Bueno poco a poco ya voy entrando en calor y como el Avecrem ya voy dando un mejor sabor a mis platos. ¿Y qué decir de los 700 inmigrantes ahogados en aguas mediterráneas?. Sí, lo de siempre, ¡que menuda tragedia!, que no hay derecho, que el hambre empuja tanto que lo arriesgan todo. Y por supuesto que las Mafias que trafican con personas se aprovechan de ello y los apilan como esclavos en una lata de sardinas.
A los Occidentales vergüenza nos debería de dar, vergüenza por cerrar nuestras fronteras a otro seres humanos. Hicimos o mejor dicho, hicieron y hace mucho tiempo un mundo parcelado y claramente delimitado: parcelas de ricos y parcelas de pobres y por el medio una inmensa alambrada de púas inhumanas. Y unos, los pobres, luchan contra su hambre y nosotros los ricos, luchamos por mantener nuestros teóricos privilegios. Y digo teóricos, porque de cada vez son más teóricos que reales.
Pero también está muy claro, que diferencias siguen habiendo. Y así puestos y con el mundo dividido, surgen dos intereses generales antagónicos y por el medio se pierde un principio vital de la raza humana: ¡Qué todos somos seres humanos iguales y que tenemos los mismos derechos!. Son tiempos fáciles para que surja la xenofobia y que aumente el nazismo, pues la ecuación es muy sencilla: mi patria, mi bandera, mi tierra y mis privilegios occidentales y así olvidan el trabajo sucio que realizó esa mano de obra barata y que tanta falta nos hizo para poder vivir como vivimos.
Es fácil olvidar cuando se puede y se quiere olvidar. Pero yo soy de esa clase de tíos que se enardece con las injusticias sociales. Es más y aunque suene a utopía, yo liquidaría todas las fronteras del mundo.
A los Occidentales vergüenza nos debería de dar, vergüenza por cerrar nuestras fronteras a otro seres humanos. Hicimos o mejor dicho, hicieron y hace mucho tiempo un mundo parcelado y claramente delimitado: parcelas de ricos y parcelas de pobres y por el medio una inmensa alambrada de púas inhumanas. Y unos, los pobres, luchan contra su hambre y nosotros los ricos, luchamos por mantener nuestros teóricos privilegios. Y digo teóricos, porque de cada vez son más teóricos que reales.
Pero también está muy claro, que diferencias siguen habiendo. Y así puestos y con el mundo dividido, surgen dos intereses generales antagónicos y por el medio se pierde un principio vital de la raza humana: ¡Qué todos somos seres humanos iguales y que tenemos los mismos derechos!. Son tiempos fáciles para que surja la xenofobia y que aumente el nazismo, pues la ecuación es muy sencilla: mi patria, mi bandera, mi tierra y mis privilegios occidentales y así olvidan el trabajo sucio que realizó esa mano de obra barata y que tanta falta nos hizo para poder vivir como vivimos.
Es fácil olvidar cuando se puede y se quiere olvidar. Pero yo soy de esa clase de tíos que se enardece con las injusticias sociales. Es más y aunque suene a utopía, yo liquidaría todas las fronteras del mundo.