No puedo contaros nada nuevo
pues todo me sabe a viejo y porque en realidad, soy viejo
y eso no se quita, ni tiene cirugía, ni otra solución mágica.
Mi viejo cuerpo se resquebraja
pero precisamente está en esa etapa de la vida
donde no le importa mostrar su fragilidad,
salvo ese dolor diario que ahora arrastro conmigo
pero sino fuera por eso,
podría decir que me siento pleno y espléndido...
pero no joven
y porque no lo soy
y porque volver al pasado
es demasiado complicado,
pues por el camino se pierden cosas que quisieras seguir recordando
no tendré aquellos amores que no volverás a tener
ni ese inmenso sentimiento que tiene para mí, la vida
ni volveré a vivir aquella tarde donde te conocí
y hasta quién sabe si no podré dormir bajo la sombra de aquella higuera
ni si podré subirme a aquél manzano
y escudriñar desde esa altura los pormenores que pasan por la vida.
Yo nací en un mundo feliz,
crecí en un entorno duro y violento
pero eso mismo, me hizo ser valiente y decidido,
pero a la vez crecí rodeado de un mundo extraordinario
los más hermosos paisajes,
mi amor infinito por las flores,
la baja mar en la playa
el olor a algas y a pinos
y aquella inocencia tan incomprendida
que después se desvaneció en la bruma de una mañana.