Claro que el día viene después de la noche y la noche viene después del día y después de ésta observación tan interesante y tan aguda, ya puedo soñar y dormir a pierna suelta. Pero otra cosa no os puedo contar, porque todo lo que es os cuente del día de hoy, va resultar un auténtico coñazo. ¿Que os puedo contar?, que me pasé la mañana volando sin rumbo y sin destino y llevando pobres pacientes de un sitio para otro y además, todos bien jodidos. Y que bueno, que hoy hacía un viento del carajo, cosa que normalmente y en mi vida del día a día, me gusta, menos cuando me toca volar por los aires y porque el puto avión se convierte en una batidora toda loca y descontrolada.
Ahora, la gente alucina con mi trabajo y ¿tú eres el médico del avión? y ¿tú eres el médico de la UVI móvil que se pasea por las carreteras y por las aceras? y ¿vuelas por los aires y te llevas personas bien jodidas y recoges despojos de personas tras los accidentes de tráfico?...y yo normalmente, hago halago del silencio o sea me callo como un peto y sello mis labios y no abro la boca y porque en realidad, no me parece para tanto y me suena todo a como demasiado exagerado o pasado de rosca. Y es como puedo explicar que yo soy ese médico que mete respecto y mete mucho miedo y no porque yo lo quiera, es que las circunstancias mandan y mi deber es responder a ellas y ahí, no caben las explicaciones cariñosas.
Y a veces digo algo, que suele ser una parida de las finas y porque sino relativizo el asunto estaría más loco de lo que estoy ahora. Pero el tema problema es que me gusta mi trabajo y ahora, si me quitarán la sangre humana, los huesos rotos, los sesos esparcidos y los ojos salidos de sus cuencas, dejaría de gustarme la medicina y es que lo mío, es la medicina catastrófica.
Ahora, la gente alucina con mi trabajo y ¿tú eres el médico del avión? y ¿tú eres el médico de la UVI móvil que se pasea por las carreteras y por las aceras? y ¿vuelas por los aires y te llevas personas bien jodidas y recoges despojos de personas tras los accidentes de tráfico?...y yo normalmente, hago halago del silencio o sea me callo como un peto y sello mis labios y no abro la boca y porque en realidad, no me parece para tanto y me suena todo a como demasiado exagerado o pasado de rosca. Y es como puedo explicar que yo soy ese médico que mete respecto y mete mucho miedo y no porque yo lo quiera, es que las circunstancias mandan y mi deber es responder a ellas y ahí, no caben las explicaciones cariñosas.
Y a veces digo algo, que suele ser una parida de las finas y porque sino relativizo el asunto estaría más loco de lo que estoy ahora. Pero el tema problema es que me gusta mi trabajo y ahora, si me quitarán la sangre humana, los huesos rotos, los sesos esparcidos y los ojos salidos de sus cuencas, dejaría de gustarme la medicina y es que lo mío, es la medicina catastrófica.