
Ahora es el momento idóneo de hacer BALANCE DEL DÍA. Si he sido BUENO o he sido MALO, si supe comportarme o hice el imbécil, si me cagué mucho en dios o no me cagué lo suficiente. En fin, cuatro cosillas sueltas o cuatro pelillos al mar, eso sí, el resultado final debe de ser favorable al lado MALO. Porque si gana lo bueno, malo. Porque ser BUENO en la vida y aunque sea un solo día, es desquiciante y es que al final de tanta bondad, te acabas haciendo un gilipollas bondadoso o un papahostias y entonces vas a recibir hostias de todos los lados. Hasta el más pringao del pueblo te va a vacilar.
No, decididamente hay que ser MALO. Hay que darle patadas a los perros y a ser posible en los huevos. Hay que escupir y sonarte los mocos en el suelo de la calle y si te queda algún moco pegado a un dedo, hay que estamparlo en la pared de una casa, ¡ah! y que sea una pared que la gente la toque o que se apoye, así se llevará un bonito recuerdo para su casa.
Hay que pasar por un paso de cebra a un viejo o vieja casi ciega y cuando un coche pase lanzado. Y tú apartarte a tiempo, sino no tiene mérito. Y apartarte no solo para que no te pille el coche, sino y también, para que la sangre no te salpique. Las manchas de sangre no salen fácilmente de la ropa. Hay que romper alguna bolsa de basura y esparcir su mierda sobre las aceras. En fin, que os voy a contar de maldades, hay tantas y tan variadas y todas son tan estimulantes, que las endorfinas te suben y te suben como sube un cohete.
Después llegas a casa y te das cuenta que estás como nuevo, relajado como un bebé con su chupete y bien colmado de maldades. Y entonces, como hago yo ahora, haces el balance del día y así siempre te saldrá, MALO. Y una sonrisa de satisfacción se dibuja en los labios, pues has cumplido la misión del día, has sido más MALO que el día anterior. Y eso ya te deja plenamente satisfecho. Por último, una peli de Vampiros psicóticos y ¡hala! a dormir a pierna suelta. Ya feliz y satisfecho.