José Luis Morante



Es la lluvia que cae en el jardín
y te abre los ojos

SANDRO LUNA


Los charcos guardan
retratos movedizos,
vidas de nadie.

A PIE VAN MIS SUSPIROS (Antonio Gala)


A pié van mis suspiros
camino de mi bien.

Antes de que ellos lleguen
yo llegaré.

Mi corazón con alas
mis suspiros a pié.

Abierta ten la puerta
y abierta el alma ten.

Antes de que ellos lleguen
yo llegaré.

Mi corazón con alas
mis suspiros a pié.

AYER SOÑÉ QUE VEÍA (Antonio Machado)


Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.

VÉIS


 Véis el tedio de ésta tarde otoñal,

pues a eso se asemeja la paz.

Tarde de suave sol otoñal,

noto su cálida mano recorriendo mi espalda

y miro y observo el color ocre de su caducidad...

FUERA YO CAPAZ (Batania)

Fuera yo capaz
de amarte en picado
sin quererte mía;
fuera solo un peine
que pasa por tu pelo
y no lo retiene.

ESE VIEJO (Juan Leyva)


Ese viejo que ves en el sillón, es mi padre.
Duerme sin tener sueño, le sobra la mitad del día.
Su religión son las horas de la comida, le reza a una caja con pastillas.
Mira la tele como si la viera por primera vez.
Quiere que le cuente cosas que no duren más de cinco minutos,
responde siempre lo mismo, como un médico de cabecera.
Antes de salir por la puerta se da la vuelta un par de veces, palpándose los 
bolsillos, se registra como si quisiera encontrarse.
Le preocupa el tiempo que hará mañana, desayuna de pie, dos galletas de fibra, 
se limpia las manchas humedeciendo un pañuelo con saliva.

Ese viejo que ves ahí, es mi padre
tan parecido a otros, incluso para mí.
Cuatro veces por semana recorre a los especialistas, rellena boletos de lotería, 
trafica con partidos de fútbol.
Cada vez que le veo me rebelo contra la oxidación, contra las proteínas.

Ese viejo que ves ahí, sin venir a cuento
le da un beso a mi madre en la cocina
y a mí me guiña un ojo
como si la acabara de conquistar.

MI ISLA DEL AIRE

Al fondo está mi Isla del Aire. Se distingue por la belleza de su silueta y por el Faro que permanece encendido en plena noche de tormenta. De día se puede ver que el faro está vestido con su pijama de rayas blancas y negras, que a su vez, se van intercalando en un orden estricto (ahora blanco, ahora negro, ahora de nuevo blanco...). Y se puede ver al alucinante rayo rasgando y a su libre albedrío, la cúpula del cielo. Mi Isla del Aire, que no es mía, pero que yo me la hago mía y porque dada su belleza no me queda otro remedio. ¡Hombre!...su nombre también tiene su parte y ¿cómo puede ser una Isla hecha de aire?...Pues ésta está hecha de aire y de versos escritos a la luz de su hermoso faro o como ya dije en su día...y de esas lagartijas negras como el azabache y que son autóctonas de ésta diminuta Isla de apenas 500 metros. Ellas (las lagartijas) existen a millones y al dar un paso sobre otro, hay que tener mucho cuidado y por el peligro de que pises unas cuantas. Son ágiles y rápidas. Son voraces y competitivas, pues por una migaja de pan luchan agresivamente y mostrando músculo espartano.
Bueno... la isla, la noche, el Faro, el cielo rasgado, el mar oscuro pero un poco iluminado por el rayo...... y yo me veo en el medio de la Isla atrapado por millones de Lagartijas negras que de cada vez me parecen más extraterrestres y más dispuestas a comerme entero. En mi sueño empezarían a comerme por los pies y dejarían mi cabeza para lo último y para que pudiera ver por mí mismo, el espectáculo de como iba siendo poco a poco comido. En el fondo creo que les tengo un poco de miedo o de pánico. En conclusión, yo firmo por su conservación y donde haga falta, pero que nadie me pida que pase una noche con ellas. Tienen dientes en sierra y son de la textura del frío acero y una pierna de las mías se la comerían como mucho, en un par de horas y dos minutos...y sumando y sumando piernas, brazos, estómago, hígados, intestinos y demás... yo creo que en una sola noche dejarían mi esqueleto libre de carne, órganos y tejidos varios...y entonces sí y entonces yo pasaría a ser parte (mejor dicho, lo que quede de mi esqueleto) para formar parte de la atracción turística que a veces invaden ésta preciosa Isla...

PUES SÍ, COMEMOS MIERDA


Estoy yo como para que todo me produzca cáncer y es que la OMS nos avisa y creo que nos machaca con el puto tema (pero al parecer, nunca lo suficiente). De todas formas esto ya lo sabíamos, sabíamos que comíamos mierda prefabricada, que las lechugas son de plástico, que la carne es de rata condensada y procedente de laboratorios donde con ellas se ensaya la tortura animalista y sin principios. Que la fruta no es fruta, que son frutas perfectamente contaminadas por tanto herbicida, pesticida y tanta mierda bendita. Ya ni sobreviven los gusanos que en otros tiempos, tanto nos gustaban contemplar (por lo menos a mí). Que hay yogures que pueden durar meses sin tener que conservarlos en frío y entonces ¿ dónde está la leche de ese yogurt tan cojonudo, que no se corta ni ná?. ¿Y los tomates, y los zumos naturales? y una larga lista sin fin.
Que comemos mierda ya lo sabíamos desde hace mucho tiempo y que tanto envasado y que tanta fruta fuera de época, tiene sus consecuencias y para eso, no hacía falta que nos lo dijera la OMS, es decir, no hacía falta que nos lo confirmara. Nosotros ya lo sabíamos, otra cosa es que nos hiciéramos los ciegos, tontos, lerdos y sordos y todo porque si te pones demasiado pusilánime con las bazofias que nos comemos, en consecuencia te pondrías en ayuno total y absoluto (huelga de hambre). Y que me perdonen los que comen lo ecológico y que me perdonen porque lo que comen también está envenenado, sólo que un poco menos, pues esos productos también llevan al cáncer y a la muerte, pero más lentamente o mejor dicho, un poco más sanamente.
Además la solución no está en que haya remedios para las minorías que puedan pagarse semejantes exquisiteces. La solución está en la globalidad y para eso había que cerrar el chiringuito y empezar de nuevo y de arriba abajo pero con las más sanas costumbres de antes, pero de antes y de mucho antes. Volver a los árboles frutales auténticos y reclamar sus gusanos. Que la lechuga vuelva a ser de fibra y no de corcho sintético. Que los zumos sean naturales y como la vida misma. Que los yogures caduquen de verdad y porque llevan leche de la auténtica. Que los tomates maduren en su mata. Y que la carne no esté hormonada con hormona del crecimiento. ¿Es tanto pedir?. Pues me temo que sí, porque a muchas les gustan las hamburguesas y porque a otros les gustan las uvas de plástico y goma que se comen en el fin de año. Y además y para más inri, hasta los estimulantes corporales están cargados de líquidos y vitaminas energéticas que son sintéticas de puto laboratorio.

GUERRA Y PAZ

 

Hay días de tormenta en los que al final domina la calma

como hay otros, 

en que gana la guerra cuando ibas alardeando de tu paz infinita

pero en definitiva te acabas diciendo...

¡que se joda la vida!

tanta calma ¿para qué?,

para aparentar que eres un mar en calma

y cuando por dentro estás en plena guerra entre el tú y el yo,

entre lo que debes ser

y entre lo que nunca vas a ser

o entre lo que eres

y lo que pudiste ser...

EL SAMAÍN (el final del verano)


¿Por qué se celebra cada 31 de octubre el Samaín?

La Tierra atraviesa este sábado un punto destacado en el calendario astronómico


La electricidad lleva iluminando los hogares y las ciudades del mundo más de un siglo. Pero este es un tiempo insignificante en la historia completa de la humanidad. Durante miles de años, los seres humanos vivieron en sintonía con el Sol. La vida cotidiana se organizaba en función de la luz solar. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el día y la noche crecen y disminuyen a lo largo del año y lo hacen a un ritmo desigual. Las primeras civilizaciones que fueron capaces de descifrar el patrón del calendario astronómico tenían señaladas fechas específicas en las que entendían que algo le ocurría al astro rey. No es casualidad, por ejemplo, que San Juan se celebre coincidiendo con el momento justo en el que el crecimiento de la horas de luz alcanza el pico máximo. A partir del 21 de junio se invierte la tendencia y los días empiezan a decrecer poco a poco. Los antiguos encendían hogueras para proporcionar fuerzas a la estrella. 

Además de los equinoccios y solsticios, que fijan los cambios de estaciones, existen puntos intermedios que son conocidos como cruce de cuartos. La Tierra alcanza hoy el ecuador entre el otoño y el invierno. Es además el período del año en el que crecimiento de la oscuridad se produce con más intensidad. Hoy el día dura 10 horas 19 minutos. En el próximo mes y medio, la oscuridad habrá ganado otra 1 hora y 20 minutos, hasta el solsticio de invierno, cuando tiene lugar la noche más larga del año y llega otra época importante: la Navidad.


 

Este sábado 31 de octubre tiene lugar otra célebre festividad: el Samaín, un fiesta que se remonta a la civilización celta. Los celtas, conscientes de que la energía del sol parecía menguar, decidieron dar un protagonismo especial a este día en su calendario. Samaín significa en la lengua celta el final del verano. Consideraban que entre el 31 de octubre y el 1 noviembre la oscuridad se adueñaba de sus vidas. Así que a partir de esta fecha contaban los años.

El uno de noviembre marcaba el inicio de un año nuevo celta. Y durante esa noche de transición entre el año viejo y nuevo que señalaba además el final de la cosecha, los celtas creían que los muertos descendían al reino de los vivos. Entre otros rituales, encendían hogueras para espantarlos, dejaban comida en las puertas de las casas e incluso se disfrazaban para pasar desapercibidos. Una costumbre que ha heredado una famosa fiesta americana que ocurre en la víspera del día de difuntos. Halloween significa la adoración de todos los santos. Es un evento que guarda la esencia de la tradición celta. El tirón que tenía esa celebración pagana celta fue aprovechada por el cristianismo. En el siglo VIII se decidió que el 1 de noviembre se mantuviese la antigua costumbre de recordar a los seres queridos ausentes.

PARA LA LIBERTAD (Miguel Hernández)

 

"Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.”

ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...