LA IDEA
La idea...
la idea era quererte sin límite
nada de bailar,
odio bailar y silbar,
las canciones con silbidos
me enervan de tal forma
que hasta a veces pienso,
que son causa de mi calvicie,
aunque tampoco se quedan atrás:
el hablar por hablar y sin decir nada que me interese
es decir, el decir por decir,
el llamar porque no tienes a otra persona a la que llamar,
el matar el aburrimiento a costa de aburrir al prójimo,
el sopor calorífico de una noche de verano,
los atardeceres nublados en una puesta de sol,
las mañanas de otoño que parecen de verano,
y que esas maravillosas tardes de chimenea
llegue alguien que en realidad te importa mucho
y va y te dice
¡Uyyy! que calor hace aquí...
NO DEBERÍA...
No debería escuchar tras las puertas cerradas,
ni espiar a través de las ventanas,
que atravesara los deseos y los sentimientos
y que al mismo tiempo
tratara de ponerlos en orden,
un orden primario marcada por los instintos.
En realidad se trata
de mecer los deseos y sentimientos,
y de adornarlos con las más bellas palabras.
No debería escuchar tras las puertas cerradas,
ni espiar a través de las ventanas,
que atravesara los deseos y los sentimientos
y que tratara de ponerlos en orden,
un orden primario marcada por los instintos.
En realidad se trata
de mecer los deseos y sentimientos,
y de adornarlos con las más bellas palabras.
Todas las reaccion
A VECES...¡QUÉ PENA ME DA LA VIDA!
¿Te acuerdas de María?
seguro que sí,
yo me acuerdo perfectamente...
y mi querer
durante unos años,
allá en épocas universitarias,
cuando los dos estudiábamos medicina,
mejor dicho, cuando ella estudiaba
y yo estaba dedicado a labores revolucionarias
y entre manifestación y manifestación
yo estudiaba lo que podía,
y así me fue,
después me costó un huevo y la yema del otro,
acabar la carrera....
ella funcionaba al revés,
primero estudiaba y después luchaba
(mi madre estaría encantada con ella)
pero volviendo al tema María,
ella parecía mi faro
y yo su farolillo rojo,
para mi era grande, inmensa, gigante,
perversa, picarona,
para mí derrochaba sexo por todas sus costuras,
y yo me volvía loco por tanto deseo,
cada uno vivía en su casa,
pero cuando nos veíamos
la erupción del Vesubio se hacía minúscula,
me acuerdo de su risa franca y alegre,
de su nariz aguileña,
de sus pequeñas tetas,
de su cintura de avispa,
de su pelo castaño,
de sus ojos que ahora pienso
que eran marrones color miel melocotón
me acuerdo de su piel tersa y aterciopelada,
de sus pequeños ojos siempre chispeantes,
de su tono entre jocoso y a veces duro
y otras veces risueño,
y ahora, alguien tendrá el valor de preguntarme
¿si me acuerdo de ella?.
Más tarde y en el prólogo de un verano lluvioso,
vino un día a decirme,
lo siento, me he enamorado de otro
y en esa noche brindamos con champán de medio pelo,
por nosotros, nos dijimos
y pasó la noche y llegó la mañana,
y a las 7 en punto salía el barco,
me acompañó hasta él y no sé porqué lo hizo,
y el último recuerdo que tengo de ella,
es agitando su mano derecha
.y para darme el adiós definitivo...
40 años después
nos pusimos en contacto,
(a través de terceros)
yo pensando en contarle como me había tratado la vida,
pero sin más historia,
(aquella vieja historia nuestra había sido enterrada hace 40 años)
y ella desconfiada, mantuvo las distancias conmigo
y entonces lo ví todo claro,
para mí ella había sido otro gran amor en mi vida
(por suerte, he tenido varios y todos bestiales)
y para ella, yo había sido el novio de la Uni (Universidad),
de repente me dí cuenta de lo cursi y lo tonta que era
(mira que decir...Uni…a los 65 años)
y lo que no le perdono, sobre todo es
es que 40 años después,
lo único que quería saber de mí,
es si seguía vivo
y para nada quiso saber como me había ido la vida.
Nunca es tarde para darse cuenta de algo,
de lo que uno consideró
y darse cuenta de como uno de las grandes amores de mi vida,
había sido un pufo de cartón piedra,
no había alma por su parte
pero como yo estoy curado de espantos
y como además han pasado 40 años,
pues como que me la suda...
aunque tengo que reconocer que a veces
¡qué pena me da la vida!
Todas las reacciones
CLARO, ¡QUE HAY QUE PARARSE!
Claro, ¡que hay que pararse!
y juntar los hilos y desatar los nudos
y soñar despiertos y soñar dormidos,
respirar a fondo, intoxicarse de oxígeno,
y sentir el gran y denso peso de los problemas,
y decidir..., sí, decidir...
decidir sintiendo o maldiciendo
y porque sin decisiones,
no se puede volar más alto
o más bajo y acariciando el suelo con la punta de los dedos
además que entre mis manos y las tuyas,
hay un mar de sentimientos,
y entre nuestros cuerpos
hay espacios sin aire, hay vacíos...
vacíos incomprendidos,
vacíos sin luz y donde impera el reino de las sombras,
o donde lo humano choca con lo divino
y cada estallido puede ser como una luciérnaga
o como una vela que se apaga en nuestro mar de las dudas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Yo, si viviera en otra tribu
Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...
