UN PEZ CON ESCAMAS

Hoy es domingo y hace un día espléndido, aunque el sol vino tocándome los cojones todo el camino, pues vengo de currar desde el otro extremo de la Isla y me dirijo a mi pueblo, que es el primer pueblo por donde sale el sol, el sol me lo como todo de frente y como además aún está muy bajo, pues aún peor, es deslumbramiento total y a veces me veo obligado a cerrar casi del todo los ojos, con lo que tengo que luchar para no quedarme dormido y ese calorcito y esa caricia caliente en tú cara y ses adormedicimiento y esa hostia que me voy a meter. Pero he llegado sano y salvo y ya ha cagado, me he duchado y desayunado y de nuevo delante del ordenador y pensando que tengo que irme a dar una vuelta ante un día tan maravilloso.
  Cuando llegué al pueblo y bajé del coche, sin querer escuché un esbozo de conversación entre dos tíos. Los tíos en principio, por la vestimenta, no daban el cante, pero su conversación en tonos altos y con lenguaje de calle, me puso sobreaviso y agudicé mis antenas cotillas. Los dos se hablaban a muy poca distancia uno del otro, como si estuvieran contándose secretos pero con su elevado tono daban el cante. Yo, por la forma de entenderse, por estar tan próximos y ese hablar tan sonoro y de tonos tan altos, como si se sintieran inmunes hacia su entorno, me vinieron viejos recuerdos y me quedó más que claro que ellos dos, eran un par de yonquis y da igual que se lo chuten o que se lo fumen o que se lo esnifen, las características que los definen son las mismas. Siempre me mosqueó su forma no disimulada de llamar la atención, pues hacen como si se escondieran y por eso se hablan tan de creca, pero al mismo tiempo, les encanta llamar la atención de sus congéneres. Para ello adoptan un lenguaje de calle chulesco y un tono alto, como para dar miedo o eso es lo que pretenden. La conversación gira sobre lo mismo ahora que hace 40 años: que si me puso poca cantidad en la papela, que si se quedó con mi pasta, que lo voy a matar cuando lo encuentre, que la última vez era una papela cortada y de nuevo, que cuando lo coja por mis muertos que lo mato,... y todo gira y gira sobre lo mismo y es que es su forma de dejar pasar el tiempo. Y el tiempo se cumple hasta que llega la hora previsible o imprevisible, en que aparece el camello de turno, entonces ya no se habla de nada, son dos mudos que corren a ver quien llega antes y alcanza el premio. Una vez servidos y después un pequeño intercambio de palabras con el camello: que si está mejor ésta papela que la del otro día, que iba demasiado corta, que si tienes papel de plata o si tienes un cigarrillo y como el camello no tiene ni una cosa ni la otra, el cliente coje la puerta y se va directamente al sitio donde pueda fumarse o chutarse la papela.
   Yo cuando los veo, antes de conseguir su mercancía, me escama mucho que sean tan previsibles, algunos lo son por sus ropas y pintas, pero otros, como los de hoy, no cantaban por las ropas ni por las pintas, cantaban por sus gestos y movimientos, por su manera de hablar y sobre todo, por su tono. Tono a navaja plateada ahora guardada en el bolsillo, tono a amenaza constante, tono a que te voy a robar y que pasa, tono a lenguaje carcelario y tono de intentar dar miedo. Claro que antes, eran cientos los zombies que veías por las calles y ahora sólo son unos cuantos, pero mantienen su estilo más puro y éste estilo está marcado en su DNI. Y no importa que lo que vayan a controlar sea diferente, pues unos van a por caballo y otros van a por farlopa, o sea lo que les une no es el tipo de droga, lo que les une es que los dos van a pillar droga ilegal o mejor dicho lo que les une es que los dos están colgados por la droga y si la droga fuera legal ya sería otro cantar, ya faltaría el gusanillo de ir a buscar algo secreto y escondido, faltaría la emoción que sólo da el peligro. Y la verdad que no se preocupan mucho de que todo esto sea secreto, hacen que lo es, pero en realidad se les distingue a unas cuantas millas. Para un pasma que sepa un poco de que va éste tinglado, lo más fácil de éste mundo debe ser seguir a unos yonquis. Pues estos, mientra esperan a que llegue la mercancía, son unos seres inquietos, que se juntan y se dispersan, que miran y remiran por todas las esquinas, pero sobre todo miran por donde piensan que va a venir el camello. Miradas, pequeños cruces de palabras, de nuevo miradas, pequeños paseos rápidos, pues no pueden parar quietos, pero al mismo tiempo, no quieren alejarse del punto de entrega, estoy pero me voy, ahora me voy y enseguida vuelvo.
   En cuanto llega el camello, que por cierto es el único que mira hacia ambos lados y hacia atrás, para ver si lo siguen, se lanzan como fieras hacia la presa, entonces se pisan y se empujan y se atropellan, el camello se queda en el medio del pequeño tumulto y va sorteando como puede, a cada uno. Porque no todo es tan sencillo, no creáis por lo que describo, que cada cliente va con su pasta justa y la compra se hace rapidamente. Es norma de la casa y patente de un yonqui, ir siempre con menos pelas de las que tocan. Si por ejemplo son 10 euros hay que ir con 8 y esto aunque tengas los 10 en el bolsillo y quizá los 2 euros sobrantes, sirvan para una birra o para ir juntando para la próxima papela. El camello no puede ir ciego a éste intercambio, porque si no lo sablean de arriba a abajo. Tiene que ir con mil ojos e ir regateando al mismo tiempo con varios de estos elementos:
  - Son 10 euros lo que me tienes que dar.
-anda enróllate que sólo tengo 8.
_que no puedo enrollarme y dáme los 10 euros.
- Tío que no tengo 10 euros,sólo tengo 8, !hostia!
- Pues por 8 no te llevas nada.
- Espera un momento que encontré 1 euro en el otro bolsillo, ya tengo 9.
- Vale y toma, pero me debes 1 euro, si no la próxima no te sirvo nada.
   Es igual que un mercadillo cualquiera, se baja, se sube y al final se queda en el punto del medio. Esto que cuento es con una sóla persona, figuraros con 7 al mismo tiempo, por algo el camello debe ir espabilado, pues de como le salga déste intercambio, va a depender lo que él se pueda meter o poner y si lo hace bien, como dije, pues tendrá más cantidad. Él se pondrá ciego despues de realizar su principal venta, después para las minudencias le da igual estar como ciego un piojo.
   Los demás , los clientes en cuanto están suministrados no miran a otra cosa que lo que llevan atrapado en su mano, la agarran y la van palpando, calculando si está más llena que la última vez y al mismo tiempo pensando como llegar cuanto antes al sitio de la fumata. Que será un sitio más bien cercano y relativamente escondido y digo relativamente, porque a la hora de fumar o chutar, lo más importante es meterse, cuanto antes, la dosis y lo demás adquiere un plano totalmente secundario. El yonqui, no piensa en el día siguiente y menos lo que puede ocurrir despues de esa papelina que tiene delante de sus ojos. Que más da que pueda ir a chirona si es despues del acto, el caso es no caer antes y con todo el mono encima. Y ese es un argumento fundamental en el yonqui, el mono le vale para todo, para absolutamente todo. Estaba de mono y por eso te robé las pelas, estaba de mono y por eso atraqué esa farmacia, estaba de mono y por eso le dí una puñalada y estaba de mono y por eso le robé a mi madre o a la tuya, que más da,... Y el otro se cabrea, no por que le haya robado a su madre, si no porque al robarle el colega, él ya no puede robar a su madre,...Sí el mono sirve como atenuante para cualquier causa y es excusa suficiente y que todos deben respetar, es como un código de conducta.
  Yo me acuerdo hace muchos años, cuando había más yonquis que hierbas y yo hacía guardias de Urgencias. La causa fundamental de pánico, era cuando venían unos cuantos yonquis a exigir que le surtiéramos de opioides. Si venían uno o dos sólos, más o menos se podía sortear, pero si venían varios ya era otro cantar. Éramos tres currando: el celador, el enfermero y el médico y los tres ya teníamos un plan previo y éste no era otro que escapar por patas y eso sí, encerrarnos los tres en el mismo sitio y el sitio a poder ser que tuviera una ventana, por si las moscas, por si ellos conseguían tirar la puerta abajo y no nos quedaba otra que escapar a campo abierto y por supuesto y por encima de todo, que tuviera un teléfono para avisar a la poli. Si no conseguían tirar la puerta, venía la debacle, empezaban a romper todo lo que habiera por delante y los que se quedaban afuera viendo si venía la poli, para no aburrirse, la emprendían a pedradas con las cristaleras. al final siempre venía la poli y ellos se escapaban dejando detrás la devastación y nuestra moral por los suelos. era el momento en te planteabas para que coño habías estudiado Medicina y no artes marciales, pues viendo de que iba el percal ,hubiera sido más productivo.
   Yo sólo recuerdo una vez teniendo que escaparme por patas y éste era un servicio de urgencias en el que sólo había Médico, ni enfermero ni celador, sólo 1 puto y triste médico y ese pringado era precisamente yo, para más inri. Ese día era mi primer día en ese centro de Salud y por tanto no conocía su distribución ni por donde era más factible poder escapar, ese día me las dí de confiado. Bueno al final, para ahorrar detalles más bien escabrosos, me tuve que escapar por un pequeño ventanuco y caer en un descampado totalmente oscuro y sin poder hacer un llamada a la policía., pues el cuarto en el que refugié no tenía teléfono y de aquellas aún no existían los móviles. como pude llegué al cuartelillo y más tarde me enteré que los detuvieron por la mañana. Esa noche de autos habían destrozado dos pub y el centro de salud y había repartido estopa a unos cuantos y todo con esa tranquilidad que les daba el decir: que ellos estaban fuera de sí, porque estaban de mono y no fueron conscientes de nada. Bueno lo empezaron a ser, justamente en el momento quer los detuvieron. A partir de ésta gloriosa guardia, en ese centro de Salud, aparte de un Mádico, pusieron a un Celador.
   También recuerdo otro momento estelar y éste fué en otro rincón del mundo a mucha distancia del anterior y unos cuantos años después. Yo acababa de llegar hacía poco a mi Cádiz del alma y como era una época de crisis, por suerte no tan bestial como ésta, pues no daban interenidades y a tí te tocaba currar en ésta semana en tal centro de Salud, la próxima en otro a 60 km. de distancia, pero así era la vida y aunque digan que no sirve de consuelo, así era la vida para todos. Aparte que los contratos eran ilegales, pues eran dos por uno o sea cubrías el cupo de dos médicos y sólo cobrabas uno, cosas de la magia y de algunos chorizos con carguito, que les gustaba llevarse la parte correspondiente de tú sueldo para su bolsillo. bueno, pues en uno de esos contratos me tocó ir al pueblo de Arcos, un precioso pueblo situado al pie de la Sierra de Cádiz. Fué bonito hasta ese momento, porque desopués de currar en él, dejó de serlo durante mucho tiempo
  Pues un buen o mal día, me llamaron del centro de Salud de Arcos, para hacer un dos por uno y allí dirigí mis huesos. El centro de Salud era un edifucio grande y bastante viejo y nada más llegar contacté con el director médico. entre por la puerta del director y nada más entrar ya me quedé alucinado, pues era una sala de tamaño mediano y en su centro había un tío que estaba sentado en una silla giratoria, el tío se reodeaba de unas 9 o 10 torres de ordenador con sus consiguientes pantallas, todas encendidas y en funcionamiento. la primera pregunta surgía en mi cabeza: ¿quer hacía un tío allí perdido en medio de 10 ordenadores?. Pero pronto resolví el entuerto, el tio, como no, era el director del centro de salud. !menudo friki! y menudo flipado y éste tio es médico, me preguntaba una y otra vez. Así que no quedó más remedio que hablar con él :
_Soy fulano de tal y vengo a cubrir éstas dos consultas.
-Ah1 bueno, pues yo soy el director y te voy a dar la luista de los que tienes citados.
Empuja la silla de ruedas  y se desplaza a toda hostia al rincón contrario y me imprime la primera lista. empuja de nuevo la silla y se va al otro lado y me imprime la segunda lista.
Tiens 45 pacientes en una lista y 40 en la siguiente, me debió ver la cara de agobio, pues me dijo a continuación:
Que menos mal que él estuvo atento y no siguieron poniendo pacientes en la segunda lista. Pues como sabrás (yo no sabía nada), tienes 1 hora de urgencias por cada médico o sea dos horas y además tienes los domicilios de ambos o sea que espabílate.
  Lo miré con ganas de rebanarle el cuello o de escupirle a la cara o de cagarle encima de sus ordenadores, pero me contuve y sólo me cagué en sus castas, por dentro. Me fuí a mi consulta y ya me puse al curre. Pasaron los días y el jueves de esa semanan me llama de nuevo y me aclara que los médicos de ese centro hacen un par de guardias de 24 horas las fines de semanan. Yo le contesté que no quería hacer guardias, pues yo seguía los fines de senmana haciendo guardias de 24 horas en Chiclana, doonde yo vivía y como las guardias de Arcos no estaban en el contrato, pues que simplemente no las hacía. El tío borde puso cara de haba y me espetó que si no las hacía no volvería a currar en "su" Centro, como veis y hablo de hace 20 años, el caciquismo ya campeaba a sus anchas por este país de mierda. Yo con ganas de decirle que si metiera su Centro directamente en el culo y tuve que joderme y aguantarme las ganas. Así que a tragar saliva y a tener que chupársela y a continuación apuntar los días que me tocaban de guardia.
  Yo de todas formas, me había quedado herido y ardía por dentro y todos los días en mi lindo viaje de 60 km. desde mi casa al Centro de Salud, ideaba todas las maneras de tomar venganza. Un día lo colgaba, en otro lo empalaba, al siguiente le arrancaba las uñas, en el otro le metía una aguja por el ojo, en algunos le quemaba a él con todos sus ordenadores y por último lo sentaba sobre un agujero de una caja y dentro había dos ratas y en su ano le colocaba un trozo de queso, cuando las ratas se morían de hambre pues que iban a hacer, pues comerle el culo al friki hasta reventarlo por dentro, había más pero ahora ya no me acuerdo,...Aunque todo lo que se me ocurría tenía un componente muy bestia y eso sí, su muerte era siempre muy lenta y no sabeis como yo salivaba y babeaba. Así al llegar al curre el tío no se podía explicar porque yo lo miraba de esa manera tan rara, una mirada de victoris, una mirada con sorna, pues estaría seguro que algún caería en mi olla.
 un día cualquiera, creo que era mi primer lunes, pues empecé la consulta a la hora de siempre o sea a las 8 y media de la mañana. Abro la puerta para llamar al primer citado y llamo y no entra nadie, llamo al segundo y mñas de lo mismo. Entonces me mosqueo y asomo la cabeza, afuera había un revuelo y una buena bronca. había un grupo de yonquis que al parecer nunca cogían cita, ellos llegaban a las 8 y media y se colaban por d3elannte de todos los viejos que sí tenían su cita. yo me puse de los nervios y también entre en la algarada, claro que de parte de los viejos. los yonquis hicieron piña y me decían que ellos tenían derechos adquiridosy que siempre funcionó así y venga que tienes que atenderme. Cerré la puerta con energía y dirigí mis pasos hacia el director friki, le expuse la movida y va el tio y me dice: que sí, que siempre fué asi y que pasara la consulta. Le dije que una mierda, que en esas condiciones bochornosas que la pasara él, que yo me negaba. Al friki no le quedó otro remedio que pasar la consulta hasta los yonquis desaparecieron, despues ya tuve que seguir yo. Pero yo ya estaba condenado y desde ese mismo momento empezó a putearme más y más, hasta que yo exploté. Un día me dí de baja y no fué por un motivo físico ni de enfermedad, fué por asunto de salud mental, pues veía que me lo iba a cargar. Me dí de baja con mentira piadosa, no podía decir que lo que yo quería era cargarme a esa cosa con patas. De todas formas fuí a hacer una incidencia sobre éste bulto con ojos, la hice a sus superiores y aún ahora en día, cuando han pasado más de 20 años, estoy esperando que me llegue la respuesta a mi reclamación.
  Hemos avanzado pero lo que no sé es hacia donde hemos avanzado, pues esto que os cuento, por desgracia, aún se sigue viendo hoy en día y es más desde que nos jodieron con esa crisis de ellos, nos aplastaron como cucarachas, nos rebajaron o nos quitaron los sueldos, nos escupieron sobre nuestros derechos laborales y aún encima tenemos que estar agradecidos, agradecidos por tener aún trabajo. ¡Que los joda a todas un pez con escamas!...

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...