NO PUEDO CONTAROS NADA NUEVO


 No puedo contaros nada nuevo

pues todo me sabe a viejo y porque en realidad, soy viejo

y eso no se quita, ni tiene cirugía, ni otra solución mágica.

Mi viejo cuerpo se resquebraja

pero precisamente está en esa etapa de la vida

donde no le importa mostrar su fragilidad, 

salvo ese dolor diario que ahora arrastro conmigo

pero sino fuera por eso,

podría decir que me siento pleno y espléndido...

pero no joven

y porque no lo soy

y porque volver al pasado

es demasiado complicado,

pues por el camino se pierden cosas que quisieras seguir recordando

no tendré aquellos amores que no volverás a tener

ni ese inmenso sentimiento que tiene para mí, la vida

ni volveré a vivir aquella tarde donde te conocí

y hasta quién sabe si no podré dormir bajo la sombra de aquella higuera

ni si podré subirme a aquél manzano 

y escudriñar desde esa altura los pormenores que pasan por la vida.

Yo nací en un mundo feliz,

crecí en un entorno duro y violento

pero eso mismo, me hizo ser valiente y decidido,

pero a la vez crecí rodeado de un mundo extraordinario

los más hermosos paisajes, 

mi amor infinito por las flores,

la baja mar en la playa

el olor a algas y a pinos

y aquella inocencia tan incomprendida

que después se desvaneció en la bruma de una mañana.













INCOMPRENDIDOS

 

Y aunque en realidad no me comprenda ni me entienda hasta de mi propia sombra, no me siento un incomprendido y porque del concepto de comprensión, ya pasé hace algún tiempo. Y es que si me comprenden ¿qué pasa?, ¿que me van a comprender mejor? o ¿que me van a acompañar más y mejor en mis sentimientos y pensamientos? y yo te comprendo tío (me dice el pavo) y mira por donde a mi pasó una cosa parecida y bla, bla, blá...y al final, te cae un puto chaparrón de datos y de quebraderos de cabeza y todo porque resulta que el menda se sintió solidario o compasivo, y eso ¿compensa?. Para mi no, para mi no compensa y porque ya me llega con aguantar mis propios rollos. Mi individualismo está hasta los topes. Pero así es como yo en éste mismo momento, me siento.
Y es mejor que a mí no me comprendan y que me vean como un pobre loco de mierda, como un don nadie, como un poquita cosa y como un grano en el culo que solo molesta, eso sí y puestos a molestar, tengo que decir que soy el puto amo. Porque molestar me gusta y me gusta molestar a todos los cretinos que piensan que ellos no molestan o sea, que piensan que no molestan por su silencio o por su presunta invisibilidad, pero así no es, pues a mi molestan por su mirada de hiena penosa, por su presencia desamparada y con cara de pena y porque nunca llevo cambio para darles una puta limosna de lástima.
Como véis y podéis comprobar, no soporto la caridad humana (y menos la inhumana) y el pobrecito de mí y de tí y por eso y en consecuencia, eso hago, y hago utilización de las armas que hacen más daño y em mi caso y aunque no me guste utilizarlas, tendré que hacerlo y ese arma se llama: "desprecio". Y el desprecio puede y se debe hacer sin palabras y su mejor ejemplo es la ignorancia, la ignorancia que le haces a un pobrecito de mí que sólo busca consuelo que le dará un alma en pena que siempre andan por ahí y todo porque le pica su puto ombligo egocéntrico y ante esto no hay empatía que valga, porque yo no puedo ser empático con alguien que me resulte grimoso y baboso. Y es que si pongo en la balanza los que son empáticos conmigo y yo con ellos. Me sobran los dedos de una mano que me sivan como ejemplo de como no empatizar con semajantes larvas rastreras y prefiero que así sea, pues en la batalla diaria somos como una puta guerrilla que ataca a pequeños mordiscos o a pequeños pellizcos y todo con el fin de ser cuatro pringados que tenemos el honor de sentirnos personas humanas.














IDEA VILARIÑO


 Estos días

los otros

los de nubes tristísimas e inmóviles

olor a madreselvas

algún trueno a lo lejos.

Estos días

los otros

los de aire sonriente y lejanías

con un pájaro rojo en un alambre.

Estos días

los otros

este amor desgarrado por el mundo

esta diaria constante despedida.














No espero que me digas nada


 No espero que me digas nada

no lo espero y tampoco me importa demasiado.

Una vez que el momento álgido ha pasado 

y como así ha sido y así hemos comprobado

casi siempre y por no decir, siempre

toca vivir bajo mínimos con lo puesto y poco más

hay que respirar sin hacer ruído

hay que hablar por signos y señales

y hay que dar pasos mudos 

que además no nos llevarán a ninguna parte.

Una vez que has tocado el suelo de nuevo

hay que tener cuidado de no dar pasos en falso

estos deben ser seguros, rápidos y audaces

 porque entre paso y paso

siempre hay un precipicio o un charco de arenas movedizas

que si caes por él

serás vomitado al otro lado del mundo.
















Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...