LA MUERTE Y SU GUADAÑA
Si lo que yo digo, ahora en pleno verano los viejos caen y se mueren como las moscas cuando les llega el otoño y se quedan tiesas. Hoy le tocó a Lauren Bacall (siempre inolvidable) y ayer, se despidió de nosotros Robin Williams (más inolvidable), bueno éste último con solo 63 años y se despidió de éste mundo con un suicidio. Que tiene todo su derecho, total para lo que hay en el mercado, a veces es mejor coger un atajo. Después y para que digan que las imágenes no engañan, representaba a un tío lleno de vida y hasta la médula o eso transmitía y por dentro era de cristal fino y delicado.
Aunque yo no sé el porqué, pero siempre me dio la impresión que debajo de su máscara mágica, la que lucía cara al público, había una tristeza o una amargura interior que al mismo le desbordaba. Ahora es fácil decir esto, pues está claro que el tío no estaba contento con su vida. Pero a lo que voy yo, cada suicidio debía ser un asunto reflexivo y para darnos cuenta de que la vida no es un salmo a la felicidad. La vida es muy puta y a veces te deja en el atolladero del sí o del no, de si o no merece la pena el seguir viviendo.
La muerte, la muerte es una de mis obsesiones, pero no porque la desee, sino por querer sentirme preparado cuando ella llegue. Supongo que vendrá con su traje negro y su guadaña y a mi me gustaría llegar a decirle: "Muerte ya estás aquí, pues yo ya estoy listo y dispuesto para éste viaje". Yo sobre todo, quiero una muerte digna, quiero dignidad humana en ese acto, quiero ver hacia atrás y sentirme satisfecho con lo hecho, quiero sentirme orgulloso de mi vida, quiero que los que me quieran se queden contentos y tranquilos y por supuesto, que mi existencia les haya servido de algo. Y no quiero besos y lloros de despedida, quiero flores, versos y que alguien me diga... ¡te quiero!.
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La muerte, la muerte es una de mis obsesiones, pero no porque la desee, sino por querer sentirme preparado cuando ella llegue. Supongo que vendrá con su traje negro y su guadaña y a mi me gustaría llegar a decirle: "Muerte ya estás aquí, pues yo ya estoy listo y dispuesto para éste viaje". Yo sobre todo, quiero una muerte digna, quiero dignidad humana en ese acto, quiero ver hacia atrás y sentirme satisfecho con lo hecho, quiero sentirme orgulloso de mi vida, quiero que los que me quieran se queden contentos y tranquilos y por supuesto, que mi existencia les haya servido de algo. Y no quiero besos y lloros de despedida, quiero flores, versos y que alguien me diga... ¡te quiero!.
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MANÍAS
Me estoy dando cuenta que voy cogiendo vicios inconscientemente y ahora tenía una botella de agua fría en la mano y le eché un trago, pero al dejarla sobre la mesa, la coloqué con sumo cuidado y en el mismo cerco donde la había dejado anteriormente y pensé, ya hago como el Nadal y sus rictus de paranoico (pero en su caso, son consentidos y en mi caso, necesitaría un tratamiento psiquiátrico). Es verdad que juega al tenis que te cagas, pero tenerlo de amigo debe ser un verdadero coñazo y lo digo, porque debe de ser bastante cuadriculado y el gin tonic debe ponerse exactamente en el mismo sitio que antes y con dos cubitos de hielo que tienen que ser exactamente del mismo tamaño.
Él, es un gran o un buen maniático, pero en realidad somos muchos los que pensamos que no lo somos y si cada uno se repasa un poquito, seguro que encontrará hechos repetitivos y eso al fin y al cabo, son manías obsesivas. Mi principal manía son las gafas y que nadie me las toque y porque simplemente muerdo. No soporto esa broma pesada de ponerte un dedo sobre el cristal de las gafas, vamos que no lo soporto, por no decir que me desquicia y me comería su dedo y por supuesto, escupiría el hueso.
Todo tiene su buena explicación. Yo soy miope de toda la vida (miope empedernido) y sin las gafas yo no vivo o dicho de otro modo, no veo un pijo y eso, me mata. Y eso me altera y me pone de los nervios y pienso que ya no puedo conducir, ni saborear los paisajes de mi alrededor. Yo a las gafas las cuido y las mimo, las limpio con cuidado y las paso por mi ITV particular, vamos que me preocupo por ellas y porque me prestan un buen y magnífico servicio.
Tampoco soporto que me toquen la barriga, sobre todo cuando estoy gordo seboso y que es precisamente cuando algún graciosillo de poca monta, se atreve a tocarla y para hacer un chiste fácil sobre la obesidad que tienes (ahora voy bajando de peso en ascensor). ¡Joder! que me toque sus huevos. Es como si a un tío le falta un ojo y vas y le metes el dedo en la cuenca vacía y menuda gracia más graciosa y te dirá y con razón, porque no te metes el dedo en el culo. Me acuerdo que a mi Padre lo que le desquiciaba era que le tocaran el poco pelo de la cabeza y sus razones tendría. Bueno son cerca de la 1 de la mañana y ya seguiremos otro día con el tema de las Manías.
Tampoco soporto que me toquen la barriga, sobre todo cuando estoy gordo seboso y que es precisamente cuando algún graciosillo de poca monta, se atreve a tocarla y para hacer un chiste fácil sobre la obesidad que tienes (ahora voy bajando de peso en ascensor). ¡Joder! que me toque sus huevos. Es como si a un tío le falta un ojo y vas y le metes el dedo en la cuenca vacía y menuda gracia más graciosa y te dirá y con razón, porque no te metes el dedo en el culo. Me acuerdo que a mi Padre lo que le desquiciaba era que le tocaran el poco pelo de la cabeza y sus razones tendría. Bueno son cerca de la 1 de la mañana y ya seguiremos otro día con el tema de las Manías.
EJERCICIOS ESPIRITUALES
Hay días en que es mejor callar que decir lo que piensas y yo poco a poco, me voy aplicando éste cuento y porque sino dentro de poco estaré predicando en el desierto. No me estoy quedando sin audiencia, pero si me estoy quedando sin amigos o conocidos y tampoco es eso, tampoco es cuestión de caminar siempre sólo y malherido. Tengo sensación de soledad buscada y trabajada y no hay disculpas de que no me di cuenta, porque en todo momento fui y soy consciente de ello.
Me he aislado y vivo como un ermitaño. En parte lo necesitaba, pues necesitaba verme hacia dentro, pero el hábito hace al monje y creo que ya ha pasado el tiempo de los ejercicios espirituales. Ejercicios espirituales, así le llamaban los curas cuando organizaban convivencias de niños y durante varios días. Allí, todo era para comerte el coco en plan concentrado y supongo que los curitas pervertidos (que eran bastantes), se debían poner las botas con tanto culito de niño.
Yo, por suerte y por a o por b, siempre me libré de éstas malas películas y porque mis padres eran católicos de esa manera, de para ir a misa y sin comulgar la hostia bendita o sea para hacer acto de presencia social y ¡menos mal!, porque sino ahora podía escribiros desde el mismo Vaticano, porque a los 10 años de mi existencia yo prometía para esas lides tan siniestras del querer ser un curita más en la Tierra y todo porque el curita de turno, me había comido el coco y además con la evidente amenaza de que sino no aprobaría sus asignaturas. Antes el chantaje era tan imprescindible como el comer y además si el fin era “bueno” no importaban los medios. Antes todo era más crudo, pero también era más claro.
Ahora no, ahora se hace más el chantaje subliminal. Yo no hago esto, pero simplemente te lo digo y además te lo advierto. Ahora te inundan de caricias y cuando ya estás blandito, te la insertan directamente por el culo y hasta que te salga por la boca. Antes no, antes te la metían directamente a pelo y si te rompían el culo, pues eran efectos colaterales o la culpa era tuya por tener un culo tan lindo y estrecho. Ahora la verdad, es que sobra demasiada vaselina y uno quiere ir al grano de las cosas, pero te dicen que antes hay que verlo todo y desde todos los ángulos y bla, bla, blá....
Quizá sea eso, que yo soy de la antigua escuela y sólo aplico lo aprendido. Pero yo prefiero las verdades como puños, que las verdades a medias, prefiero saber quién va a ser mi enemigo, que andar en eternas negociaciones. Bueno, también prefiero una caricia que un puñetazo y un beso a un desgarro o sea que prefiero la paz a la guerra y hacer el amor a todas horas (bueno, ahora ya no tanto y porque dada mi edad, prefiero no tener que currar tanto). Me gusta sinceridad descarnada, la sinceridad que a un sangra y supura y casi me da igual que ésta me haga daño o me haga cosquillas.
Hace poco me escribió una amiga y me dijo unas cuantas cosas muy duras y mi primera reacción fue instintiva y me defendí como un jabato desbocado, es más contraataqué con todas mis armas. Ahora ya no, ahora ha pasado todo y le estoy profundamente agradecido por esas verdades que ella consideraba que necesitaba decirme, lo único malo que ahora ya es tarde, porque en el fervor de esa batalla dialéctica nos dijimos algunas cosas que es mejor no reproducir y por tanto, esa amistad se fue al carajo. Y no porque lo que me dijo fuera una verdad universal, sino que se lo agradezco porque me hizo pensar las cosas dos o tres veces, ahora ya hago una pausa pertinente y antes de decir las cosas.
LOS ALQUILANTES (2.014)
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Ésta es una foto de mi cabeza |
Y pasa la mañana y yo me pierdo con ella, pues tengo asuntos pendientes, pequeños asuntos, pero que por cojones los tengo que resolver hoy. Ultímo los detalles de mi casa, pues va a ser alquilada mañana. Y claro faltan el repaso de los detalles, los pequeños e imprescindibles detalles. Que si una puta cortina, que si la sábana de arriba o de abajo, que si a la nevera le falta un estante, que si que te den por el culo. Claro que el que paga quiere que todo esté como tiene que estar, que para eso paga. Y lo peor del asunto, es que no sabéis como me arrepiento en éste momento por tener que alquilar mi propia casa. Claro que intento compensarme y me digo, tío que después te queda la casa toda arreglada.
Pero ahora no soy capaz de ver tan lejos y sólo veo que yo tengo que estar fuera de mi casa y que sí, que los días pasan y que solo son 10 días de sufrimiento perpetuo. La verdad es que no sé como compensarme y quizá me tenga que hacer un auto regalo y has sido bueno y por eso, puedes mandar a los inquilinos a tomar por culo. Estoy obsesionado con el tema problema. Yo en éste momento pediría un kit kat y pararía al mundo y hasta que yo encontrará una solución de verdad o sea hasta que encontrara la fórmula para que no vinieran los alquilantes a mi casa.
Antes se decía, que hasta que llegara un telegrama de última hora y que por circunstancias personales, los alquilantes no pueden venir. Hoy en día se resolvería con un correo que pusiera lo mismo. Y yo entonces, encantado de la vida, mi casa arreglada a fondo y yo disfrutando de ella, mi casa sin gusanos desconocidos y mi casa libre de cuerpos extraños y sobre todo libre de almas raras y escalofriantes. Menos mal que mi alma es muy grande y yo no estaré presente pero mi alma sí y será la guardiana de la casa. La verdad es que esta reflexión aún me deja más deprimido, pues tengo la sensación de que alquilo mi alma y puede que sea cierto.
VIGO
Y hoy vi una antigua foto de mi ciudad natal, Vigo (ésta foto de arriba). Vigo (allí, nací yo) cuando era Vigo de verdad, ahora sigue siendo Vigo pero menos y porque ahora, me resulta una ciudad lejana y extraña. Son muchos años separados o divorciados y esa onda familiar y entrañable ha desaparecido, ahora me resulta difícil identificar sus rincones, ahora faltan mis descampados, los tranvías y sus chirridos y una gran parte de sus viejos edificios.
Ahora todo es nuevo o casi. Y lo del tranvía pues nada, que vino un alcalde modernillo y gilipollas y dijo que el tranvía era pasado y se cargó tranquilamente al tranvía y de un plumazo. A mi me gustaba mucho el tranvía, me gustaba como trepaba las largas cuestas de Vigo y como se agarraba a sus raíles con fuerza y como emitía quejidos por su inmenso esfuerzo. Y aquél ruido infernalde chirridos de hierro fundido y el tío que echaba arena y para que el tranvía frenara. Pero ya se sabe que todo tiende a desaparecer , hasta los pensamientos más entrañables se diluyen y Vigo fue Vigo para mí y ahora ya no es Vigo, pues es un Vigo sin tranvías.
Parece mentira que añore tanto el tranvía, pero los sentimientos son así de subjetivos. También añoro los descampados, esos campos rodeados de edificios y donde aprendí todo lo malo y lo peor. Aprendí a disparar balines a los pájaros, aprendí a tirar piedras a la cabeza de un amigo, aprendí a darle palos en la polla a los burros, aprendí a pelear a base de llevar hostias y de vez en cuando dar alguna, en fin, que aprendí mucho y por eso para mi los descampados, fueron mi Universidad en la vida. Y ahora están llenos de edificios modernos y por ellos cruzan calles y avenidas que no conozco.
Y para colmo de los colmos, mi playa de Vigo, la playa de Samil...ni la reconozco. Tenía un espléndido pinar a los dos lados de su estrecha carretera y ahora en cambio de pinos hay aparcamientos, han dejado alguno vivo y para que uno puediera observar elel genocidio que han cometido. Y las dunas que a mi parecían las del Sahara, pues desaparecieron bajo el cemento del llamado paseo y que en realidad es una lengua de asqueroso cemento que bordea la playa. Menos mal que Vigo tiene un entorno que no se merece y no se lo merece por haber elegido a Alcaldes que se dedicaron a esquilmar su belleza y ahora es una ciudad sin sal, pero como decía antes, con un entorno, incluida su ría de Vigo, que es de auténtica postal. De todas formas, te echo de menos, mi Vigo del alma.
LO QUE NO TE MATA TE FORTALECE
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Ciutadella de Menorca |
Claro que nunca sabré que habría sido de mi sin el ánimo o si me llegara a tocar la muerte, aunque esta última y por desgracia tarde o temprano, llegaré a encontrarla. Y si que en éstas circunstancias, lo que no te mata te fortalece y por eso soy capaz de ver la Diabetes que padezco como algo positivo. En cierta forma me alegro de padecerla y porque me ha obligado a cambiar el chip de las cosas o lo que es lo mismo, me ha obligado a cambiar las prioridades de mi vida.
Las cosas negativas se pueden ver de dos maneras, quedarte solo con lo negativo y regodearte en tu mala suerte o ver el problema y poner las medidas necesarias para su mejora. Pero debajo de éstas dos opciones subyace el ánimo. Tienes dos opciones: te quedas con la botella medio vacía y con el problema, o te quedas con la medio llena y viendo en perspectiva y por lo tanto, dando una salida. ¿Y como se consigue el ánimo?. Si yo lo supiera no os lo diría y me llevaría el secreto a la tumba.
Pero como no lo sé, solo sé de generalidades ambigüas y de que cuando el ánimo se instaló en mí solo sé que antes me lo había currado y mucho: que había pasado un mes encerrado en un loquero, que había dejado de privar y de empastillarme sin control, que me había currado mi cuerpo en plan físico, pero todo esto ya lo había hecho otras veces y el ánimo no había aparecido. Y entonces concluyo lo mismo que al principio de éste escrito, que el ánimo es una lotería y que si te toca hay que aprovecharla.
DETRÁS DE UNA AFIRMACIÓN...
Claro que detrás de una afirmación, siempre aparece una duda y cuando dices, yo estoy seguro que quiero esto, pues una nueva duda te está apareciendo. Pero dudar en si mismo no es malo, es necesario, lo único malo es recrearse en la eterna duda y no tomar decisiones. Hay que arriesgarse y a veces hay que dar pasos a tientas, no a ciegas, digo a tientas. Porque a veces se tiene todo claro y es fácil el tomar decisiones, pero en otras (la mayoría) todo se cubre de niebla y no ves nada, pero sientes, oyes y hueles y eso debería ser suficiente para tomar decisiones.
Y lo digo por mi y por mi experiencia, la mayoría de las decisiones se toman a tientas y el resto de los sentidos, incluída la intuición, son los que te hacen definirte por algo. Pocas veces la claridad es nítida y abrumadora y en cambio la mayoría de las veces, los interrogantes forman parte de nosotros. Yo soy un interrogante que deambula por la vida y que busca su porqué y su razón de ser constantemente. Todos buscamos de donde venimos y hacia donde vamos, todos queremos saber de donde procedemos y que coño pintamos.
Todo esto es pura metafísica patatera, pero no deja de ser real y como la vida misma. Las preguntas siempre son las mismas y las respuestas también y unos se contentan con sentir que fueron creados por un ser superior y otros en cambio, nos rebelamos contra esa idea tan conformista y tan cómoda y pensamos que nosotros los humanos somos los verdaderos creadores de lo que tenemos y por tanto, somos los responsables de nosotros mismos y de todo lo que hemos creado. Es fácil de decir que cuando algo no se entiende del comportamiento humano, se achaque a la ira de dios o a que el demonio nos está tentando, pues eso nos quita peso de encima y nos alivia y nos redime.
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Todo esto es pura metafísica patatera, pero no deja de ser real y como la vida misma. Las preguntas siempre son las mismas y las respuestas también y unos se contentan con sentir que fueron creados por un ser superior y otros en cambio, nos rebelamos contra esa idea tan conformista y tan cómoda y pensamos que nosotros los humanos somos los verdaderos creadores de lo que tenemos y por tanto, somos los responsables de nosotros mismos y de todo lo que hemos creado. Es fácil de decir que cuando algo no se entiende del comportamiento humano, se achaque a la ira de dios o a que el demonio nos está tentando, pues eso nos quita peso de encima y nos alivia y nos redime.
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NO TE CONFUNDAS
Yo espero no volver a verte,
ni ahora ni nunca,y aunque me veas... no te confundas,
no seré yo al que miras,
será mi espectro o será mi sombra,
o será mi huella sobre la cama,
pues te juro que yo no soy lo que era,
por tanto, es otro señor con mi máscara,
es otro el que me suplanta,
y no sé como decírtelo,
yo fui lo que fui mientras era humano,
ahora soy etéreo como el humo,
tengo el peso de una pluma y vuelo muy alto,
y en eso me ha convertido,
en un alma que se quedó sin cuerpo.
LA VANIDAD
Si no vendo así, pensaría, pues me plantearé lo que mejor sé hacer y entonces volvió a los ebooks, pero promocionándose por las redes sociales, al mismo tiempo el tío seguía escribiendo como una bestia parda y en ese año llegó a escribir 9 libros y todos escritos a la vez. Me lo figuro, una hora para cada libro o mejor dicho, dos horas, pues según él sólo necesitaba dormir 3 horas al día, vamos exactamente igual que Einstein. Se notaba que el tío aspiraba alto. Decía que contactó con personas a través de las redes y que poco a poco le fueron dando su apoyo y claro al final, rompió aguas y empezó a vender ebooks como chorizos, creo que varios millones, eso sí a precio de saldo cada uno, no sé si eran entre dos a cuatro euros cada uno. Bueno pues ante vosotros teneís al "rey de los ebooks".
A mi éste rey me sonó a rey artificial, a rey de ventas por marketing, a rey especulador y desaprensivo, o a rey de los montajes y voy a explicar el porqué. Primero, porque el primer año no rascó bola en ventas y en el segundo y estoy seguro de ello, contactó con varios personajes a través de las redes y claro, los huntó de pasta. O sea el tío como alto ejecutivo tenía pasta suficiente para ir comprando a la gente y estudió estratégicamente a quién debía hacerlo o sea, a personajillos de medio pelo, pero que eran influyentes en las redes sociales. Así empezó a triunfar en su segundo año y con el beneplácito de Amazón. Amazón estaba necesitada de un héroe americano y éste señor cumplía casi todos los requisitos de como hacerse a si mismo, aunque en realidad fuera a golpe de talonario. Esto vende mucho, esto forma parte del sueño de que todo se puede llegar a conseguir en América, aunque éste no salió precisamente de las cloacas, pero después pudo tocar el cielo más que nunca.
Yo sinceramente no sé como escribía el tío, pero de la lectura de la entrevista extraje las anteriores conclusiones y ya ví lo borde, lo pretencioso y lo mafioso que el tío era. Salían unas fotos que me lo confirmaban aún más, pues de fondo ponía su mansión tipo sureña de a todo lujo y de alto ejecutivo. Y es que no se cortaba y en el dormir se comparaba a Einstein y en que no le costó nada, pero nada, escribir 9 libros a la vez, vamos como si fuera todo coser y cantar.
Y a que viene todo éste rollo, si el tío no tiene nada de interesante. Pues a que yo caí en sus redes, es decir, mi vanidad me hizo caer parcialmente en creer en ese sueño y me dejé llevar por los millones de ebooks o sea, por necesidad de reconocimiento y de la pasta. Durante un tiempo soñé que yo podía llegar a lo mismo que él. ¡Hombre! tampoco me lo creía totalmente, pero si fue durante un tiempo corto una parte de mis sueños. La vanidad, la vanidad te rompe tus principios y hasta te cambia la forma de ser, aunque tampoco dio tiempo para eso, pues por suerte me dí cuenta casi enseguida, de la trampa en que había caído y rápidamente salí de ella. Durante ese tiempo valía más vender y como fuera, que disfrutar escribiendo. Pero en el fondo es bueno tener tentaciones, porque sino las tienes nunca las superas y aún así, nunca se sabe hasta que punto las tienes superadas de verdad. Escribiendo esto, creo que estoy demostrando que si no las tengo del todo superadas, pues casi. Aunque la vanidad es un monstruo que tiene muchas caras y cuando ve que a una de ellas le cierras una puerta, busca otra rápidamente y seguro que se te cuela por cualquier fisura.
LOS 4 PUNTOS CARDINALES
Yo nací en Vigo y viví en tres esquinas lejanas y distantes. En Galicia, en Cádiz y en Menorca. Son tres puntos casi equidistantes, son tres puntas de un triángulo casi equilátero. Me falta, por cuadrar el triángulo y hacerlo, cuadrilátero y hacerlo con el punto más al norte de la Península. Tengo escogido el sitio y éste es, Estaca de Bares, el punto más al norte de España (he estado en él pero no he vivido allí). Estaca de Bares, es una pequeña península siempre cubierta de nubes, pero con unas maravillosas playas y éste punto en el mapa, está en mi Galicia natal, en la costa norte. En su extremo más cercano al mar hay un pequeño faro y antes de llegar a éste, hay un minúsculo edificio, que acogió a militares yanquis, creo que en sus tiempos fue un radar que dicen que lo espiaba todo. Al parecer su función era ejercer de punto de telecomunicaciones, por tanto de espionaje, pero sinceramente, yo no sé muy bien lo que ahí, podían espiar. Allí, todos los veranos y por el mes de Julio, no me acuerdo bien de las fechas, se convocaba una acampada y una manifestación frente a los restos de aquél penoso edificio medio derruído, para pedir que se fueran los yanquis que habían estado.
La acampada y aún siendo verano, se hacía con tiendas de doble techo y sobre todo unos buenos y calurosos sacos, pues te pelabas de frío. Llegábamos un día por la tarde y montábamos las tiendas, bueno las montaban los hacendosos, los vagos como yo, lo dejábamos para más tarde. Una vez dejados los bártulos, dábamos una vuelta de reconocimiento: admirábamos las playas solitarias del Cantábrico, nos recreábamos viendo un molino de mareas, un molino que yo nunca antes había visto y después ya nos acercábamos a nuestro objetivo, a inspeccionar el pequeño edificio semi derruído y ver si había yanquis dentro. Nunca vi a un yanqui en éste rincón del mundo, pero daba igual, allí habían estado y eso era lo que importaba. Importaba el hecho..de haber estado.
Cuando los primeros rayos de sol se acostaban. Nosotros y como todos los años, nos dirigíamos al pequeño pueblo. El pueblo era típico pueblo marinero gallego, con cuatro casas y algunas barcas de pesca y estaba apostado al final de una preciosa ensenada y por supuesto, no podía faltar el bar. Al pueblo lo abrazaba un pequeño espigón que lo protegía del fuerte oleaje del Cantábrico, aunque los fuertes vientos de ésta costa, levantaban al mar muy por encima del espigón. El bar, era cutre hasta decir basta y tenía una barra pequeña y una gran sala de comidas, muy típico en los pueblos de Galicia, poca barra y amplios salones, donde estaban un buen número de mesas. El resultado final, es que era un sitio grande, inhóspito, desangelado y muy frío. Ahora sí con unos espléndidos ventanales con vistas al mar Cantábrico.
Los anocheceres en Estaca de Bares eran una auténtica preciosidad, pero poco y a medida que se iba el sol, éramos empujados por el fresquito a meternos en el bar. Y ya de lleno entrábamos en la fase de intercambio de saludos, besos y a veces desplantes, y siempre acompañados de unas buenas jarras de vino o de cerveza. La euforia poco a poco iba en aumento, los saludos se convertían en abrazos, las sonrisas en sonoras risas, en fin, el ambiente ya se iba caldeando. Al paso de unas horas cuando la noche ya era oscura y el mar era una garganta profunda que rugía con inusitada fuerza, allí en aquel rincón perdido del mundo y dentro del bar de Estaca de Bares, seguía la fiesta. Parecía la fiesta en el poblado de Astérix y Obélix, siempre ajenos a lo que pasaba a nuestro alrededor.
Iban pasando las horas y las palabras ya no eran tan nítidas, ni claras, eran más bien espesas y alguno ya se sentaba sólo y sólo con su propia borrachera. En el water o inodoro del bar ya había una buena cola, unos para mear y otros quizá, para vomitar. Las voces sonaban como un zumbido contínuo y entre ese zumbido y el humo de los cigarrillos, aumentaba el mareo producido por el ácido vino y ya empezaban las primeras bajas. Para mantenerse más o menos en pie, había que salir afuera del bar, al frío y húmedo Cantábrico. Y ese momento de claridad transitoria, te preguntabas como sería éste pueblo en pleno invierno. ¿Quién coño podía vivir allí?, pero tampoco le dabas muchas más vueltas, esperabas a despejarte un poco, cogías una bocanada de aire fresco y hale para dentro de nuevo. Al entrar, aquello te recordaba Londres, el humo era denso como la niebla, pero no sé como, siempre llegabas a la barra (desde luego no era por casualidad).
Pasada unas cuantas horas más, ya dormía alguna gente sobre los bancos del bar. Se resbalaba sobre tanto vino caído y derramado y unos ya entonaban cánticos aguerridos y ya les quedaba poco para empezar con el Asturias Patria Querida. El resto seguíamos al pie del cañón, aumentando la frecuencia de las salidas fuera del bar, a echarle al mar nuestro aliento de vino y el mar dándonos caricias de frescor y en esa laboriosa faena, nos daban las 5 de la mañana. Las conversaciones ya eran incoherencia pura y dura, las risas eran histriónicas y a veces rotas en llantos lastimeros. Poco a poco las bajas se multiplicaban y el personal como buenamente podía, emprendía el camino de regreso hacia las tiendas.
Y ya éste cuento se va acabando. Es fácil suponer el final de ésta historia. Llegar a trompicones a la zona de acampada y enrollarte la tienda de campaña alrededor de tu cuerpo (porque no la habías montado cuando debiste montarla) y a dormir a la intemperie. Después resaca mañanera y arrastrado por el suelo. Por último, tocaba ir a dar cuatro berridos a la base yanqui fantasma y ya está, se acabó la fiesta. Y vuelta a casa y muy contentos de otra demostración entusiasta y revolucionaria.
Iban pasando las horas y las palabras ya no eran tan nítidas, ni claras, eran más bien espesas y alguno ya se sentaba sólo y sólo con su propia borrachera. En el water o inodoro del bar ya había una buena cola, unos para mear y otros quizá, para vomitar. Las voces sonaban como un zumbido contínuo y entre ese zumbido y el humo de los cigarrillos, aumentaba el mareo producido por el ácido vino y ya empezaban las primeras bajas. Para mantenerse más o menos en pie, había que salir afuera del bar, al frío y húmedo Cantábrico. Y ese momento de claridad transitoria, te preguntabas como sería éste pueblo en pleno invierno. ¿Quién coño podía vivir allí?, pero tampoco le dabas muchas más vueltas, esperabas a despejarte un poco, cogías una bocanada de aire fresco y hale para dentro de nuevo. Al entrar, aquello te recordaba Londres, el humo era denso como la niebla, pero no sé como, siempre llegabas a la barra (desde luego no era por casualidad).
Pasada unas cuantas horas más, ya dormía alguna gente sobre los bancos del bar. Se resbalaba sobre tanto vino caído y derramado y unos ya entonaban cánticos aguerridos y ya les quedaba poco para empezar con el Asturias Patria Querida. El resto seguíamos al pie del cañón, aumentando la frecuencia de las salidas fuera del bar, a echarle al mar nuestro aliento de vino y el mar dándonos caricias de frescor y en esa laboriosa faena, nos daban las 5 de la mañana. Las conversaciones ya eran incoherencia pura y dura, las risas eran histriónicas y a veces rotas en llantos lastimeros. Poco a poco las bajas se multiplicaban y el personal como buenamente podía, emprendía el camino de regreso hacia las tiendas.
Y ya éste cuento se va acabando. Es fácil suponer el final de ésta historia. Llegar a trompicones a la zona de acampada y enrollarte la tienda de campaña alrededor de tu cuerpo (porque no la habías montado cuando debiste montarla) y a dormir a la intemperie. Después resaca mañanera y arrastrado por el suelo. Por último, tocaba ir a dar cuatro berridos a la base yanqui fantasma y ya está, se acabó la fiesta. Y vuelta a casa y muy contentos de otra demostración entusiasta y revolucionaria.
EL PASEO MATINAL
Esto es Menorca, y ya sabemos que aquí todo es de postal, de postal cara, desde luego. El mar, las casas, los barcos, todo se prepara y se coloca cuidadosamente para la foto para la temporada de verano. La cuestión es que no falte nada, el florero, el cuadro, el llaut (barco menorquín) y el sol, todo perfectamnete estudiado, maqueado y encuadrado.
Hoy me metí en una postal de Menorca. Entré por un lado, un poco despegado y me colé en ella y seguí el camino de Punta Prima a Alcaufar, dos bellos pueblos de ésta Isla. Es un camino celestial, el día estaba nublado y plomizo y con tal grado de humedad, que te convertías y sólo dando dos pasos en una puta fábrica de sudor. El mar era el reflejo del cielo, de color azul-grisáceo y quieto, tan quieto que emitía algo extraño, algo misterioso. Era como una tranquilidad forzada, era un mar raro, un mar que te avisaba de que algo iba a pasar. Aquí en la Isla, dicen que es un día de "ritssaga", pues las condiciones atmosféricas, son las propicias para que se produzca este fenómeno natural, del cual por cierto, no se sabe su causa real. Se supone que es debido a un fenómeno volcánico a un sin determinar. Resulta que los días así y sólo en estos, de repente la marea baja y sin más vuelve a subir, a veces sube o baja un metro y otras veces más. Hay que entender que en el Mediterráneo casi no hay mareas, no es como en el océano Atlántico, y la oscilación entre ellas es mínima, salvo esos días de rissatga y por tanto los barcos se quedan colgados del muelle y de tan colgados, quedan suspendidos en el aire y acaban por romperse. Es como un pequeño, pero muy pequeño maremoto, primero el mar es succionado y después viene una especie de ola crecida, que hace chocar los barcos contra el muelle o entre ellos.
Volvemos a nuestro paseo matinal. Conforme hacía el camino con el cielo encapotado y ese mar atontado, avanzamos con paso seguro hasta casi llegar a una torre de defensa. Son torres que rodean toda la costa de la Isla y desde las cuales se divisaba el mar y para avisar de posibles invasiones marítimas. Y ésta torre en concreto es una más, pero es muy bonita, espléndida y coqueta. A éstas alturas de la caminata, mis pies ya no son pies, son dos muñones hinchados. Claro que me está bien, pues cuando me imaginé el paseo, me acordé de sus paisajes y vistas y me olvidé de los cantos de piedra cortados en filo de navaja que hay en ésta isla y que por supuesto se clavan o simplemente te cortan los pies. Supongo que imaginé que el camino no era de chinas y piedras aguijonadas, si no que era una alfombra de terciopelo roja-marrón y que se extendía de Alcaufar hasta Punta Prima. Vamos que aluciné y mucho y aluciné porque yo quería alucinar. Cada uno es libre de alucinar lo que quiere o puede.
Después de un buen recorrido yo ya sudaba a chorro y mi polo empezaba a parecerse a un mapamundi, de tantas manchas y cercos de sudor. Después de una pequeña subida se alcanzaba una diminuta cima, pero era suficiente para poder contemplar el pueblo de Alcaufar. Un lindo pueblo al que el mar besa sus pies y además le obsequia con una preciosa ensenada. Más o menos, a media bajada se ve el entrante de mar y en su bocana, se ve una roca muy grande. Y desde ese sitio y sólo desde él, la roca se transforma en un trasatlántico encallado, con su proa y su popa y en el medio de su casco presenta un boquete, que hace pensar que ese es el motivo de que ese barco o roca, se haya quedado varado y encallado en ese sitio. Como véis el canuto que me hice, iba bien cargadito de hachís.
Al tener a la vista el pueblo va aumentando el ánimo y de repente los pies ya dejan de doler y ya vas flotando en el aire, y en polvo en suspensión y ésta sensación aumenta cuando atisbas la terraza de un bar. Para llegar hasta él hay que pasar primero, por una pequeña playa de unos cincuenta metros de arena y mientras te quedas embobado viendo su agua limpia y cristalina. El mar de Menorca, con su agua traslúcida y junto al entorno de ésta pequeña ensenada, hacen de éste rincón, uno de los rincones más bonitos de Menorca y hasta del Mundo entero.
Después de un refrigerio, hacemos el camino de vuelta y llegamos al punto de salida, y a mi izquierda observo si aún está el chiringuito del padel-surf (tablas con remos). Al que le di caña durante quince días en Julio. Porque en Agosto, ya se encargaron la abalancha de guiris, de echarme como a un perro sarnoso y sin ni siquiera pedirme perdón. La última ojeada a la playa de Punta Prima, que bonita con su traje otoñal y al fondo veo, esa lengua de tierra sobre el mar, con su faro vestido con su pijama de rayas. Y es una isla diminuta, que se llama la isla del Aire. Hasta el nombre es bonito, !a que sí !.
Así, la aventura llega a su final. Y antes de salir apago las luces de la postal y por ahorro energético y ya me salgo de la postal y para no estropearla demasiado, salgo por el mismo sitio que entré y cierro su puerta sigilosamente y recompongo, aplano y aliso un poco la postal. Así cumplo con mi deber de ciudadano menorquín y dejo todo como debe de quedar y es que todo debe quedar como una auténtica postal.
MI CRÓNICA MARCIANA
Y hoy aún no escribí mi crónica diaria. Claro, con tanto lío de amistades y de manías y demás tonterías, se me fue el santo al cielo. O sea que ahora empiezo. Y hoy es día 17 de Septiembre de 2013 y es Martes y ya se sabe: "martes no te cases ni te embarques". Casarme ya me llegó con una vez y no lo critico, pues pienso que la otra persona merece todos mis respectos y es más, es una persona ante la cual habría que quitarse el sombrero. Pero yo me refiero alegóricamente, es decir que ya sé lo que es casarse y ahora por lo que sea, es lo último que quiero y que necesito, ahora voy por libre, si cae algo, pues vale y si no cae, pues también. Y lo de embarcarse lo tengo más fácil, porque no me importaría y además vivo en una Isla y una isla ya se sabe, el mar la rodea. Y embarcarse no sólo es montarse en un barco, también es embarcarse en algo, en alguna aventura o en alguna tarea pendiente o en algún marrón. Todo puede ser en la viña del señor.
Mi crónica marciana de cada día, buff¡¡ como la necesitaba. Hoy volé en avión a Mallorca (la isla mayor de las Islas Baleares) y lo hice 4 veces y la verdad es que todo fue en plan batidora, pues era día de tormentas y de tormentos y aquello se movía que no veas. Me llevé dos pacientes y uno era un tío de mi edad, que estaba con el corazón partío o sea que había tenido un infarto, pero que ahora ya estaba bien y ya dispuesto a tener el siguiente. El tío me recordó un tío mío, pero tío de familia y por varias cosas. Primero, que era fumador empedernido y ahí también me incluyo yo (me incluía, ahora estoy en el 2.022 y hace 7 años que no fumo). Segundo, porque era obeso como un cerdo atiborrado(más de 130 kg.) y tercero, que era un tío soltero, pero soltero descuidado y tal y como era mi tío carnal. Entre su gordura viciosa, pues los triglicéridos los tenía por las nubes y entre que era un goloso vicioso, el azúcar lo tenía disparatado y el descuido personal que llevaba encima, pues daba un olor a rancio lechoso y mezclado con sudores antropológicos, y por último, con unas uñas de los pies con las que podía escalar el Everest sin usar el piolet. Pues el conjunto era eso, todo un poquillo grimoso y asquerosillo.
Y también me recordaba por su dejadez personal a mi tío carnal. Aclaro que a mi tío yo no lo ví como llevaba las uñas de los pies, ni ganas tenía de hacerlo. O sea, que el tío era un comilón empedernido, un chuchero, un fumador excesivo, un bebedor y supongo que un putero. Todo un señor o todo lo que debe ser un señor que se precie en plan machirulo y éste lo era. Lo de putero no se lo pregunté, pero pensé que ya venía en el paquete o en el kit. O a lo mejor al relacionarlo con mi tío carnal, lo pensé, pues mi tío si que lo era y murió por todo eso: por tanto exceso, por tanto comer, beber, fumar, joder y esnifar no, porque de aquellas no se esnifaba como se hace ahora, sino seguro que él estaba y de primero. Por cierto, que era el tío más imprevisible de la tierra y era capaz de cambiar de carácter en tan sólo medio segundo. Pasaba de la euforia al cabreo y al revés y eso lo hacía varias veces en 5 minutos. O sea que te podía regalar un paquete de cigarrillos y a continuación, te daba una hostia de propina, o darte primero la propina de verdad, léase 100 pesetas y a continuación, compensarte con otra manada de hostias.
MEZQUINOS
Hacía mucho tiempo que no le veía (había tenido esa suerte), hasta que dios me castigó con su presencia. Yo pensaba que a lo mejor había cambiado un poquito, no mucho, pues en los milagros no creo, y me equivoqué totalmente, como me pasa demasiadas veces, pues era el mismo cretino, pero elevado al cuadrado. Nada más verle, ya no tuve tiempo de pensar en nada, pues me cayó una avalancha de adjetivos superlativos y que versaban sobre él, claro. El más magnífico de todos, el sabioncillo pretencioso, el pavo real luciendo sus plumas y es curioso esto que digo, porque el tío anda a dos velas, como yo, pero no se le caen los anillos o sea no aterriza en la realidad y por fin, toca tierra. No señor, el tío anda en su nube de sabelotodo y es una puta máquina de la geopolítica y da conferencias por todo el mundo y lo llaman de todos lados y se pelean por él y lo buscan y lo persiguen y lo aclaman, bueno todo esto, lo dice él.
Es como si el tío me dijera, que no sale en los telediarios ni en los periódicos más importantes del mundo, porque él no quiere, aún encima eso, echándose flores y más flores y acaba presumiendo de su sencillez. Y una mierda para él, el tío es un plasta, un marisabidillo, un pretencioso y un puto farsante y yo ya no estoy para esto, para aguantar a éste tipo de fariseos o de fantasmas integrales. Por tanto y no sabéis como me alegro, el tío me lo puso en bandeja, para así mandarlo directamente a la mierda. Y que gusto me he dado, ¡tenía tantas ganas acumuladas!, que siento que me he vaciado. Aparte de la sensación que da el saber que nunca más tendré que volver a aguantar a semejante elemento, ni a verlo, ni a mirarlo y sobre todo, a no volver a escucharlo. Al final es verdad eso que se dice, todo se paga y ya sea al final y ya sea al principio.
Pues claro que el tío se fue de aquí con un traje hecho a su medida. Yo mismo le cogí las medidas y le hice el corte y confección y hasta se lo coloqué. Por lo menos se llevó un traje nuevo, un traje con capa y sombrero y hecho con mis propias manos y sobre todo con mis "dulces" palabras. Y que no las olvide, ahora ni nunca y tampoco se olvide que de esta Isla está desterrado y si se atreve a venir que se atenga a lo que le pueda pasar. Para mí, cortarle el cuello es poco y me quedo muy corto. Ya sabes lo que hay muchacho...si te vuelvo a ver, simplemente, te empalo.
ESCRITOR FRUSTRADO (2.013)
Era un día señalado en el almanaque, era el día 20 de Septiembre del 2.013 y había quedado a las 8 de la tarde para una reunión cuyo tema sería hablar de la escritura. Y llegaron las 19.30 y me dirigí hacia el punto de encuentro y por el camino me fuí planteando las posibles opciones. Primero, que no conocía a nadie y si me encontraba varios grupos de personas complementamente distintos, ¿que haría?. Entonces pensé en las posibles pintas o look de los posibles escribientes. Pensé que alguno fumaría en pipa y de inmediato lo descarté, pues eso ya estaba pasado de moda. Pensé en barbas, gafas de concha, en melenas, en rizos, anoraks o en abrigos, todas estas últimas alternativas los descarté, pues hace tiempo casi de verano y con el resto de los complementos me dije a mi mismo: tú si que estás desfasado y hablas de pintas de hace 30 años o más. Fue cuando me di cuenta de que en realidad no sé que pinta llevan hoy en día los futuribles escritores.
¿Y si eran más jóvenes que yo?. Eso seguro, pensé, pues tampoco es tan difícil, ya que tengo 57 tacos y por debajo de esa edad habría muchos. Más perdido me encontré y tuve que aterrizar de mi globo y me tuve que centrar en aparcar "mi Ferrari" y eso hice, aparqué. Me fui a la cafetería y eché una ojeada genral y no percibí que nadie de los presentes fuera un posible escritor, así que me senté en una mesa y seguí dando vueltas a la noria. Sí, era verdad, no conocía a nadie y no sólo tenía el problema de como los reconocería, sino y también, de como les entraría. Les diría que yo me enterado indirectamente de aquello y si era una reunión privada, pues lo sentía y cogería el camino de vuelta y uno de ellos me diría y en el último momento me diría: ya que estás aquí, quédate, no importa. Mientras tanto, seguía observando la gente que entraba en la cafetería y nada, nadie me coincidía y sobre todo porque no se juntaba ningún grupo un poco amplio, se sentaban dos o tres persona en cada mesa y con pinta de currantes o de paletas (albañiles) y además observé que le estaban dando bien a la priva, cosa que no me coincidía mucho con una reunión seria. pero ¿quién me dijo a mí que aquello iba a ser serio?. Más dudas.
Seguí esperando y mirando la hora en el móvil y pasaban los minutos y ya pasaban 15 minutos de la hora y ya empecé a dudar del asunto. Haber si me había confundido de hora o de cafetería o de calle o de fecha y vueltas y más vueltas y los minutos corrían más que las horas. Y nada de nada, allí no aparecía nadie con pinta de intelectual frustrado, salvo yo, claro. Hasta que a la media hora, ya me cansé de esperar y concluí que la reunión de futuribles escritores se habría aplazado y dado que tenía un supermercado al lado, me entró la vena materialista o mejor dicho la vena de la hambruna y me fui a comprar algo de papeo (comida). Y así acabó éste cuento, ni reunión, ni escritores frustrados ni nada de nada y vuelta para casa y con el rabo entre las piernas, vamos con el rabo en su sitio, pero más alicaído que de costumbre. Y aquí estoy en mi santa casa y ejerciendo de lo que sé, de escritor frustrado.
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OTRA DE MI PUEBLO
En éste pueblo, como todo pueblo pequeño que se precie, hay unos cuantos personajillos sueltos, que no les viene nada mal que les de un repasito. Hay la Policía Local (otra de mis debilidades), y tiene varios pintas o miembros uniformados que destacan por encima de la media, el resto... más o menos cumple. Tiene a un friqui pequeño y enano físico y mental, más mental que físico y al ser así, se toma su curre como todos los descerebrados del mundo mundial, como si se le fuera la vida en ello, pero sólo se le va la pinza en determinadas cosas. Por ejemplo, es un tipo que quiere cumplir a rajatabla los horarios de las zonas de descarga, aunque a esas horas no descargue nadie, como por ejemplo, a las 8 de la mañana, pero ahí está él, siempre raúdo y veloz, siempre con su talonario de multas en su mano y a las 8,10 te cruje (solo a mi me cruje). Pues todo hay que decirlo, el tipo éste es de aquí, de éste pueblo o ya lleva afincado en él muchos años y entonces conoce a toda la parroquia y sabe perfectamente quién es de aquí o de fuera.
Y éste es su talón de aquiles (aparte de su enanismo mental), el favoritismo para los nativos, pues con ellos habla y les advierte e incluso llama a la puerta de su casa, para que cambien su coche de sitio. Pero con el foráneo (como yo) la cosa cambia y el tío se enciega a ponerme multas. Sabemos que en todo el mundo es un poco así, el que se barre un poco para casa, pero tampoco es cuestión de engordar las arcas municipales a costa de los de fuera, que por cierto estamos empadronados, pagamos impuestos y hasta tenemos derecho a voto, igual que el resto del vecindario. Claro, que llegó un día, que me lo tuve que encontrar de frente y ya hicimos un suave intercambio de bellas palabras y ya está, la guerra quedó declarada desde ese mismo día. Mi defensa, ¿cuál es mi defensa?, mi defensa consistió en mandar unas cuantas cartas incendiarias a la prensa local de la Isla y desde esa, el tío reculó un poquito. Pero cada que me lo cruzo se nota en su mirada las ganas que me tiene, pero es un intercambio mutuo, los dos rezumamos odio y sólo estoy esperando el momento adecuado para poder pisarle la cabeza y pisársela como a un gusano baboso y asqueroso. Mientras tanto, el menda me sigue crujiendo a multas.
Después hay otra tipa con el mismo uniforme de feria y disfrazada de Policía Local, que tiene aires de investigadora científica o de CSI de Es Castell. A mí un día llamó a mi puerta, porque a un vecino se le ocurrió que si me perro lloraba, era porque estaba siendo maltratado y la tía tuvo las santas narices de llamar a mi puerta, para decirme semejante estupidez. Qué situación más ridícula, la tía me preguntó si tenía perro y yo le dije que sí y ya no supo que decir, y empezó a balbucear que si un vecino dijo que el perro no paraba de llorar y que a lo mejor estaba abandonado o que le pasaba algo malo o que como le dije yo, es que señora...usted me acaba de interrumpir la sesión de tortura diaria a la que someto a mi perro, ¡no te jode con la tía!. Con la fácil que era la realidad y es que el perro sólo llevaba dos días en mi casa y para ello, se le tuvo que separar y lógicamente de su madre y por eso lloraba (al cuarto o quinto día, dejó de llorar). No era más fácil haber empezado por ahí o yo soy un bicho muy raro. Hombre, raro soy y mucho, pero aún no encontré el placer de torturar a mi perro.
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