Mis historias son hechos reales e irreales,
es más, yo diría que son más cuentos
que recuentos de hechos,
que hay más imaginación que cálculo matemático,
que el orden no importa tanto
e importa más el resultado final,
que eso sí, debe ser brillante,
sincero, honrado, cariñoso,
claro y conciso de pocas palabras,
entusiasta porque la vida me exige entusiasmo,
y es más, yo también se la pido a ella,
le pido fuerza en sus argumentos,
le pido colores, sabores y fuertes olores,
le exijo hermosos paisajes y bellos versos,
le pido nuevos decorados
y Ojos que se iluminen de vida
y de ganas de comerse el mundo a mordiscos.