Hay muchos métodos de aprendizaje, pero solo uno es infalible: la letra con sangre entra y dejémonos de decir tantas tonterías blandengues, que yo me he ido y he vuelto tres veces de ésta vida y en cada reencarnación siempre me encuentro con el mismo argumento, ese que más o menos dice que hay que intentar comprender a la oveja descarriada y para ello, hay que profundizar en sus razonamientos y en sus penumbras... Bueno, pues nada que al bicho problema le den manteca cebollera, vitaminas en racimos, aceite de coco traído en yate, ah¡¡ y mucha comprensión y muchos mimos.
Con ese método el fracaso escolar está asegurado, el bicho comerá como un cerdo, se tirará en el sofá de su casa y con un buen canuto entre sus labios y nada, ¡a verlas venir!. Que me hagan los deberes que yo me puedo desestabilizar, que me limpien la habitación y de paso que me hagan la cama y a vivir que son dos días. Claro que como el problema no se ha resuelto, los padres y profesores deciden en comandita, mandar al bicho al Psicólogo.
Y ya está, el Psicólogo le pone el sello correspondiente, que suele ser un sello sin fondo y donde cabe todo y al final, el bicho es calificado como un niño Hiperactivo y por eso se rebela y no presta la atención necesaria. Claro que lo mejor de todo, es el tratamiento y embotan al bicho a base de Anfetas, que lo ponen más moto y él mismo y para bajar de intensidad de su propio zumbido, mezcla las Anfetas con Alcohol, ya sé sabe, para mejorar su globo. Ya está, si el bicho sale para adelante, es un triunfo de los avances de la terapia y si falla, pues nada, que el bicho pasa de ser un hiperactivo a ser un politoxicómano de mierda o sea simplemente se le cambia la etiqueta y ya está, problema también resuelto, ya tienes a un hijo más colgado.
Con ese método el fracaso escolar está asegurado, el bicho comerá como un cerdo, se tirará en el sofá de su casa y con un buen canuto entre sus labios y nada, ¡a verlas venir!. Que me hagan los deberes que yo me puedo desestabilizar, que me limpien la habitación y de paso que me hagan la cama y a vivir que son dos días. Claro que como el problema no se ha resuelto, los padres y profesores deciden en comandita, mandar al bicho al Psicólogo.Y ya está, el Psicólogo le pone el sello correspondiente, que suele ser un sello sin fondo y donde cabe todo y al final, el bicho es calificado como un niño Hiperactivo y por eso se rebela y no presta la atención necesaria. Claro que lo mejor de todo, es el tratamiento y embotan al bicho a base de Anfetas, que lo ponen más moto y él mismo y para bajar de intensidad de su propio zumbido, mezcla las Anfetas con Alcohol, ya sé sabe, para mejorar su globo. Ya está, si el bicho sale para adelante, es un triunfo de los avances de la terapia y si falla, pues nada, que el bicho pasa de ser un hiperactivo a ser un politoxicómano de mierda o sea simplemente se le cambia la etiqueta y ya está, problema también resuelto, ya tienes a un hijo más colgado.



