cuando entre el tequila,
el calor y los recuerdos,
la canción hace que los diablos
y los ángeles se reconcilien"
no quiero ni verme ante el espejo,
prefiero ocultarme entre las sábanas
y hacer del silencio mi bandera y mi pañuelo.
A saber...tengo dos nombres. A veces me llaman Javier, (pocas veces). Y yo me hago llamar, Bruno. Nombre oficial y de partida de nacimiento: Javier. Nombre adquirido por el camino: Bruno. Hay una tercera variante y es mi nombre oficial al completo y entonces paso a llamarme Francisco Javier. En el fondo me da bastante igual como me llamen. Y falta una cuarta variante que es usada en mi trabajo y porque ahí me llaman por mi primer apellido: Lamoso, que es un apellido tan raro como lo es un perro verde.
Si en ésta corta vida he generado tantos nombres, es porque de alguna manera se han ido fijando en mí (el que no se consuela es porque no quiere). De todas formas mi primera intención en ésta vida, era pasar lo más desapercibido posible...pero hay que reconocer que me han podido las ganas de hablar, de mirar, de querer y de ser. Al final me ha podido el ansia de querer vivir. Mis escondites has sido fugaces y creo que en el fondo nunca busqué enterrarme vivo....y porque siempre me ha gustado demasiado vivir y hasta los topes. Por eso mis escondites siempre fueron reales pero transitorios.
Yo sabía que después de encarcelarme, vendría una época de asomar mi cabeza y ver y oír y escuchar. Yo nunca fui y ni en mis peores momentos, de querer cortarme las venas. Esa opción nunca estuvo disponible dentro de mi cabeza. La auto lesión sí...sí pero sin desear mi muerte. De todas formas, repito, me quiero demasiado y aprecio con demasiada fuerza lo que es vivir. Tengo varios nombres pero una sola causa:
¡seguir viviendo!
y en algún lugar y sitio,
te darás cuenta
que lo que parecía grande y hermoso,
resultó ser un espejismo.
pero igualmente pude estudiar música
o veterinaria o biología.
No tengo vocación de médico
ni nunca la tuve.
No creo en esas zarandajas
que te imponen que tengas que ser médico por vocación
y para que hagas horas extras sin que te las paguen
(simplemente porque son... por vocación)
y estar siempre dispuesto
a todas horas y en todos los lugares.
Vas de paisano y eres médico
estás follando como un poseído
y eres médico.
Un paseo por el puerto,
una vuelta en barco a toda vela
y sigues siendo médico por los cuatro costados.
Hartura de ser médico todo terreno
y en mi reencarnación me pido ser
¡poeta y escritor!
que a veces se queda un rato contigo
y que en otras se hace estrella fugaz.
Que en un segundo
te atraviesa con extraordinaria lucidez,
y que por fin
nunca más podrás volver a recordar
y simplemente
porque se fue.
Mi olvido no está contigo.
Te tengo y te retengo dentro de una cámara oscura.
Te quise y te juro
que por encima de todo
te seguiré queriendo.
Que moriremos...seguro
los dos juntos...ya no
o puede que sí,
¿quién sabe?
pero que quede muy claro
que yo no condiciono mi vida
ni hago falsas y estériles promesas,
ni tampoco me parece tan bucólico y romántico
estar juntos para siempre.
La simpleza de lo más simple, te dice o nos dice:
no te compliques
"Todo lo grandioso lo convertimos en una procesión de insignificantes individuos con un ego más grande que esa inmensa y preciosa montaña."
"...sobre el corazón un ancla
y sobre el ancla una estrella
Yo no te quiero mía
ni de nadie
ni que seas compartida al mismo tiempo.
Yo te quiero libre
un día fuiste mía
y al día siguiente te crecieron alas
y saliste volando.
Yo si te quisiera mía
tendría que romper
mi concepto de amor.
MIS POETAS De Rubén aprendí la peregrina alquimia del diamante y la madera, de Cernuda el olvido y la quimera, de Vallejo los húmeros, la espina. De Neruda la fronda y la sentina, de Manrique verdura de las eras, de Garcilaso la égloga tercera, de Juan Ramón la esencia y la rutina. De Federico el Nueva York gitano, del pastorcico el rayo que no cesa, de Blas el ángel fieramente humano, de Borges el enigma en letra impresa, de Machado la biblia del pagano, de Espronceda la epístola a Teresa. II] De Ángel González la palabra breve, la risa generosa de cantina, de Jaime Gil la cita clandestina, la margarita que a volar se atreve. De San Juan de la Cruz el vuelo leve, de Lope una aventura en cada esquina, de Bécquer las oscuras golondrinas, de Campoamor la tarde cuando llueve. De Sor Juana el amor a contrapelo, de Gelman la orfandad y el desconsuelo, de Violeta la décima inocente, de Góngora lo oscuro cristalino, de Quevedo el ardid luciferino, de García Montero el pan urgente. |
Hoy estoy contento, pues hoy me he demostrado a mi mismo que soy tan gilipollas como nunca lo hubiera pensado. Y claro, el demostrarse a si mismo lo que realmente uno es y hacerlo sin camuflajes ni falsas máscaras, tiene su mérito. Y por eso hoy estoy contento. Por eso y porque los capullos no sólo florecen en verano y para nuestra desgracia, florecen todo el año. Hay tanto capullo suelto, que si me comparo con ellos, a mi ánimo le crecen alas y para seguir volando, además desde arriba se les distingue mucho mejor.