BUSCO
Busco...
y busco un alma gemela
y alguien a quién pueda entender y que a la vez,
me entienda.
No busco sexo y caricias desatadas
y hasta la madrugada,
busco algo más tranquilo
y para mí, algo más humano...
Busco el entendimiento
y el abrazo en las horas muertas
y la caricia dudosa e insegura
y el susurro en la oreja
y la palabra imperfecta
y el silencio en una tarde de invierno.
Busco algo tan etéreo y tan bucólico
que a veces hasta me asusto de lo que busco.
AMIGOS
Dicen que los amigos de verdad
caben dentro de un bolsillo
y yo hasta me atrevería a decir
que caben en el bolsillo más pequeño
donde en teoría se debería guardar lo pequeño y minúsculo.
Allí cabe una llave y un trozo de papel
que parece que iba a decir algo
pero que en realidad no dice nada
y porque fue una anotación que en su tiempo tuvo un sentido
pero que ahora, ya no significa nada.
El amor se pasa,
la amistad se pasa
y tal como se pasa
no hay nada más que buscar.
¿Dolor?
pues jódete
como me jodo yo.
UN DÍA NUEVO
Olor a la membrana húmeda de la mañana
sabor a carne seca y dejada
ojos pegados como alimañas a su presa
deseos de descubrir mundos nuevos
y el sol que penetra sin misericordia
por el cristal de la ventana.
Un día nuevo, se dice,
otro día más, dicen los desesperados
y a ver que sorpresa nos trae el día,
dicen los desconfiados.
Y yo voto... por el día nuevo,
no me hace daño,
no me causa prejuicios,
no me jode el día ni la noche
no me aplasta como a una cucaracha contra el suelo
y no me duele la boca por decir
que estamos ante lo evidente
y estamos ante un día nuevo.
"Beatriz y los cuerpos celestes". LUCÍA ETXEBERRÍA
No somos estatuas de sal,
No somos estatuas de sal,
tenemos sangre y carne
y músculos, tendones y uñas...
somos más cartílago que hueso duro de roer,
y más de estómago que de ganas de querer.
"EL DIONI"
Yo creo que si volviera a nacer...sería un perfecto atracador de bancos. Me entrenaría ya en mi tierna infancia y haría causa con otros cuatro pringados como yo. Un coche, una o dos pipas falsas y unas máscaras de carnaval y para dar más alegría al puñetero atraco y unas gafas de sol y para que no sé me reconociera ni por la sombra de mis ojos. Seríamos 5, uno sería el conductor de nuestro viejo coche. Otro se quedaría en la puerta del banco y para dar aviso por si viene alguien. ¡Manos arriba! ¡Todos al suelo!. Denme todos los móviles y que a nadie mueva un sólo pelo.
El otro día leí algo del "Dioni", que era un vigilante jurado de los que llevan o protegen esas camiones contundentes y fortificados que parecen monstruos de hierro y acero y que van llenos de pasta o dinero y va el tío (el "Dioni") un día se le ocurrió llevarse toda la pasta que había en el furgón y claro, darse el piro a continuación.
El "Dioni" se escapó a Brasil y allí hizo vida de nuevo rico y se dedicó a a vivir a lo que me supongo que tanto le gustaba a él. Noches de farras todas locas y de putas de todos los colores y en locales innombrables de mala fama, todo bien aderezado con toneladas de la mejor farlopa y con miles de botellas de mon chandon que acabarían siendo estrelladas contra una pared de un inmundo callejón sin nombre.
Y a lo que iba y para que veáis lo que es el imaginario que uno pone a lo que en su momento fue mi héroe (mío y de medio país). Resulta que yo pensaba que su período de a todo dispendio y farra en Brasil, le había durado sobre 10 años y la realidad, de lo que me enteré el otro día (o sea 30 o 40 años después), es que sólo habían pasado 2 meses hasta que lo detuvieron en el mismo Brasil. Bueno, 140.000.000 de pesetas de aquellas, no volvieron a aparecer y no hace falta preguntarse quién las volvió a ver. Pues el "Dioni" paso unos escasos años en la cárcel y por un corto tiempo se dedicó a dar conferencias que lógicamente todas versaban sobre aquél magnífico y limpio atraco. Más tarde ya le perdí la pista, pero es de lógica suponer que volvió a las andadas en su Brasil del alma y para gastar los 140.000.000 que nunca llegaron a aparecer.
Eduardo Galeano
Hoy no me despido de ti
Hoy no me despido de ti
y te juro...
que voy a ser fuerte y contundente en mi decisión.
Ya me he despedido de ti otras veces
y en todas
solo pude escuchar el sonido de las olas
rompiendo sobre la trémula arena
y poco más...
No hay nada que hacer.
Nuestros mundos
han dejado de ser paralelos
y no tienen el mismo fin ni la misma historia,
tienen diferentes dimensiones
distintos ángulos y tangentes
y ahora,
cuando veo hacia mi mundo
ya no te veo a ti.
En esa foto sales entre difuminada y borrada
y por una mancha blanco amarillenta.
Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo (Gabriel García Márquez)
Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo
Originalmente, el “Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo” fue publicado con el título “El invierno” el 24 de diciembre de 1952 en el número especial de navidad del periódico El Heraldo. Posteriormente sería publicado en la edición de octubre de la revista bogotana Mito y llevaría el título con el que hoy es conocido. En este cuento el personaje Isabel, una mujer encinta, va describiendo desde el interior de su casa cómo una lluvia de casi seis días va privando de sus sentidos a todos los habitantes hasta dejarlos en un estado sin tiempo entre la vigilia y el sueño.
Llovió durante toda la tarde en un solo tono. En la intensidad uniforme y apacible se oía caer el agua como cuando se viaja toda la tarde en un tren. Pero sin que lo advirtiéramos, la lluvia estaba penetrando demasiado hondo en nuestros sentidos. En la madrugada del lunes, cuando cerramos la puerta para evitar el vientecillo cortante y helado que soplaba del patio, nuestros sentidos habían sido colmados por la lluvia. Y en la mañana del lunes los había rebasado. Mi madrastra y yo volvimos a contemplar el jardín. La tierra áspera y parda de mayo se había convertido durante la noche en una substancia oscura y pastosa, parecida al jabón ordinario. Un chorro de agua comenzaba a correr por entre las macetas. “Creo que en toda la noche han tenido agua de sobra”, dijo mi madrastra. Y yo noté que había dejado de sonreír y que su regocijo del día anterior se había transformado en una seriedad laxa y tediosa.
Más libre que nunca.
Estoy más cerca de lo imperfecto
que de la perfección pluscuamperfecta.
Me gusta ser cojo
y manco y disléxico
y ser más débil que fuerte
y mostrar mi lado más débil
y como el árbol que muestra sus ramas amputadas.
Me encuentro desnudo
enseñando mis muñones
y mostrando mi cuerpo lleno de cicatrices mal cicatrizadas.
Me encuentro deformado por el paso de los años
pero más libre que nunca.
LAS GRANDES IDEAS (De hace 1 año)
Yo podría disparar primero
Yo podría disparar primero,
pero no quiero,
es más,
en principio me niego...
Hace mucho tiempo que abandoné las armas
y la violencia y sus consecuencias.
Ahora ejerzo de santón
y pongo la otra mejilla si hace falta
y te bendigo si me partes la cara
y me la destrozas.
El hecho de haberme peleado con medio mundo
hace que ahora no tenga término medio.
Bueno,
éste es mi primer pensamiento
el cual me dura entre dos a cinco minutos,
pasado ese tiempo
me empieza a hervir la sangre
y el blanco de los ojos se me tiñe de rojo
y la baba aparece por las comisuras de mi boca
y entonces,
os vais a enterar de lo que es un ser violento
y hasta sus últimas consecuencias.
UN ESQUELETO CON ALMA DE FUEGO
Amalia Bautista
Para ti nunca fui más que un pedazo
YO HE SIDO MUCHAS COSAS Y A LA VEZ Y AL MISMO TIEMPO
Aquí estamos de nuevo, buscando cosas, rebuscando en otras, removiendo pasados y no dando un punto a ningún remordimiento. Le hecho hecho es...
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4Sn1VJDHO2eibaDfwQrD4wGVizbMW_R7Crzx7t3JuAhcwHFDBn3udGjlV2uOVyf7OTSE6GkCPu08DSjvUFmlqlWgOY90iJNoS8iZQGVLtsYcTylezQ8FVCEzZFqqjyRdlg1KNJ6TD1WYpOLHeysv554qFrihJsTjVB4ejuFcL3BlWhbcIuAkeYRzy/w512-h640/337873665_640549191416153_7303798395636274096_n.jpg)
-
Yo tenía cinco años. La maestra escribió en la pizarra: "Todos los hombres son mortales". Sentí un enorme alivio, un gran regocijo...
-
Que salude como se debe saludar no significa que nos vayamos a ir juntos a la cama. Ni entrá esa posibildad, ni la admito como posible. Yo...