
LA MUERTE DE MI PADRE Y DE MI MADRE

POSTE DE LUZ (Raúl Nieto de la Torre)
No cabe en mi mirada:
debo mover el cuello para ver su punto más alto
como si una montaña se hubiera adelgazado
hasta el límite de madera de ese poste
sin el cual no habría límite: miraría
hacia ninguna parte, solo,
esperando encontrarme a un ciclista, a un paseante,
a un perro en busca de una perra.
Ese poste me libra de esperar.
Como la muerte.
Diréis no puede amarlo
porque no cabe en su mirada de hombre
y diréis la verdad: no lo amo.
Diréis no puede hacerle compañía
porque hablan dos idiomas diferentes
y diréis la verdad: no me hace compañía.
Ese poste me libra de correr.
Su verticalidad es como el horizonte
incrustado en la tierra.
Su color es oscuro.
Y sus cables, que parten, con la curva del tiempo,
hacia otro poste, apenas me distraen
de mi dulce tarea:
estoy empezando a verlo florecer.
NO PUEDO QUERERTE
Enero del 2020.
G...o H o como se llame
por fin me escribe,
dice y lo dice muchas veces
(como cien veces),
que me echa de menos,
que si volviera a nacer estaría conmigo
además dice que llueve mucho
y que la lluvia le recuerda a los dos,
claro que yo pienso lo contrario,
la lluvia se llevó mis sentimientos por el desagüe que nos comunicaba,
y ahora soy como una noche sin luna,
ahora me hablas
y ya no oigo nada,
ahora me dices
y ya no sé lo que me dices,
ahora soy inmune,
ahora me dices te quiero
y no sé como decirte
que ahora
no puedo quererte.
AHORA TE VEO...
Ahora te veo,
ahora ya no te veo,
y puede y puede...
que ya te vuelva ver más.
Todo tiene su momento y su razón de ser
y si no te voy a ver más
pues despidámonos como debe ser,
adiós
y hasta la próxima reencarnación.
TENGO MI PIEL..
Tengo mi piel como pompas de jabón,
pues a su vez,
estallan al paso de la yema de tus dedos.
De primeras,
estremecen su vieja estructura elástica.
De segundas,
aceptan y entienden tu caricia.
Y de terceras,
se estiran por el placer y por el gusto
y se acaban convirtiendo en frágiles hilos de conducción
y al fin,
y con la mínima brisa marina
explota y lo vuelvo a repetir...
explota como pompas de jabón.
LO ENTRAÑABLE
Abrid la ventana a la mirada interior más entrañable,
y después, cerrarla sin más...
Si esos mismos ojos que antes eran tan bonitos
se han convertido en ojos extraños
y ahora os resultan, ser ajenos
y de su dulce y adorable mirar
han pasado a ser afilados puñales,
entonces... repito,
cerrar la ventana a cal y canto
y tapar todas las rendijas por donde se filtre la luz del día,
encended las lámparas interiores de supervivencia,
tumbaros en el sofá y a esperar a que todo se cubra de noche
y cuando tu alarma interior indique que ha llegado la noche más oscura,
será el momento de volver a salir a la calle
y de no buscar nada con tu mirar,
pues lo entrañable va a estar dentro de tí
y no hay nada más que buscar.
NO FUI...
porque pensé que algún día se podría secar el sol
y que el mar se acabaría convirtiendo en pasta de jabón...
No me hice bombero
porque pensé que yo no estoy para apagar otros fuegos
me llegan los míos y el ardor que me producen.
RITUAL (Mariana Finochietto)
CAEN LAS HORAS (Sara Mesa)
pesadas, lentas, doradas, tibias.
El aire está inflamado de plegarias,
de cánticos oscuros y enigmáticos.
Yo sé que algo sucede.
Debe de ser que es jueves y algo pasa los jueves.
Debe de ser que es lunes y algo pasa los lunes.
Debe de ser que es sábado y algo pasa los sábados.
¿Por qué no quedan huellas de mis pies
en este asfalto ardiente?
Debe de ser que no peso bastante.
Debe de ser que está lejos la arena.
Debe de ser que el tiempo pasa lento
y aún no te he encontrado.
Se suceden las horas como un hondo rosario,
como un rosario en sombras.
Yo debería pensar ahora en otras luces,
nadar con otros peces.
Aquí estoy resguardada.
La lluvia no me moja.
Mis párpados se cierran sin asombro.
El tiempo pasa lento;
no duele, no me toca.
SEPTIEMBRE
Ahora me acuerdo de cuando el mes de Septiembre era un mes precioso de necesidad. Era cuando se daba por finiquitado el caluroso verano y el sentir como poco a poco y al lento paso de los días de Septiembre, nos iba envolviendo la mano húmeda del dulce otoño. Volvía la adorable lluvia después de un seco y siempre agresivo verano. Eran Septiembres de vendimias y siempre me acompañará ese olor a uva fermentada de la vendimia y el intenso olor de la tierra mojada. Yo tengo un hermoso jardín lleno de olores, algunos son olores ancestrales cosechados hace mucho tiempo (infancia, niñez, pubertad), otros son más recientes en el tiempo (estudiante, adulto y pasado de rosca) y por fin, otros son actuales y a los que intento, darles forma y contenido con plantas y flores aromáticas (los aromas me inundan de recuerdos y de los más bellos momentos). Y digo, lo intento y porque no siempre consigo. Yo guardo en mi empobrecida memoria de viejo ya medio caduco, el olor a la Naftalina en forma de pequeñas bolas escondidas en los cajones de mi infancia. De vez en cuando me viene un agradable olor a Hierba Luisa que me encandila mi Pituitaria. O a Manzanilla. O a café de pota. Y en los Septiembres me penetra ese olor a tierra mojada y a uva fermentada, aparte del suave aroma de la paja humedecida en los pajares y a maíz recién cortado y a punto de ser desmigado.
Septiembre también es mes de grandes y profundas mareas vivas y todo el mar subía más que nunca y todo el mar bajaba hasta dejar la playa casi desnuda. Claro que ahora vivo rodeado de mar Mediterráneo y el bajar y el subir de las mareas, es mínimo y hasta a veces pienso que es, ridículo. Yo quiero morir mirando al Océano Atlántico (me gustaría) e ir poco a poco apagando mis cansados ojos al mismo tiempo que iría bajando la marea y el momento más sublime de mi muerte coincidiría con el máximo punto de bajada. Bueno también, querría sonidos naturales y que se escuchara al mar en su batir de olas y al viento, levantar arena y espuma. Y en esa cadencia casi perfecta y casi sublime, ir apagando mis velas vitales. En mi tierra gallega se prefiere morir como sea (supongo que siempre será lo mejor posible), pero que te entierren mirando al mar. Es decir, lo que realmente importa a mis paisanos, es que los entierren mirando al mar. Y yo como no creo en la vida después de la muerte, pues pido y ruego que cuando esté en mis últimos estertores, que alguien me acerque hasta mi Océano Atlántico y que allí me deje morir en paz.¿DE DONDE VIENE EL MUNDO?
Yo quiero decir... que está muy bien analizar el pasado, pero sin olvidar el presente y todo lo que nos queda por delante.
Entonces, si estás seguro de ti mismo y te basas en el pasado ciegamente, serás la hostia bendita y serás el puto rey de las tradiciones más ancestrales. Yo odio (odio...de esa manera que al final no lo es tanto) a los que interpretan el mundo basándose en que siempre se hizo así y toman ese hecho como una verdad inamovible y como si fuera un verdadero acto de fe.
Me sobran y me molestan
LA SEMANA SANTA Y LOS QUE CORREN
CONTIGO O SIN TI
se llamaba
ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...
Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...

-
Yo tenía cinco años. La maestra escribió en la pizarra: "Todos los hombres son mortales". Sentí un enorme alivio, un gran regocijo...