de que de vez en cuando alguien me putee, que yo lindamente le ofrezca mi otra mejilla. Como decía el otro, yo no olvido y me cuesta un huevo el perdonar los desplantes de alguien y las malas palabras hacia mí de otros. Disfruto y mucho de lo que veo, de lo que toco y de lo que imagino.
Mi historia vital está por contar, pero no por ello voy a escribir un libro autobiográfico y porque no me apetece contar algunas cosas y porque ahora mismo no sabría como contarlas. Supongo que todo en ésta puñetera vida que nos ha tocado vivir, tiene un guión y una propia estructura para descibir semejante relato. Hay cursos y talleres para ello y bueno, hasta cierto punto triunfan y porque a todo el mundo les gustaría poder contar su propia y puta vida. Pero ya véis, en éste mismo momento yo soy la excepción a la regla, aunque no niego del todo, que algún día me de por ahí. A esos cursos y en su mayoría se apunta gente o personas que suelen pensar que su vida es superinteresante. Y a lo mejor y eso suele pasar, su vida no es tan interesante como ellos creen o quieren creer y suelen ser personas de cierta edad (entre 50 a 60 años) y porque como empiezan a ver que el tiempo se les va acortando, se quieren compensar dándose un autobombo hacia su persona. Y porque sino lo hacen...¿cuando lo van hacer?. A mí me está pasando lo mismo y sólo me diferencia que ahora no me apetece contar mi vida y con todos sus detalles.
COSTUMBRES...
Y entre tus costumbres y las mías
están las que a su vez, vamos cogiendo...
el levantarse deprisa y corriendo
la siesta de uno y la no siesta del otro
la puesta de sol
el mar, el agua,
la arena mojada,
la luna y su luz celestial,
la tarde y su lenta y tibia caricia,
el esplendor de la noche
el buenos días de todos los días
la comida, la cena
el desayuno de oro y diamantes
la estrella fugaz de nuestras vidas
el entorno que nos envuelve delicadamente
la ducha de la mañana,
el agua fresca pero no fría
el placer de los abrazos
la luna reflejada en tus ojos
y en los míos,
toda la belleza que nos regala la vida.
No estoy bajo la influencia ...
No estoy bajo la influencia de nadie
salvo de la luna
nada ni nadie manda en mí
aunque puede que por el mar y el cielo
me encante el azul
y que el viento de cara me dificulte el andar
y que en el fondo de mis ojos
está tu cara incrustada
y por eso ahora mismo la podría besar.
Todo lo que me imagino
no tiene dueño
ni todo lo que sueño
se queda atrapado en el sueño.
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
