Si un día me dijiste ¡te quiero!
espero que de alguna manera, me sigas queriendo,
aunque he de advertirte
que mi cara es más vieja
que mis dedos sienten menos
que mi cerebro va perdiendo memoria
pero mi alma... está más viva que nunca
y no soy alma en pena buscando rincones
o que quiere esconderse bajo una piedra,
mi alma es el reflejo de mi ánimo
y por eso, hay veces que duerme en la luna
y al llegar la madrugada, baja
y me posee de nuevo.