MI PELIGRO...

Mi peligro es inmenso, mi peligro es que tengo tanto que contar, que decir, que hablar, que soñar, que sentir, que tocar, que puedo aburrir a cualquiera. Y ese es mi gran problema, que soy un puto volcán en erupción constante y eso, puede llegar a saturar a cualquiera y además, ¡yo lo sé!. Y en pleno uso de mis facultades mentales yo declaro que: que no estoy loco pero que estoy en camino de serlo. Que veo los primeros síntomas y signos, que los noto, que los siento y que por tanto, debo aumentar las dosis farmacológicas de mis medicamentos. La verdad, lo que realmente me da pena es de las personas que caigan en mis garras y que se dejen envolver por mi verborrea diarreica.

Yo envuelvo a las personas en palabras, en dobles sentidos, en historias, en poemas, en giros prohibidos y al final, el que sale indemne soy yo o eso quisiera yo, salir indenme. Y salgo gracias a mi instinto de supervivencia y porque pase lo que pase, mis ganas de vivir son inmensas. Y una cosa previa: yo no hablo de engañar a nadie, sino de engatusar, de envolver, de dejarse querer y también, de querer  e inmensamente y todo forma un embalaje demasiado atractivo y sugestivo. Parezco un tío fatal y malo y en realidad un poco lo soy, pero también aseguro una cosa: que a quién quiero, lo quiero ciegamente.

Querer es precioso y es lindo, querer, es un sentimiento que nos desborda y querer libremente está muy bien en teoría y porque muy pocas veces se quiere libremente. Y mi medida del querer es distinta, yo quiero y no lo quiero todo, pero sí quiero intensamente. Digamos, que soy de gran intensidad y de períodos cortos, aunque con el paso de los años, ya no sé muy bien lo que soy. Ahora, quiero intensamente y lo que no sé, es el tiempo que durará esa intensidad tan alucinante.

SUAVEMENTE (Poema)

Suavemente...

te acariciaré suavemente

 haciendo senderos sinuosos

y trazando caminos inexplicables

y cuando llegue la hora, la hora de la verdad,

seré tu hombre lobo

y te comeré a mordiscos y a lengüetazos

y hasta tu último apéndice y hasta tu última lágrima

y desde los pies hasta la boca

y desde el equinoccio hasta la puesta de sol.

ASCO Y REPUGNANCIA

Hay muy pocas cosas que me repugnan, que me repugnan en sentido literal, en cambio que me den asco, tengo a cientos o a miles o para no resultar demasiado exagerado, tengo algunas más en número, que las cosas repugnantes. Repugnante es más que tener asco, asco es algo tirando a grimoso, aunque no es igual y después explicaré porqué y en cambio, repugnante es algo tirando a vomitivo. Por ejemplo me da asco. el tío que sorbe la sopa y como si fuera un moco que le cuelga, el que come en plan sonoro y ostentando que es un puto guarro, y repugnante es aquel que por ejemplo usa palillos para escarbar en sus dientes o en los agujeros de sus caries y para sacar un puto trozo de carne medio podrida y como guinda del pastel, después de la extracción carnívora, el menda lerenda observa su trofeo de caza y se siente todo satisfecho con su captura.

Ahora, entenderéis mejor la diferencia que hago entre el tener asco y el tener repugnancia. Bueno, también están los grimosos, que me dan asco pero que también me producen dentera. Un tío grimoso, suele ser un tío blandito y sonrosado o sea, gordo o flaco pero sonrosado de cara y blandito de carnes fofas o delgado con muchos pliegues y por adelgazar de repente y por estar a dieta o corriendo todo el puto día, pero a veces, los hay físicamente normales y estos se llaman blanditos de forma de ser o dicho de otro modo, tienen una personalidad blandita y tirando a asquerosilla. Un blandito de carácter es como un tío ladillas y por tanto, a la mínima oportunidad te pasará su mano blandita por el hombro y como si tocara a una serpiente y que además, en el fondo se está cagando en tus castas.

Y claro, hay los que poseen los tres títulos: asqueroso, repugnante y grimoso y mira que no es nada fácil ostentar los tres méritos a la vez, pero como les pasa a las brujas: haber, las hay y sino las hay, a mi me da igual. Todos conocemos a éste tipo de reptiles, todos hemos tenido un amigo, una pareja, un conocido o un compañero de trabajo y todos me produjeron el mismo asco, la misma repugnancia y la misma grima.

LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...