MIÉRCOLES DE MIÉRCOLES

Miércoles de miércoles de miércoles y por tanto estamos a más Miércoles que nunca. No sé si a base de repetir entran las cosas, pero así debía ser y decir Miércoles de finales de Noviembre y tendría que salir de carretilla el día 27 de Noviembre (y ya a punto de finiquitar otro mes en mi agenda vital). Después y más adelante, hablaremos de los Noviembres y te acuerdas de aquél Noviembre y en donde nos enamoramos... ¿te acuerdas?...pues yo tampoco. Yo creo que nunca me enamoré de alguien en el mes de Noviembre y debe ser porque es un mes tirando a recogidito y en tal caso me enamoraría de la estufa de leña o de la manta que me cubre éstas tardes tan otoñales. Aunque yo, más que de manta soy de estufa y si hace falta se pone la estufa de leña hasta los topes. Unos presumen de tener barco, otros de tener un buga de cuatro quilates, otros de que tener una queli con vistas al mar y a lo que haga falta y otros (como yo) podemos presumir de estufa. Yo lo pongo en mi tarjeta de presentación: me llamo Bruno... soy un tío cojonudo... no te fíes de mi ni un pelo... tengo una hermosa casa de más de 120 años y con una estufa de leña que sabe como acariciarla por sus adentros y hasta su misma médula. Frío no pasaréis en mi casa. Ni frío, ni angustias, ni miedos, ni soledades y porque es imposible sentirse sólo en mi casa, pues de las paredes rezuman presencias y de los techos cuelgan telarañas que nunca fueron quitadas, por si acaso. Mi casa es un varadero de viejos barcos destripados y yo soy el último barco que he caído por estos lares.

Mi casa, 

mi vida, 

mis historias, 

mis asuntos, 

mis preocupaciones, 

mi sitio de escritura,

mi otro sitio de sentarme, 

mis rincones de lamentaciones, 

mis idas y venidas, 

mis sube y baja, 

mis ascensores sin motores, 

mis ideas más locas, 

mis ganas de quererte sin tenerte y sin verte, 

mis momentos más dulces,

mis otros momentos peores,

mis lapsus de blanco y neutro,

mis tensiones sobre cuerdas invisibles,

mis desactivaciones temporales,

mis despertares otoñales,

mis tardes envolventes,

mis horas brujas,

mis minutos más cruciales,

la mañana, la tarde, la noche,

 la noche y la luna...

y todos juntos habitamos entre éstas cuatro paredes.

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...