"Qué vidrios se me clavan en la lengua. Porque yo quise olvidar
y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta.
Con alfileres de plata mi sangre se puso negra, y el sueño me fue llenando las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra y de ese olor que te sale de los pechos y las trenzas".
Fragmentos de "Bodas de Sangre", tragedia lorquiana.
FEDERICO GARCÍA LORCA



