Dicen que para poder escribir algo interesante el alma debe estar tranquila y relajada y claro, eso no se consigue así por así, pues el Alma para relajarse tarda más que el cuerpo y además ese estado de bienestar pocas veces se consigue en la vida. Puedes escribir siempre y en todo momento, pero conseguir que lo escrito te conforte y te llene, pocas veces se consigue. Yo ahora estoy pasando por ese trance intermedio, me gustan el escribir pero no me llena y quizá sea por exceso o sea por haber escrito tanto.
Yo ya sabía que esto iba así, que hubo una época en que fuí in crescendo, pero que tenía que llegar a un tope y a veces pasa, que ese tope no es la cima y es un simple descanso del camino. La cima no sé cual es, pero si sé lo que es un descanso o un tiempo muerto. He forzado tanto mi máquina, que ahora está que peta y claro, si sumamos que físicamente estoy echo una mierda y por tanto cansancio acumulado, sale una doble mierda. Ahora no me siento libre y no porque esté encarcelado, sino porque siento demasiado el peso de lo cotidiano.
Ahora estoy funcionando por pura supervivencia, por ese instinto que te avisa del peligro, pero que no te deja ver claro el objetivo. Necesito un kit kat en el camino y además es el momento idóneo para poder hacerlo, pues tengo por delante unas vacaciones estelares y no daré la vuelta al mundo, físicamente hablando, pero mentalmente le daré varias vueltas. Es que estoy cansado de querer participar en todo y todo al mismo tiempo y sé que tengo esa capacidad, pero lo que no tengo es el don de la resistencia. Yo me saturo fácilmente y por esa razón las he pasado canutas, por ser incapaz de comprender que todo tiene su tiempo y su momento. Mis grandes decepciones siempre fueron por lo mismo, por querer extender y hasta el infinito, los buenos y mejores momentos y he tardado mucho tiempo en comprender que mi funcionamiento es ese y que para que no me lleve grandes palos, tengo que limar las aristas de los malos momentos. Además he apredido a matizar los grandes momentos, pues en realidad no son tan grandes, ni los malos, son tan negros.
Yo ya sabía que esto iba así, que hubo una época en que fuí in crescendo, pero que tenía que llegar a un tope y a veces pasa, que ese tope no es la cima y es un simple descanso del camino. La cima no sé cual es, pero si sé lo que es un descanso o un tiempo muerto. He forzado tanto mi máquina, que ahora está que peta y claro, si sumamos que físicamente estoy echo una mierda y por tanto cansancio acumulado, sale una doble mierda. Ahora no me siento libre y no porque esté encarcelado, sino porque siento demasiado el peso de lo cotidiano.Ahora estoy funcionando por pura supervivencia, por ese instinto que te avisa del peligro, pero que no te deja ver claro el objetivo. Necesito un kit kat en el camino y además es el momento idóneo para poder hacerlo, pues tengo por delante unas vacaciones estelares y no daré la vuelta al mundo, físicamente hablando, pero mentalmente le daré varias vueltas. Es que estoy cansado de querer participar en todo y todo al mismo tiempo y sé que tengo esa capacidad, pero lo que no tengo es el don de la resistencia. Yo me saturo fácilmente y por esa razón las he pasado canutas, por ser incapaz de comprender que todo tiene su tiempo y su momento. Mis grandes decepciones siempre fueron por lo mismo, por querer extender y hasta el infinito, los buenos y mejores momentos y he tardado mucho tiempo en comprender que mi funcionamiento es ese y que para que no me lleve grandes palos, tengo que limar las aristas de los malos momentos. Además he apredido a matizar los grandes momentos, pues en realidad no son tan grandes, ni los malos, son tan negros.
