A VECES...

 


A veces el viento de la noche

trae el aliento del mar

y nos inunda de algas y ansiedades marinas,

mientras la espuma blanca nos aclara la garganta

y nos concede permiso para bostezar.


A veces

y mientras los demás dormitan,

me entran ganas

de convertir el silencio de la noche

en una algarabía llena de ruidos y bullicio

así y poco a poco,

 se encenderían luces desesperadas

y malhumoradas

y entonces dar un grito

¡he sido yo!

y una vez que todo el mundo estuviera despierto,

irme tranquilamente a mi cama

y entonces sí

y entonces sí que me dormiría en paz.

"Insomnio", de Dámaso Alonso

 


Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres
(según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo
en este nicho en que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar
a los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando
como el perro enfurecido, fluyendo como la leche
de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole
por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en
esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen las grandes rosas del día, las
tristes azucenas letales de tus noches?

Dámaso Alonso en Hijos de la ira (1

CUANDO ÉRAMOS INMORTALES por JOSÉ PASTOR GONZÁLEZ





somos viejos
mis padres están viejos
mis amigos están viejos
son viejas las piedras que sostienen mis sueños
viejas son mis canciones y mis palabras
y mis andares y mis errores
pero, a veces
nos juntamos para tomar aliento
y bebemos vinos o vamos al campo
o hacemos el amor y la revolución
incluso vamos a algún concierto
o acabamos en alguna discoteca camino de casa
o apedreando una sucursal bancaria
o una aseguradora
lo mismo que hacíamos hace 30 años
cuando éramos jóvenes
y sabíamos
-como ahora-
que no hay futuro
pero que lo íbamos a pelear
con la fuerza y la esperanza
de los que no tenían nada que perder
-como ahora-

José Pastor González

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...