ESCLAVO (poema)

¿ Cual es mi meta?,
será escribir y escribir hasta que me muera,
o simplemente hasta caer de puro agotamiento,
o hasta que un día reviente de un infarto.

Yo no lo sé,
pero mientras dure la faena,
yo seguiré enfrente del teclado,
y es que además me encanta la música de sus teclas,
sus sonidos huecos y como rebotan encima de la mesa,
me entusiasma ver las letras como se escriben,
como quedan tintadas en la pantalla,
como es su secuencia,
 como se juntan y como se separan,
como después de una palabra queda un espacio,
como las frases se empaquetan en cadena.

Es maravilloso ver como juegan las letras,
como se intercalan y se sobreponen,
como se superponen y se preguntan:
cual letra es la siguiente, ahora a quién le toca,
juegan y juegan y juegan sólas,
yo sólo pongo las yemas de mis dedos,
las letras me obligan a poner orden,
a poner un punto y ahora una coma,
a poner paréntesis,o un interrogante,
yo soy mano de obra,
y ellas son las cabezas pensantes.
Así es la vida,
 resulta que ahora yo soy,
esclavo de mis propias letras.

MI PRISIÓN (Poema)

Me repito y me reboto,
y lo hago entre éstas cuatro paredes,
en éstas cuatro paredes en las que me encierro
es mi propia prisión, es mi prisión de Alcatraz.

   Vivo en una Isla en medio del mar,
y en mi casa he puesto rejas,
y no porque tenga miedo a que me roben,
ni porque tenga un tesoro escondido,
ni pasta debajo  del colchón,
ni siquiera un cuadro de valor,
o unas alhajas de rubíes y diamantes,
no señor, no tengo nada de eso,
lo único que tengo de valor,
es mi pequeño ordenador,
y éste teclado, en el que escribo,
lo demás me da igual o casi.

   Me gusta mi aparato de música,
y la nevera cuando está llena,
me gusta mi gran billar inglés,
y por supuesto mi cama,
esa cama que me da cobijo todas las noches,
esa misma cama que me abraza entre sus sábanas,
y que me acurruca dentro de un útero,
esa misma cama que me presta su almohada,
y que me dá un beso de buenas noches,
y esa misma cama, que cuando el día asoma por la ventana,
me coje por sus tentáculos y no me suelta,
me pide y me ruega, que no la deje sóla,
y que la caliente de nuevo con el calor de mi cuerpo,
que ella no sabe vivir sin mí,
y que yo, por supuesto sin ella.

Que se le va hacer,
si sólo tengo tres cosas materiales,
y por tanto, cosas más que prescindibles.
Me quedan el resto de las cosas,
las cosas que no se ven,
y que no tienen forma,
las cosas que se sienten
 y que no se transmiten.
las cosas que no se tocan,
pues en el espacio flotan,
las cosas mágicas,
las ilusiones, los sueños,
la nostalgia, el amor,
el sentimiento, la pasión,
todo eso tengo yo de valor,
y lo tengo como un tesoro bien guardado,
el resto para mí es perecedero,
y por tanto no tengo ni el menor interés.

NO OS CONOZCO (Poema)

No os conozco,
no os conozco de nada,
si pensais que por saludarme,
por sólo decirme un hola,
o un adiós, o un hasta luego,
ya sólo por eso, pensais que me conoceis,
pues lo siento, os habeis equivacado.

   Yo no soy nadie,
pero vosotros tampoco,
bueno, alguien soy, porque soy yo,
y eso es más que nada,
y es más, es mucho más que mucho,
y para mi incluso es demasiado.

   Y vosotros quienes sois,
os habeis visto la cara,
y esa mirada vacía y hueca,
y esos ojos de muñeca,
y ese rictus en la boca.

   Vosotros quienes sois,
y yo me lo pregunto de nuevo,
quienes sois,
no pretendereis que yo os lo diga,
mejor buscaros en los espejos,
o en los reflejos de un charco,
o apuntaros a terapia anticipativa,
hacer regresiones y proyecciones,
hacer lo que os dé la gana,
pero a mi dejarme en paz,
ni siquiera me saludéis,
ni os pareis en la puerta de mi casa,
pasad de largo y en silencio, a poder ser,
pero de mi olvidaros para siempre,
olvidadme malditos,
olvidaros de que yo existo,
es mejor así,
que cada uno aguante su vela,
y aguante su propio calvario.

EL GIMNASIO (Relato)

   Hoy mientras estaba haciendo el gilipollas en el gimnasio me vino un fuerte olor corporal, sí ya sé que sería a sudor, pero no, era un olor diferente, un olor extraño y agrio, y miré alrededor y ví que casi todos eran hombres, como yo, supongo. Entonces pensé que tenían que ser la testosterona, aunque también podían ser las feromonas. Ya se sabe que en ésta época tan primaveral, los hombres nos ponemos salidos como burros. Al final pensé en un rebujado de sustancias: sudor, testosterona y feromonas. Después ya me puse a sudar como un cerdo y empezaron a caerma las gotas hasta alcanzar mi vista, y me tuve que reconcentrar para poder acabar lo que estaba haciendo. Aún así me dió tiempo a un último pensamiento: ¿que coño hago yo en medio de un gimnasio?, además que me podían nombrar el abuelo del gimnasio. Yo con mis 57 tacos, rodeado de pimpollos, algunos luciendo músculos y el resto echando los hígados por la boca, igual que yo, sólo que mi hígado es más añejo.

    Por cierto hay una rumana que está que te cagas. Al principio, cuando los belfos aún te responden, le vas echando un ojo de vez en cuando, y a los 10 minutos ya no estás para echarle el ojo a nadie, ni la rumana ni la Sonia Braga, da igual, las fuerzas que te quedan las reservas para intentar llegar a la meta. El resto del personal es más de calle, hay mucho argentino, pues el que regenta el gimnasio es de esa nacionalidad, hay algún yupi reciclado o sea que fué yupi en sus tiempos y ahora es un yupi venido a menos (de las pocas cosas buenas que tienen las crisis, poner a los yupis en peligro de extinción). Hay un par de tías más y una de ellas es normal en todos los sentidos y la otra de cuerpo está muy buena, pero tiene una voz que echa para atrás, tiene voz de flauta desafinada y piensas para tús adentros, si no era mejor que fuera muda. A la media hora los vahos de sudor te nublan la vista y se mezclan los olores, haciendo un requesón delicioso.

    Lo que más asco me da de un gimnasio, es el tumbarte sobre una esterilla donde previamente ha estado un tío sudado de la cabeza a los pies o sobre la bici estática o sobre cualquier aparato. Bueno y las duchas, que parecen limpias pero siempre hay algún capullo que le gusta ducharse descalzo y con sus patatales llenos de hongos, hongos rebosantes, fuertes y olorosos, hongos musculados y dopados. Después un día, por lo que sea, te tienes que duchar en el gimnasio y como no es tú costumbre, se te han olvidado las zapatillas y piensas que por un sólo día no te van a pillar esos hongos hipertrofiados y ese día la has cagado, pues sales con un florero de hongos en los pies. Pero bueno, los riesgos son varios, pero las ventajas de un gimnasio son muchas, sólo tienes que pensar como sales del gimnasio y como te encuentras al día siguiente. Toda la mierda que echas por los poros, toda esa energía negativa que liberas, todo el positivismo que musculas, toda la grasa corporal que desparramas por el gimnasio. todo eso tiene un valor indescifrable, tiene un valor inmenso.

    A todo esto y por lo que empecé éste escrito, ahora me acabo de acordar, era porque se me había ocurrido hacer una esencia con el rebujado de los líquidos corporales de un gimnasio. Es decir la esencia llevaría tres componentes fundamentales: el sudor, la testosterona y las feromonas, y para que tuviera más cuerpo el perfume, se le podría añadir unos pocos de hongos. Pues estos le dan consistencia, aparte de sabor y exquisito olor. Todo un perfume a hombre, a hombre salido y musculado, la esencia de todas las esencias, la esencia madre. Sólo es cuestión de ir por todos los gimnasioa y raspar la espalda y el pecho de los atléticos hombres o sea ir llenando tarros y tarros de esencias hombrunas. Lo de los hongos es más fácil, pues una vez recogida la primera cosecha, que se hará en los baños de los gimnasios, se pueden criar en casa, en la ducha o en la bañera e incluso llevarlos en tús propios pies y si me apurais, en los pies de nuestros hijos. Vamos un criadero de hongos en tú propio hogar. !Que bonito!.

     Lo que yo planteo tiene su importancia ecológica, pues no planteo una guerra contra los hongos. Yo pido su desarrollo, que los hongos se expandan por toda la geografía. y es que la agresividad como táctica no muestra cambios positivos, más bien los hongos, como las moscas y mosquitos, se van haciendo resistentes a los diversos tratamientos y acaban transformándose en hongos atómicos. Por eso yo lo planteo de forma ecológica y científica, pues no sabemos si con el tiempo los hongos pueden llegar a dar excelentes y jugosos frutos, frutos que podemos articular en la cadena ecológica y alimentaria, en la que todo sigue su evolución y todo se recicla. A lo mejor los hongos son una buena fuente de energía y hasta nos pueden servir de combustible. Sería el hongost, los hongos fermentados con estiércol de animal o de hombre y de ahí sacaríamos una nueva fuente de energía. ¿Quién sabe?, pero desde luego si no se prueba nunca se va a saber, o no. Acaso no se utilizó como fuente de energía y como un producto fundamental para los cosméticos, la grasa de ballena y alguien de vosotros olió alguna vez ese compuesto. Antes, en mis tiempos había balleneros y cuando un barco arrastraba a una ballena a puerto, su olor llegaba desde unas cuantas millas marinas y que olor, el olor a carne putrefacta se queda corto. En mi vda volví a sentir un olor tan desagradable. Pues eso, de esa mierda se sacaban productos cosméticos, pues porque no se pueden sacar de los Hongos. !Abajo los prejuicios!.

DOS DAGAS (Poema)

Si hay alguien que se molesta,
con lo que yo digo o hago o escribo,
ya sabe donde está la puerta,
la puerta de salida,
pues la de entrada ya está cerrada.

Si de verdad alguien quiere decirme algo,
que se planté y me lo espete en mi cara,
asi mediremos la mirada,
y calcularemos los destrozos del uno en el otro.

Yo, ya tengo miedo a nada ni a nadie,
antes temblaba ante cualquier desafío,
y ahora, no tiemblo, ni dudo, ni retrocedo,
es más, ante los desafios me crezco.

Y no es un farol,
ni pretendo asustar a nadie,
es lo que siento y por eso lo digo,
y os juro, que no voy de sobrado,
yo simplemente aviso y advierto:
el que se ponga por delante,
y pretenda echarme un pulso,
que tenga cuidado y que lo tenga mucho,
pues yo llevo dos dagas en mi mirada,
y sin pensarlo ni un sólo instante,
las lanzaré contra su punto más sensible.

UN MÁQUINA (Poema)

Soy un máquina,
un máquina viejo, pero un máquina,
un máquina oxidado y destartalado,
pero un máquina con demasiado carburante.

Lo soy porque yo me lo creo,
no necesito palmadas en la espalda,
ni falsos reconocimientos,
ni siquiera quiero gestos de aprobación,
ni miradas de comprensión,
no necesito nada de eso,
me llega con sentirme sólo un máquina.

Un máquina con músculos de acero,
con músculos de alta fundición,
con músculos más duros que el titanio,
y un máquina con alma sensible y sincera,
alma labrada a mano, con cincel y martillo,
alma llena de algodones de feria,
alma orgullosa de ser lo que es,
y un alma tan grande,
que no me cabe dentro,
en fin, un alma como cualquier otra,
sólo que ésta alma, es la mía.

Mi alma dentro de un cuerpo de frío acero,,
los dos, mi alma y el cuerpo,
forman un sólo ser,
y ese ser creo, que de momento soy yo, sólo yo.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...