BICHO Y MALO

Mis planes... y  ¿cuales son mis planes?, porque mis planes cambian (supongo que como a todos), pero no sé, durante estos últimos meses he pasado por tantas cosas que ya no sé muy bien en donde estoy y lo que quiero o deseo. Menudos últimos 5 años, son para enmarcar y poner como ejemplo de lo que es la vida de un loco. No sé, a veces pienso que en estos 5 años he hecho más cosas que los 10 anteriores, más tampoco, porque hace 20 años también estuve bastante revolucionado y estuve feliz como una perdiz. A lo mejor pasa eso, que mi vida funciona a convulsiones y que hay momentos atroces de buenos y que después, hay años horribilis y que ojalá se pudieran olvidar...y digo que ojalá, porque lo malo nunca se olvida y aunque le pongas encima 20 capas de hormigón armado..., que por cierto, siempre me hizo gracia lo del hormigón armado, porque de pequeño pensaba que era una mezcla de cemento con armas recicladas y ojalá fuera hecho con eso, con armas recicladas y porque sin armas, habría Paz en el mundo.

No sé, a veces engancho una frase con la otra y porque siempre hay algo que decir o eso es lo que me pasa a mi...Y yo de tanto jugar con fuego pasa que a veces me meo y me refiero a que de tanto jugar con los sentidos y sentimientos me acabo enredando en mis propios prejuicios, que ahora mismo no sé cuales son mis prejuicios, no sé si he superado la etapa anal o la de la cacas y los pises o me he quedado pegado a la teta de mi madre...pero os lo digo de verdad, ahora mismo no sé cuales son mis prejuicios. Si ¿soy celoso?, pues creo que no, que ya está superado, que lo único que me importa es querer bien y en plan sano y natural, total para lo que me queda en el convento, me cago dentro y ahora me hacer devoto de la bondad.

O sea, que durante mi última etapa vital voy a ejercer de lindo corderito...pero esto es un secreto...porque mirar, si se enteran los malos me van a machacar. Y mi principal enemigo en esto de la bondad, es el puto aburrimiento, pues en ésta vida no hay nada más aburrido que la bondad y por ahí seguro que pincho y me debilito. Además, la maldad la conozco por sus cuatro costados y a la bondad no siempre la reconozco y creo que al final tendré que cambiar mis conclusiones: y nací bicho y malo y moriré siendo más bicho y más malo.

MI HIJO PEQUEÑO

No puedo...se me cae la baba, es que no puedo con mi hijo pequeño. Viene a mi casa (vive en casa de la madre, pero viene todos los días por aquí, aparte de los fines de semana que me toca con él) y os juro que todo se vuelve alegre y porqué él es una alegría desbordante y yo sólo me dejo contagiar por él. Bueno, yo también soy alegre, de base soy alegre y para eso dios me puso ésta sonrisa en los labios, para reírme mejor y para dar unos besos del carajo. Aclaremos el tema algo mejor, soy alegre y lo soy hasta que viene alguien a joderme el día..., claro que si después aparece mi hijo pequeño vuelve la alegría a mi cuerpo, Macareno...De hecho cuando salí al mundo lo hice con una sonrisa en mi boca y porque esperaba que la vida fuera una sonrisa, una suave, preciosa y maravillosa sonrisa y no lo que es (que es una mierda), pero que aún así y todo, hay que disfrutar.

Pues eso es lo que yo quiero decir, que por muy cabreado y jodido que esté, si en ese momento delante de mis ojos verdes aparece mi hijo Miguel, mi rictus de cabreo pasa a ser una sonrisa bobalicona y santurrona y como si fuera un devoto de su inmenso poder. De todas formas mi tendencia general es volver a mi estado más natural, que es el de la sonrisa Profidén, pero ¿me entendéis?, mi hijo Miguel es como un puto acelerante para llegar a ese estado. Y es que nunca deja de sorprenderme, me vacila por todos lados, me machaca con bromas alucinantes y siempre consigue mis mejores sonrisas.

Ahora está en el baño y dándose y nunca mejor dicho, un gran baño y lo oigo cantar y vuelvo a sonreír... y cuando acabe su baño, vendrá a contarme sus cosas y sé, que volveré a sonreír y cuando se vaya, también sé que me quedaré con esa sonrisa en la boca...Por dios, que nunca cambie en esto, que pase lo que pase que siga gastando bromas, que continúe dando esos saltos de alegría, que siga cantando en la ducha, que me siga queriendo tanto y yo a él (por supuesto). Mirar, es Síndrome de Down y es lo mejor que he tenido en la vida. Y creo no hace falta decir que éste escrito está dedicado a él.

YO MUERDO PERO NO LADRO

No hay mucho que decir: tú estás ahí y yo estoy aquí y por el medio ¿qué hay?...pues habrá mares y océanos, autopistas y fronteras y a veces, puede que no haya tanto y el tema de la distancia está en 2 o 3 kilómetros. Claro que la distancia física es la que menos importa, bueno eso se dice cuando tienes cerca a la otra persona y porque entonces el factor distancia te lo pasas por tu lindo culo. Y cuando estás lejos ¿qué haces?, pues que otro remedio te queda que ridiculizar el asunto de la distancia y para ello usamos frases de consuelo: no importa la distancia si sigues conmigo, cuanto más lejos estás más cerca te siento...y respecto a esto no voy a decir nada, porque simplemente estos argumentos se caen por su propio pie y es como decía el otro: el que no se consuela es porque no quiere.

Mirar, la distancia es jodida para todos y el que diga lo contrario, es por dos posibles causas: una, porque no ha vivido en la distancia con nadie y dos, porque se está iniciando en el tema y por así decirlo, aún está en sus principios. Vamos que aún cree que saldrá fortalecido de ese tipo de experiencia y éste estado tan estúpido suele durar unos 2 o 3 meses y hasta que empiecen los primeros mal entendidos: que tú no estás aquí y no sabes la que estoy pasando, que el otro día te dije que te quería y no me contestaste y además, saliste con tus amigos y mientras yo me pasé toda la noche llorando y bla, bla, blá...

Los putos reproches, los que no queremos decir pero que siempre decimos y que los decimos entre balbuceos y espasmos de rabia y una de cal y otra de arena y al final ¿qué pasa?...que así nos luce el pelo (para el que tenga pelo). Lo que realmente pasa es que no puede ser, que no puede ser que dos personas vivan dos realidades distintas y que quieran condensarla en una sola...y son 2 realidades, pues dejemos que sean dos realidades y después, ya veremos que hacemos con la otra, con esa que se mantiene en el aire. Y uno sale fortalecido de éste tipo de situaciones, si tiene agallas y sesera para no confundir realidades, bueno eso digo yo, que es lo mismo que me lo diga el perro de enfrente, aunque hay una diferencia, yo muerdo pero no ladro.

LA DIFERENCIA

Hay que ver lo que son las cosas...me pasé más de media vida queriendo ser lo que no era y ahora resulta que sólo quiero ser lo que soy, que esa suma de yos amputados han conseguido un yo muy grande. Lo que quiero decir, es que ahora no es que me acepte como soy, sino que es más, que es mucho más que eso, ahora me quiero y me quiero con mis defectos y virtudes y al que no le guste ya sabe lo que tiene que hacer: irse directamente al carajo y si conoce un atajo, será mejor para todos. Y  el tema de fondo, es que yo soy el mismo: soy tan cabrón como antes, me cabreo igualmente, tengo la misma risa y sonrisa, mis ojos siguen siendo verdes, mi lengua es bífida y venenosa y por poner un punto diferente: ahora vivo más sinceramente.

Pero en cambio, no actúo igual que antes, porque hoy en día trato de ir de cara y me importan un huevo sus posibles consecuencias o por lo menos, me importan menos que antes. Ahora no sopeso tanto que pasará después, ahora me meto en el lío en que considero que tengo que meterme y después, ya veremos lo que hacemos o por donde salimos. Se podía decir, que por ser tan prudente durante tanto tiempo, me he pasado al otro lado y ahora mi vida se basa en la imprudencia (esto dicho, en plan muy resumido). Bueno, ahora me gustan los sorpresas, los desafíos, las aventuras y las noches de Luna llena.

Las noches de Luna llena...bueno, siempre me gustaron, pero hoy en día disfruto más de su claridad o de su inmoralidad...porque en lo claro hay mucho de inmoral, pues no da tiempo a disfrazarlo de moral. Lo claro es crudo y por eso lleva adherida sangre fresca. Lo claro es nítido y transparente y algunos, como yo, nos encanta lo transparente y traslúcido y ya sea con deformidades, con contradicciones, con malas hierbas y con defectos de fábrica, pero es que priorizamos lo auténtico y lo vivo y es más, reclamamos la diferencia. Amamos lo extraño, lo raro, lo único, lo aislado y no por ello llevamos cuernos y rabo.

UN CIGARRILLO

Pues mi mesa de estudio está tomando forma de mesa de trabajo: se acumulan escritos, algunos acabados y otros iniciados y en ese orden tan desordenado, pero hecho todo con tanto cariño que llena y desborda mi mesa y creo, que mi alma. Hasta parece que escribo, que hago algo, que me como el coco, que tengo 5.000 proyectos, cuando en realidad sólo tengo uno: escribir. Bueno, estos días tengo otro proyecto en mi mente: dejar de fumar. Y ya van 8 días libre de humo y las angustias vitales siguen ahí, pero creo que su intensidad y su número han disminuido. Digamos que ahora ando sin tabaco, sin tener que llevar una cajetilla en el bolsillo y por eso del por si acaso me da el telele, ahora no, ahora me como el mono solo y sin ningún apoyo falso y engañoso.

Y ayer no sabéis lo bien que me sentó decir que no, que no fumo porque no me apetece, porque no quiero y porque no me sale de mis partes nobles. Así es la vida y venga a buscar razonamientos sesudos y convincentes y al final, lo que te convence son las agallas con su sabor a bilis agria. Lo que dije siempre, las cosas no se hacen hasta que des un fuerte golpe en la mesa y te digas: "aquí estoy yo" y ¿qué pasa?...sí, hasta que te enfrentes y dando la cara y enseñando los dientes. En todas las situaciones hay un momento así, que por supuesto sabemos que es ese momento, que todo va a depender de lo que decidas en ese instante, que si te decides por el sí, será un sí consecuente y si es no, pasará lo mismo.

Mirar, yo llevo 8 días sin fumar y para vosotros puede ser una mierda y en cambio para mí, es una verdadera proeza, pero el gran salto cualitativo en mi decisión de dejar de fumar lo dí ayer y mirar con qué argumento: no fumo porque no quiero, porque no me apetece y porque no me sale de mis partes nobles y no hay nada más...y no buscar, porque no hay más. No busquéis razonamientos de salud y esputos, toses, infartos y partos prematuros, porque para exponer a la galería estos son argumentos válidos y eficaces (digamos, que son válidos social y sanitariamente), pero para convencerte a ti mismo, no lo son...porque por dentro, los argumentos se dividen entre los que te hacen crack por dentro y los que te hacen cosquillas.

Y después de soltar todo éste rollo podía fumarme un cigarrillo y me quedaría todo contento con mi traición. Bueno, antes era así y me apuñalaba a cada momento y eso acababa debilitándome hasta la extenuación. Pero lo que yo os quiero decir, es que mi decisión es firme y convencida (y por tanto, consecuente) no porque presente argumentos razonados, contundentes y de peso, sino porque por mi mente ha pasado un argumento de mierda que hizo crack dentro de mi cerebro y que simplemente por eso he dejado de fumar y entonces es cuando estoy de acuerdo con el que se ha forrado con el libro: "dejar de fumar es fácil, si sabes como", aunque hay una pequeña gran diferencia: yo no sé como he dejado de fumar, bueno no lo supe hasta que algo hizo crack dentro de mi cabeza.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...