Yo le pido a dios
que en su cielo siga instaurado.
Que sepa que aquí abajo,
donde pisamos tierra
y todo duele más que un dolor de muelas.
Yo soy capaz de pedirle y que dios me perdone
que de tanto vivir en el fango
nos ha acabado gustando.
Por tanto
que dios se quede en su sitio
mientras nosotros
seguiremos siendo esos humanos
que de vez en cuando nos matamos
y aún encima tenemos el valor,
de razonar el porqué nos matamos.