
Por tanto, nada de almejas y aterricemos de nuevo, aunque tengo que decir y bien en alto, que mi realidad no me gusta un pelo y si estuviera en el Facebook, clicaría al "no me gusta". O no me gusto yo, pues ya empiezo a estar viejo y ya no me miran las chicas. Ya no hay miradas cómplices, ni guiños, ni sonrisas apocadas, ni miraditas furtivas, ni lascivas, ni nada de nada. Ahora la que te mira, aparta rápidamente su mirada, su mirada de hiena y estúpida, claro. Impotencia es lo que yo siento, pero impotencia mental y no de la otra y todo por mi puta carcasa, que ya está medio vieja y desvencijada. Y en cambio por dentro hay un ser más vivo que nunca, y que además está lleno de deseos y de sueños.

Bueno quién me esté leyendo, ya lo está haciendo y como siga así, llegaré a ser hombre sin cuerpo, pues prefiero la dignidad del alma a la decrepitud del cuerpo. Y además, ¡qué remedio tengo!. Pero que quede clara una cosa, yo tampoco quiero tener un cuerpo Danone, pues porque es imposible y además porque me moría del asco, pues no hay cosa más triste y más contradictoria, que tener un alma viva pero envejecida y dentro de un cuerpo rejuvenecido.¡Joder!, me saldrían sarpullidos por todo mi cuerpo. Y eso era lo que le faltaba a mí y a mi pobre cuerpo.