Todo va más lento que lo más rápido.


 Todo va más lento que lo más rápido.

Lo rápido va su aire

pone la sexta marcha

y se lanza por carreteras inexcrutables.

Lo lento, en cambio,

va más pausado y más pensado,

cada paso en una meta transitoria,

cada decisión tomada es un avance meditado,

lo lento, gusta de ser saboreado,

pide una pausa después de una victoria o derrota,

te otorga el poder de poder ver

donde estabas ayer y donde te encuentras hoy

te da la perspectiva de tu propia historia

te induce a pensar que cualquier hecho tiene algo detrás,

que nada es simple y sencillo

ni siquiera lo es

el respirar por las agallas

ni el sentir por las entrañas.

En fin,

me quedo con lo lento

y con su paso cansino y apesumbrado.




















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