LA FÓRMULA
LA FÓRMULA
Hay que estar preparados para lo peor
y disfrutar de lo bueno. Esa es
la fórmula. Saber que nada es duradero;
que la palabra siempre es engañosa,
falsa, equivoca; que lo que hoy nos une
eternamente, mañana será polvo, odio quizás,
historia de la mala; que la vida se venga
en la felicidad. Saber que será así,
o podrá serlo. Y vivir como si el tiempo
nos debiese algo, como si fuese nuestro,
SELLOS Y COSAS
Suaves dedos de araña,
uñas de fina porcelana,
carne enjuta y valiente,
piel de auténtica fiera,
ojos que rasgaban y mataban,
pies de ciempiés en zapatillas deportivas,
chándal estilo nicolás maduro,
sueños que colgaban de un hilo de seda,
noches que perseguían la madrugada,
días en lo más alto de un rascacielos,
mediodías de ángelus y de cruzar los dedos,
aperitivos de cuerpos inertes y muertos,
brindis al sol naciente y al más decadente,
paciencia, decía mi madre,
y mientras lo decía,
volaba una zapatilla,
paciencia me dije muchas veces
y mientras lo decía,
en medio estaba de una pelea,
en realidad,
tuve una niñez feliz y dura,
corta, porque lo bueno poco dura,
brillante, por la intensidad de mi luz interior,
amable de sueños locos,
tierna de sentimientos,
alucinada por la belleza que me rodeaba,
y de vez en cuando...
salpicada de episodios oscuros y negros,
pero mi balance general
es más claro que oscuro
y todo esto intenté decirle a mi psiquiatra,
(al que tenía, ahora no tengo)
pero él no me creyó
y porque previamente ya estaba diagnosticado:
depresivo, compulsivo, algo psicótico,
muy mentiroso, torticero,
encantador de serpientes y culebras,
dependiente de todo lo que respira,
drogadicto de todo lo que coloca,
torpe de miras y actos,
sonriente por fuera y asesino por dentro,
y sobre todo...
con esa infancia que tuvo el pobre
...yo estaría mucho peor de lo que está él...
(se decía el psiquiatra que me bautizó con estos sellos)
uñas de fina porcelana,
carne enjuta y valiente,
piel de auténtica fiera,
ojos que rasgaban y mataban,
pies de ciempiés en zapatillas deportivas,
chándal estilo nicolás maduro,
sueños que colgaban de un hilo de seda,
noches que perseguían la madrugada,
días en lo más alto de un rascacielos,
mediodías de ángelus y de cruzar los dedos,
aperitivos de cuerpos inertes y muertos,
brindis al sol naciente y al más decadente,
paciencia, decía mi madre,
y mientras lo decía,
volaba una zapatilla,
paciencia me dije muchas veces
y mientras lo decía,
en medio estaba de una pelea,
en realidad,
tuve una niñez feliz y dura,
corta, porque lo bueno poco dura,
brillante, por la intensidad de mi luz interior,
amable de sueños locos,
tierna de sentimientos,
alucinada por la belleza que me rodeaba,
y de vez en cuando...
salpicada de episodios oscuros y negros,
pero mi balance general
es más claro que oscuro
y todo esto intenté decirle a mi psiquiatra,
(al que tenía, ahora no tengo)
pero él no me creyó
y porque previamente ya estaba diagnosticado:
depresivo, compulsivo, algo psicótico,
muy mentiroso, torticero,
encantador de serpientes y culebras,
dependiente de todo lo que respira,
drogadicto de todo lo que coloca,
torpe de miras y actos,
sonriente por fuera y asesino por dentro,
y sobre todo...
con esa infancia que tuvo el pobre
...yo estaría mucho peor de lo que está él...
(se decía el psiquiatra que me bautizó con estos sellos)
SONRISA
Y va alguien y me entra con cara de aquí estoy yo,
y yo le miro y le acabo sonriendo,
pues no hay mayor maldad que el desprecio de una sonrisa irónica,
ya sabes muchacho....me pienso que le digo...
ya sabes,
si has entrado por ahí tendrás que salir por el mismo sitio
y sino quieres o no te apetece,
pues no se preocupe vuesa merced
seré yo el que me desplace,
pero eso sí,
lo haré con la sonrisa puesta
y en el más absoluto silencio...
(Epitafio: nunca habrá pelea si uno de los dos, no quiere)
y yo le miro y le acabo sonriendo,
pues no hay mayor maldad que el desprecio de una sonrisa irónica,
ya sabes muchacho....me pienso que le digo...
ya sabes,
si has entrado por ahí tendrás que salir por el mismo sitio
y sino quieres o no te apetece,
pues no se preocupe vuesa merced
seré yo el que me desplace,
pero eso sí,
lo haré con la sonrisa puesta
y en el más absoluto silencio...
(Epitafio: nunca habrá pelea si uno de los dos, no quiere)
DENTRO DE MI PROPIO OMBLIGO
Amigo...amigo mío...
amigo más figurativo que otra cosa,
porque ahora adolezco y escaseo de amigos,
porque me llego y me sobro
y además, voy de sobrado...
error, puto error
y de éste no hay quién me salve,
bueno...si volviera a empezar de nuevo,
tendría amigos
y los cuidaría y los regaría como riego mis plantas,
todos los días y al caer la tarde...
pero va a ser que no,
que tengo a mis amigos secos y casi perdidos
y todo amigo mío...y todo...
por querer vivir dentro de mi propio ombligo.
amigo más figurativo que otra cosa,
porque ahora adolezco y escaseo de amigos,
porque me llego y me sobro
y además, voy de sobrado...
error, puto error
y de éste no hay quién me salve,
bueno...si volviera a empezar de nuevo,
tendría amigos
y los cuidaría y los regaría como riego mis plantas,
todos los días y al caer la tarde...
pero va a ser que no,
que tengo a mis amigos secos y casi perdidos
y todo amigo mío...y todo...
por querer vivir dentro de mi propio ombligo.
¡Basta! y ¡BASTA!
Entre lo posible y lo imposible,
entre la luz y las sombras
hay una brecha llena de miedos,
y de inseguridades que anidan en los valles
cerebrales,
a veces se esconden en esquinas ocultas y
prohibidas,
lejos de la mano del hombre y de su voracidad,
y aún más lejos de su alma inmunda,
y allí crecen y se desarrollan,
emiten pseudópodos,
se tocan y se fusionan,
y aquél diminuto miedo,
se hace enorme en el tiempo y en el espacio,
ahora ese miedo se torna ambicioso y expansivo,
y no parará hasta le pongas punto final,
y con un fuerte y cortante grito que denote autoridad,
hay que decirle a los miedos,
¡basta! y ¡BASTA!
entre la luz y las sombras
hay una brecha llena de miedos,
y de inseguridades que anidan en los valles
cerebrales,
a veces se esconden en esquinas ocultas y
prohibidas,
lejos de la mano del hombre y de su voracidad,
y aún más lejos de su alma inmunda,
y allí crecen y se desarrollan,
emiten pseudópodos,
se tocan y se fusionan,
y aquél diminuto miedo,
se hace enorme en el tiempo y en el espacio,
ahora ese miedo se torna ambicioso y expansivo,
y no parará hasta le pongas punto final,
y con un fuerte y cortante grito que denote autoridad,
hay que decirle a los miedos,
¡basta! y ¡BASTA!
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