Nikos Kazantzakis


 Sé humilde

sé simple.

Inclínate ante la grandeza

de una flor, de una nube,

de un insecto.

No seas nada.

No seas nadie.

Sé literalmente una nada.

Y cuando estés

completamente vacío,

el recipiente se puede llenar

de todo lo que realmente eres…














¿Ignorancia o maldad? Juan José Millás


Me asombra la expresión del rostro de este hombre que al ejecutar el saludo fascista parece lanzar al público un guiño de inteligencia, de complicidad y de autoafirmación:
—¡Fijaos en lo que hago!
Lo que hace Steve Bannon es refrendar una doctrina que exterminó a seis millones de judíos y a cientos de miles de gitanos. Detrás de ese gesto están los homosexuales marcados con triángulos rosas, detenidos, torturados, castrados, asesinados o forzados a “curarse” mediante procedimientos médicos atroces. Están también las personas con discapacidades físicas o mentales, eliminadas por el régimen de Hitler bajo el programa Aktion T4, en nombre de una pureza biológica que justificaba la aniquilación de quienes no encajaban en su ideal. Están los millones de civiles muertos en bombardeos, ejecuciones sumarias o deportaciones masivas. Están los niños separados de sus familias, están los pueblos arrasados por haber escondido o ayudado a “los otros”, está el miedo convertido en norma, la delación en práctica cotidiana, la cultura trocada en propaganda. Está la mujer reducida a máquina de reproducción de la raza, está el cuerpo disciplinado y están los afectos vigilados.
El saludo fascista glorifica la imposición violenta de una única forma de ser, de pensar y vivir. Constituye una negación de la pluralidad y una amenaza para cualquiera que no encaje en el angosto molde del ideal fascista.

YO TE CUIDARÉ


Yo te cuidaré.
Pondré sábanas limpias sobre la vieja cama.
Doblaré la almohada bajo tu hermosa nuca.
Te inundaré con el tacto de mis caricias
y te recitaré hermosos versos hasta la madrugada
y entre tanto y más,
haremos el amor iluminados por la luna.
No te olvides de lo que te digo,
yo te cuidaré todos los días y día a día
te haré desayunos de zumos exóticos,
pondré estrellas sobre la colcha de la cama,
y dormiré abrazado a tu esqueleto
como un naufrago a su vida.
Y en las noches más frías y más gélidas,
encenderé la estufa dentro de tu cuerpo.
Por favor no te duermas,
no te duermas todavía,
saquemos el jugo más exquisito de nuestros cuerpos exhautos
exprimiéndolos como dulces mandarinas,
y dejemos que el viento se lleve su delicado olor de azahar,
ese mismo olor que sólo tienen dos cuerpos que se quieren,
y dejemos que el ambiente se vicie
y se enturbie y se espese como la densa niebla de la mañana.
Después,
volvamos a hacer el amor sobre la alfombra,
así y hasta fundirnos en un sólo ser,
o simplemente,
quedarnos en ser dos seres que se han querido
aquí y en el más allá.
























Todas las reacciones:

NO PUEDO RECORDAR LO QUE OCURRIÓ AYER (Tiempos de pandemia)

 

No puedo recordar lo que ocurrió ayer,
ayer antes de hoy,
ayer antes de ésta pandemia,
ayer cuando salía el sol de otra manera,
y cuando podía acariciar el verde de la hierba,
o eso me supongo,
que tocaría lo que podía acariciar,
pues soy dado a la curiosidad
y me gusta ver lo que hay debajo de las alfombras
y detrás de las cortinas,
la curiosidad crece en mis venas,
como he crecido yo porque siempre me pregunté el porqué,
y he llegado hasta aquí
porque nadie resolvió mis dudas,
he dado, he compartido,
he soñado dormido y despierto,
he querido hasta el dolor
me han querido con la misma intensidad,
he virado a estribor y a babor,
a veces me he escorado como un barco varado,
otras veces, he sido un submarino de las cloacas
y quién diga
que siempre ha vivido en el lado positivo de la vida,
me temo
¡que está mintiendo!.
No hay luna sin sol,
no hay lluvia sin sequía,
no hay noches sin día,
no hay recuerdos del ayer
sin aquél perfecto atardecer,
de ayer me queda el querer,
o me queda esa forma tan extraña
que cuando miro a la luna,
se me erizan los pelos y se me abre el corazón,
y supongo que sin saberlo,
será otra forma de recordar tu querer.

























Así que la soledad, ¡era esto!

 

Así que la soledad, ¡era esto!
resulta que era esto,
era abrazar al vacío,
era el mirarte desnudo y pensar
en como ha pasado el tiempo,
era el andar descalzo porque no encuentras las zapatillas
era el comer solo y dialogar con tu ego,
era el besar el aire y porque casi has olvidado como se besaba
era el aprender a oír tu propio silencio
y echando en falta la calidez de unas palabras...
además, todo se cubre de ecos huecos,
del recuerdo de las caricias de otros tiempos,
de aquellos dulces besos
y de aquellas noches al borde del abismo
y cerca de nuestra insumisa locura
y ahora me acabo de dar cuenta,
de que la soledad, ¡era esto!.
























"PEQUEÑAS REVOLUCIONES"

 



















Pues llevo un día raro y maravillosamente raro y quién me diera más días raros como éste...pero no se puede vivir en un estado así en plan ansioso y permanente y porque sino dejaría de ser un día raro y pasaría a ser común y cotidiano. Y aunque me guste lo cotidiano y porque disfruto de mis desayunos y de las estupideces que suelto de buena mañana y estoy pensando y para ser del todo sincero, que suelto a todas horas, pero tengo que reconocer que me gusta la vileza de lo cotidiano y el hacer una cosa y después la otra y sentirme un poco esclavizado por mis propias normas y paranoias. Pero de vez en cuando me gustan los estados asimétricos y ya no digamos si hablamos de los estados desquiciados y que además no están diagnosticados ni tienen tratamiento.
Y hoy llamó mi atención una tía que se anunciaba por la tele y para vender su puto libro: "las pequeñas revoluciones" y suena muy bonito y porque para eso tiene todo un equipo por detrás de su estampa de psicóloga psiquiatra que posee o que desee poseer un estado de pseudomagia y para vender mejor sus pocas y resesas ideas. La tía es psicóloga o psiquiatra, que para el caso me es igual y claro tiene que ser profesora de Universidad y para rizar más el rizo todavía, profesora de "inteligencia emocional". Y entonces y de repente todo cuadra: profesora, psicóloga, escritora de poco pelo pero con buenas relaciones sociales y culturales y experta en inteligencia emocional, que es lo mismo que decir, que soy experta en venderos la moto de la mejor manera.
Y todo para decirnos que debemos ser positivos y que debemos aprender a ver el vaso o botella siempre medio lleno y no medio vacío, que debemos rodearnos de gente positiva, que debemos ser estables en nuestras relaciones, que debemos tener vínculos afectivos y mejor si son estables y que por las mañanitas nos sienta muy bien tomarnos una tilita e inundarnos de pensamientos positivos y porque la vida merece la pena y que por eso viene el tema de las "pequeñas revoluciones", que hay que dar pasitos y mientras ella vende sus libritos y al final, nosotros nos sentimos fatal por no sentirnos como ella nos dice como nos debemos de sentir. O sea, que al final nos jode con tanta pastita con té y como se debe sorber el té y como se debe morder la galletita que acompaña al té...Pero bueno y supongo, ¡que hay que vivir de algo!.

En la otra orilla - Gata Cattana


 "Enfrentarme a un nuevo mundo es duro

pero es más duro no tener futuro

y ver que no puedes dar pan a los tuyos.

Nunca tuve nada que fuera mío,

ni siquiera la certeza de comer.

En vuestros cines me dijisteis

que esta era la tierra del pan y la miel,

así que... ¿qué iba a hacer?

Ponte en mi piel.

¿Qué más podía hacer? Tuve que marchar.

¿Qué más podía hacer? Buscaba dignidad.

La miseria insoportable en compañía.

Ayer pude ver cómo la bandera de la paz se desteñía.

Aún puedo ver a mi madre

fingir tener comida en la cocina;

en algunas partes del mundo el dolor es rutina.

El agua del mar donde se ahogó mi padre,

la luz del faro confirma el éxodo de la tierra madre.

Pasea conmigo por la calle de la amargura

y verás grandes valores, llamados ilegales, hechos miniatura.

¿Crees que es fácil esquivar Nacionales?

¿Sabes lo mal que estás si no tienes papeles?

¿Crees que exijo demasiado cuando pido a un policía llamarme de usted?

¿De verdad lo crees?

Las pateras no son noticias que ves en la tele.

Hay historias detrás y el viaje duele".













 

Mario Benedetti ( Es tan poco)


Lo que conoces
es tan poco
lo que conoces
de mí
lo que conoces
son mis nubes
son mis silencios
son mis gestos
lo que conoces
de mí
lo que conoces
es la tristeza
de mi casa vista de afuera
son los postigos de mi tristeza
el llamador de mi tristeza.
Pero no sabes
nada
a lo sumo
piensas a veces
que es tan poco
lo que conozco
lo que conozco
de ti
lo que conozco
o sea tus nubes
o tus silencios
o tus gestos
lo que conozco
es la tristeza
de tu casa vista de afuera
son los postigos de tu tristeza
el llamador de tu tristeza.
Pero no llamas.
Pero no llamo.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...