Si todo tiene su vuelta, ¿porque no empezar por la vuelta? y así nos ahorraríamos tener que dar tantos pasos intermedios y que además, esos pasos son los que más queman y duelen. Porque no duele el decir sí o no, duele todo lo que te tienes que comer del coco para decir una cosa o la otra. Duele todo ese proceso de dudas, de arrepentimientos, de pasos para delante y no es quizá mejor, dar dos atrás y en el que parece que estás en un baile macabro.
Y cansa, como cansa esas idas y vueltas y sin parar. Y si lo hago de ésta manera o si lo hago de la otra y haré daño o no a la otra persona y si lo hago ¿qué pasa?. Así puestos, yo creo que es mejor ir directamente a la esencia de la cosas y decir la verdad al crudo y al dente y después ir templando gaitas. Porque si empiezas al revés y empiezas templando gaitas, al final nunca dirás la verdad, dirás la verdad templada o sea a medias.
Yo me acuerdo que tenía un amigo íntimo que era de ésta Escuela y era un verdadero coñazo cuando te quería decir algo importante. Y te desesperaba y tú tenías que rogarle que tirara del hilo y que fuera al grano de un puñetera vez. Y al final pasaba eso, que te decía las verdades a medias y tenías que hacer ejercicios malabares para saber realmente la importancia que tenía ese asunto. Nunca logré descifrarle y porque éste comportamiento te crea desconfianza hacia esa persona y nunca lo logré y nunca lo lograré y porque cada unos es como es y punto.

Yo me acuerdo que tenía un amigo íntimo que era de ésta Escuela y era un verdadero coñazo cuando te quería decir algo importante. Y te desesperaba y tú tenías que rogarle que tirara del hilo y que fuera al grano de un puñetera vez. Y al final pasaba eso, que te decía las verdades a medias y tenías que hacer ejercicios malabares para saber realmente la importancia que tenía ese asunto. Nunca logré descifrarle y porque éste comportamiento te crea desconfianza hacia esa persona y nunca lo logré y nunca lo lograré y porque cada unos es como es y punto.