TODO ESTÁ PAUTADO

No sé que le pasa  a mi cuerpo pero está raro, al andar me escoro hacia el lado izquierdo y veo doble cuando no triple y para poder escribir en éste teclado tengo que cerrar un ojo. A lo mejor son cambios hormonales y estoy entrando en la adolescencia y a mi edad, que todo puede pasar. Pero de verdad que estoy preocupado. También puede ser que haya bebido, pero yo sé que no lo hice, en sueños puede, pero  beber en sueños no te emborracha.

Espero que esto no se quede en una tara de por vida y que sea transitorio, pues aparte de incómodo, molesto e insufrible, me limita un huevo. Escribo a velocidad de tortuga, voy tropezando como si fuera de trapo, voy dando trompos como si estuviera cogorza todo el día y además me afecta psíquicamente, me produce un estado que no controlo y por supuesto, me produce inseguridad y por tanto miedo. Miedo a que sea la antesala de la muerte, miedo a quedarme limitado, miedo a perder mi trabajo, miedo a perder el control sobre mi mismo y miedo que a como no veo bien, me de por el culo alguien, por el culo sin consentimiento.

Claro que algún ciego me diría pues no te quejes tanto que yo veo menos, no veo nada. Pero ese el consuelo de los tontos, pues siempre habrá alguien más jodido que un ciego y si es por eso, le dirá lo mismo. Aparte que en el fondo me da igual lo que diga un ciego o un cojo o un cheposo. Por cierto que sería de estos últimos, en los últimos años no veo ninguna chepa. No sé parece que han desaparecido del mapa. De todas formas con la nueva ley anti aborto del Gallardón van a volver a resurgir y por mi no hay problema en que vuelvan, el problema es por ellos mismos y en relación a las dificultades sociales.

Porque los humanos somos así de capullos y por mucho que digamos, lo que se sale de pauta se le rechaza. Y tenemos tantas pautas establecidas, tenemos leyes, tenemos deberes o obligaciones, tenemos horarios y calendarios, tenemos tareas, trabajo, deporte y hasta hay pautas de como enrollarnos. Hoy en día van proliferando las agencias que crean citas a ciegas. Pues primero te fichan y te piden datos, después sacan un perfil determinado y te dan un ramillete de posibilidades que coincidan con tu supuesto perfil. Todo son pautas sobre ti y sobre las posibles alternativas. Todo está pautado y establecido.

¡YO TAMBIÉN TRABAJÉ EN BALAY!

Me había olvidado en el tintero el famoso anuncio de Balay, famoso por ser un puto bombardeo para mis neuronas, ¡qué dolor de cabeza me produce!, que empalago, que sobredosis pastelera. Resulta que aparece un coche medio flamante en una calle o barrio pero no en un barrio bajuno, digamos en uno de medio pelo y esperando algo y se supone que a una persona. De repente se presenta un viejo con cierto atractivo o eso quiero pensar yo, aunque para mi no tiene ninguno, pues su cara es como el anuncio, empalago puro. Y se monta en el buga que hasta tiene chofer y dentro, ¿quién está?, pues sorpresa..., sorpresa, está su misma hija y en uniforme de colegio, perdón en uniforme de Balay, que es parecido y por eso me he confundido.

Pues nada el buga se para en la Fábrica de Balay y bajan los dos y junto al estúpido y cursi representante de la empresa y se ponen a recorrer la linda fábrica. ¡Qué bonita la fábrica!, vamos que cambio y ahora mismo mi casa por esa fábrica de fábula. Se paran, pues les gusta deleitarse con esa vista panorámica tan bonita de lavadoras a espuertas.

Entonces el viejo jubilado le comenta a la hija, "pues hija, yo trabajé siempre aquí, en éste ala del Palacio o en ala norte de la Casa Blanca y en el tren de los tambores, ¡qué bien suena!, en el tren de los tambores..., sino fuera claro, que son tambores de lavadora. Y sigue el viejo con su parrafada, "y yo hija era el responsable de que ésta parte funcionara". Y se les ve una mirada cómplice, una mirada mutua de orgullo familiar. El padre por haber sido el rey de los tamborileros y su hija, porque tenía que poner esa cara para el anuncio, sino ya sabe donde está la puta calle, porque por dentro se está cagando en su padre y en Balay, pues gracias a él, a su padre, ella entró en ese puto trabajo de mierda.

Después el viejete todo campechano intercambia unas palabras con otro pringao que sigue esclavizado a la cadena de lavadoras y después se ríen juntos y no sé de que se ríen, pero se ríen o sea se ríen como dos gilipollas. Por último se van acercando el resto de la peña que curra en tan maravillosa fábrica, que parece la fábrica de chocolate blanco y de repente se suelta desde la parte de arriba una pancarta esplendorosa y no sé lo que pone, pero sé lo que dice y dice "te lo dedicamos Juan o Manolo o como se llame el viejo" y traducido al cristiano pone "Juan o Manolo que te vayas a tomar por culo", que ya nos joden a diario y tú vienes a jodernos un poco más si cabe y además nos acordamos perfectamente, que cuando estabas de jefe tamborilero eras un pedazo hijo puta y el chivatillo del jefe. ¡Cabrón!, ¡cabrón de mierda!

Pero como los que hacían de compañeros de fábrica eran actores de serie B o X, habrá que preguntarles, pues no se les notaba ese pensamiento tan malsano y pordiosero o ese pensamiento tan resentido. Era y mirar y mirar que bonito, era un homenaje de sus compañeros de fábrica.¡Joder!, ¡ya no aguanto más y me voy a correr ya!. Y digo compañeros porque trabajadores no podían ser, todos impolutos y sin mota de polvo, esos no dieron un palo al agua en su puta vida.

Y acaba diciendo el cretino que dice que representa a la empresa, "así somos en Balay, nos preocupamos por nosotros y nos preocupamos por ustedes" o algo parecido y llevándose la mano hacia el corazón. Vale pues si Balay se preocupa por mi, que me extienda un cheque porque yo ando a dos velas. Ya está bien de cuentos de Caperucita y el Lobo. Y un huevo para Balay, yo no les compro nada, por falsos y mentirosos y sobre todo por hacer el anuncio más cursi que vi yo en mi azorosa vida. ¡Qué se metan sus lavadoras por donde les quepa!. Pero el cuento que os he contado, ¡a qué es bonito y precioso!, vamos como la misma vida. En Balay las lavadoras no se hacen con las manos, se hacen con el corazón de los trabajadores, así podía acabar el anuncio.¡Vamos digo yo! y así se pondría la guinda a tanto pastel.

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LA PUNTA DE UN ICEBERG

 Ahora todo es más difícil los reflejos van pidiendo un descanso los tendones se relajan y contraen menos y peor que antes la vista pide aux...