DE TANTO HACER EL PINO

 

De tanto aullar en las noches de verano

me duelen las cuerdas vocales.

De tanto hacer el pino

he logrado ver el mundo al revés

y lo que para algunos tiene sentido 

para mí es una dirección sin destino

y el que anda con sus pies por el suelo

a veces lo veo colgado del techo

y el que quiere correr

que se de prisa, le digo,

no vaya a ser que se pierda en un cruce de caminos.

No hace falta entender porque vivimos en un mundo al revés,

lo vivimos y ya está,

lo sentimos, lo padecemos,

lo asumimos y lo disfrutamos

y que maravilla es tener un mundo al revés

los que te hablan por una vez se escuchan

los que te dicen, ese no es el camino correcto,

antes tendrán que pensar cual es el incorrecto.





















POSITIVISMOS Y COSAS



Que antes de nosotros estuvieron otros, que a su vez sustituyeron a otros y estos otros a otros y así hasta el principio de nuestra existencia. Partimos de una célula, el caso es como coño se hizo esa célula, que la llevó a hacerse célula y no una roca o un árbol o una salamandra. Hay tantos porqués en el tintero, que me he quedado sin respuestas que sean creíbles. Partimos de una célula que a su vez se unió a otra y otras células y todas juntas crearon organismos, primero primarios y más tarde, complejos y ahí es justo cuando entramos nosotros, en nuestra complejidad de seres humanos. Se supone que primero sería el pensar y después, actuar en función de lo que piensas y de lo que te va surgiendo. El pensamiento se hace andando y cada obstáculo que te encuentras en el camino, es hacerte pensar de nuevo y para superar las dificultades que vayan surgiendo. Nadie crece sabido. El proceso del aprendizaje es largo, tedioso y muy complejo, pues lo que hoy te parece bonito mañana no lo es tanto, pero es de suponer que si algo te gusta de verdad, quedará algo de ese gusto en el fondo de tu memoria. Por eso avanzamos y progresamos y porque nuestra memoria nos avisa de los peligros que ya hemos vivido previamente y aunque no sean exactamente iguales. Dos gotas de agua no son iguales, son parecidas. Y nosotros los humanos somos parecidos pero nunca seremos iguales. Y menos mal diría el otro. El otro que siempre me habla desde dentro con su dulce vocecita.

Para contar batallas estoy yo y para decir tonterías, tampoco estoy. Pero la vida me obliga a tener que decidir los pasos que vaya dando. Y cada paso es sangre, sudor y lágrimas. Pero para eso estamos, para sangrar por cada herida, para gritar por cada boca, para pensar en que nos queda menos y que ese poco que nos queda, hay que aprovecharlo al máximo. Parezco un manual de positivismo y creo que de alguna manera lo soy y porque lo llevo metido en la sangre y en el adn. Uno nace positivo, aunque en parte se hace y uno se puede educar en ello. Pero la esencia del tema viene en el chasis, pero claro aquí nos encontramos con una incongruencia, ni mi padre ni mi padre, eran seres positivos y hasta me atrevería a decir que eran pájaros del agüero y entonces el problema está de donde me viene ese gen positivo. Seguro que alguno de mis ancestros más antiguos era positivo a no poder más y como por el camino todo se desgasta, yo soy positivo pero no lo soy tanto.

Lejos quedaron aquellos días de mi tierna infancia donde a la fuerza tenía que ser positivo si quería sobrevivir en aquella casa de locos. Una bofetada en la cara...pues no me dolió tanto o menos mal que no me dió dos o tres. Un castigo ejemplar...y entonces siempre aparecía alguien por casa que distraía un poco a mi madre (mi padre pasaba de controlar estos temas) y bueno, uno siempre aprovechaba ese momento para que ese castigo no fuera tan duro. Me subía a un árbol y lo trepaba hasta el punto más álgido y allí me quedaba unos segundos o minutos contemplando al mundo desde allí. Me encantaba trepar los árboles y no los abrazaba porque de aquellas eso no se llevaba, pero si que me acurrucaba  bajo su fronda amable y cariñosa. Cariño, no había en mi casa, pero en el árbol sí lo había.

































TENER...

 

Tener una idea es un proceso mental.

Tener un sentimiento es algo que te sale de dentro.

Tener pasión es encoger el corazón

y echar saliva por la boca.

Tener lo que hay que tener

muy pocas personas lo tienen

yo, sin ir más lejos

casi nada tengo

y lo poco que queda dentro de mí

es algo que intento transmitir...

busco palabras, añado frases,

ligo sonidos, compongo estrofas, 

saco mis sueños y hablo de ellos

y aún así,

casi nadie me escucha.
















TONTERÍAS (Dedicado a mi hijo Miguel)

 

Va siendo hora de que hoy lo deje, ya dije suficientes tonterías. Estoy seguro que sin las tonterías yo no sobreviviría y no podría con toda esta mierda de vida, ni con sus malas noticias, ni con sus desplantes, ni con sus malas caras, ni con los sinsabores de cada día. La tontería me ayuda a sobrevivir y me da la mano para relativizar las cosas o para ver que detrás de una mala noticia puede estar el germen de una buena que está por venir o por llegar. Son formas de ver la vida y de darle un nexo común a todo, un algo que una a los dos bandos, al bueno y al malo y ese nexo para mí, es el humor o la tontería. Aunque entrando más en matices, hay quién diferencia entre el humor y la tontería y porque la tontería es tonta y el humos a veces, no lo es. Pero bueno, eso es rizar el rizo o buscarle las cosquillas a alguien que se está meando de risa.
Mi hijo pequeño heredó el mismo o mayor grado de tontería que el mío, es tan o más payaso que yo y no veas como se lo agradezco. Me escarallo con él, me río y me parto y es que es mi mismo reflejo delante de un espejo. Es payaso hasta la médula y eso le da fortaleza, es fuerte porque sabrá como ver detrás de las malas cosas, es más fuerte porque sabrá disfrutar mejor de las buenas, es ágil porque con su humor sabe zafarse y es inteligente porque sabe desnudarte y además, porque lo heredó de su padre (esto sobre todo). Yo no creo que consiguiera tanto a lo largo de mi vida, por eso digo, que mi hijo me da mil vueltas. Y os juro que eso no se enseña, eso sale de dentro, sale de su sangre y por tanto sale de su alma y cerebro. Y por las mañanas, cuando uno está lleno de asco y de legañas y llega él con su humor tan disparatado, que ya te deja perplejo y con la sonrisa puesta para todo el día. Hay personas que tienen ese don, el don de saber tocar tu tecla y ya sé que la mía no es muy objetiva, por el simple hecho de que soy su padre, pero ese don yo lo veo y lo noto y lo siento en cada instante en que puedo disfrutar de su compañía.

























OTRA VIDA Y OTRA HISTORIA

 

Va siendo hora de que aquí me dejes. Que te olvides de mí, que pases página. Borra de tu dura mollera el nombre de Bruno o si te acuerdas de mi rostro, recíclalo y haz con él una diana. En fin, haz lo que quieras, pero olvídame. Hay millones de rostros que por ahí andan sueltos y muchos de ellos están necesitados de cariño y comprensión, que no es mi caso, aunque todo hay que decirlo, el cariño y la comprensión, nunca sobran y por ejemplo hoy, pueden ser mis invitados. Yo los invito con sumo gusto y comparto con ellos, mis grandes momentos estelares. Pero es hasta donde hoy llego y de ahí no paso. Puedo pasear al borde de un acantilado y observar la espuma de las olas y oír su ronco rugido, pero una cosa es tocar el cielo y otra es estar en él y yo puedo apreciar la belleza de un acantilado y otra muy distinta, es que me tire al vacío a través de él. Digamos que la vida es bella y yo soy el primero que lo piensa y que además, lo digo, pero eso no me lleva a pensar que no hay belleza en otra vida. Hasta puede haber más, sólo que será una belleza medida con otras dimensiones, con otra medida de tiempo, con otro espacio que ahora mismo no soy capaz de imaginar. Yo me imagino todo negro y porque me faltan todos esos parámetros que acabo de mencionar. ¿Habrá mar en la otra vida?, ¿habrá cielo y estrellas?, ¿los cuerpos serán cuerpos que se puedan tocar o serán cuerpos inanimados, etéreos y vaporosos?.

Dicen que siempre hay vida tras la vida, que la muerte es de ésta vida y no la de otra, que no sé si se llamará vida tras la muerte o vida con más vida. Hoy leí una especie de post que hablaba sobre el error y lo decía una psicopedagoga de las que te quieren vender la moto y para que acudas a su puta consulta. Como conclusión más o menos venía a decir, que todos cometemos errores y que el error nos hacer ser más humanos (más menos, decía eso). Y yo digo, el error nos hace ser mejores personas si sabemos aprender de él y porque sino apaga y vámonos. A mi no me educaron con el error, más bien lo contrario, me educaron en la certeza que tenían los mayores y que al pasar de los años, te diste cuenta que aquellas certezas que tenían los mayores, eran una mierda que ellos mismos se habían inventado. Sus creencias eran de color pastel y mucho creer en dios, pero que dios me perdone yo haré lo que mejor vaya para mis intereses. Pero se podían haber ahorrado todo el rollo patatero religioso y todo el sistema de pecado mortal o venial y cuantas horas hubríamos ganado si hubiéramos ido directamente al grano de la cuestión.

Yo me confieso como ateo o agnóstico, aunque ahora no sé muy bien en que se diferencian y por eso y por si las moscas, me declaro más ateo que otra cosa. Yo creo en mí y en mi sombra y porque ella siempre va conmigo. Creo que ésta vida es maravillosa pero que nos la han hecho tan corta que a veces me quedo atrapado más con la idea, de que es demasiado corta. Y eso me quita tiempo de disfrutar. Corta pero molona como diría el otro. Corta pero intensamente rica y en todos los sentidos. Corta pero sentida y si a eso le añades, los sentimientos, entonces ¿que más podría pedir?. Pues simplemente, otra vida tan intensa como la que he tenido, ni mejor ni peor, pero igual de intensa y apasionada.























ABRIRSE O NO ABRIRSE


No se trata de abrirse al mundo y cortarse las venas en la plaza del pueblo. Hay que abrirse al mundo pero con sentidiño, ya que más de uno cuando ve abiertas unas venas ajenas, se lanza de cabeza y te acaba infectando hasta tus sentidos. Por tanto, hay que abrirse tanto como saber cerrarse, ni más ni menos. Hueles al enemigo, pues cierras tus venas. Te sientes rodeado por gente de confianza, primero te desnudas integralmente, segundo coges la navaja y zas secionas las venas, pero sin pasarse de pueblo y sólo debes de cortar todo lo que es susceptible de ser reparable o cicatrizable, pues tu objetivo era llamar la atención de los demás. Algunos esto lo hacen para dar más pena si cabe y otros como yo, porque nos gusta el color y el olor de la sangre y lo de hacerlo rodeado de gente de tu confianza. es por si acaso te has pasado de la raya y vas a necesitar ayuda. Bueno en fin, de todas formas siempre será mejor que no te cortes nada y porque ser y sentirte íntegro, es un bien que no tiene precio. Yo prefiero la soledad antes de sentirme un número entre la masa. Lo dicho queda dicho y lo no dicho se irá al nicho. Se nota que soy un poeta en horas bajas, pero no son tan bajas como para sentirme deprimido.

Yo no reclamo la depresión, pues la depresión existe igualmente la reclame o no. Está ahí, ahí a la vuelta de la esquina. Y nadie se puede sentir a salvo del todo de ella. La depresión es como la pescadilla que se muerde la cola y cuando estás arriba del todo resulta que de nuevo tienes que empezar desde abajo. La depresión tiene su tela marinera y es demasiado compleja como para hablar de ella en cuatro líneas o renglones. Pero hay que intentarlo siempre, hay que asomar la cabeza lo máximo que puedas y porque si después te caes (que te vas a caer), puedas mantenerte a flote y para no ahogarte en tu propia mierda. Nadie se va a salvar de la quema, mi el más listillo de la clase ni el más estúpido de la peña. Sino como uno va a saber cuando está arriba o cuando está abajo. No hay palabras ante tanta filosofía barata y no hay disculpas cuando uno se siente culpable de haber escrito tanta tontería. Yo ahora mismo, tendría un motivo muy claro para entrar en depresión y con solo leer lo que he escrito me entran ganas de abrirme las venas, pues tengo a mano un bonito cúter.

En el fondo, soy un puto cobarde de mierda que no se va a cortar las venas. Pero no me importa que así esté clasificado y no me importa porque amo demasiado la vida como para quitármela o para hacer un amago y para llamar la atención de los más cercanos. Con solo verme o sentirme o quererme, yo ya estoy llamando la atención. Yo me diría que me quiero, pero suena demasiado fuerte y egocéntrico.






















EL TIEMPO...

 

No me persono,

me ausento, me diluyo, me evaporo,

me declaro, desaparecido

y espero que no me reclames,

que sea como hasta ahora ha sido

tú, por un lado

yo, por el otro

y cada uno en su propio mundo.

Otras metas otros tiempos

otras ideas otros sentimentos

otro día en este laberinto sin salida,

de nada sirve acordarnos de aquellos días,

el tiempo ese viejo asesino

no se compadece de nadie.
















Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...