NORMAL, ANORMAL Y PARANORMAL

 Ahora con la perspectiva que da ver la vida desde la lejanía, es decir, vista la vida con el prisma del paso de los años y con esas ganas entusiastas que tengo yo de descifrar los misterios que me he ido encontrando, llego a preguntarme, si a la vida le tengo que poner un sello, un sello que ponga si he tenido una vida normal o anormal o paranormal. En definitiva si me he desenvuelto dentro de los parámetros de la normalidad o fuera de ellos. El que ponga un sello u otro, es un juego, pero un juego que me puede ayudar a saber por donde me he movido. Si concluyo que mi vida fue normal, entonces la anormal o paranormal fue la vida de los demás, pues parto de un principio irrefutable, mi vida no se parece en nada a la de los demás. Y al revés también vale o sea, si mi vida no fuera normal, la de los demás sería normal (así a grandes rasgos y con escasos matices).

A veces tiendo a pensar que yo fuí normal, pero muy movidito, desde luego, tranquilo y sumiso, nunca lo fuí. Y en otras ocasiones tiendo a pensar lo contrario, es decir  que nunca fui normal y siempre me salí por la tangente. Para mí tiene más peso ésta última teoría, pues me encanta salirme por la tangente y siempre disfruté con ello. Y ya no digamos moverme en el filo de la navaja y hacer todo tipo de equilibrios y componendas, para andar entre el bien y el mal y no salir trasquilado, eso me apasiona y me apasionó desde siempre. Claro que estos son juegos peligrosos y no siempre uno está en plena forma para poder desarrollarlos. Si uno está bien, ¿qué le importan los límites establecidos?, pero cuando uno está mal, si importan y mucho. Si yo me encuentro en mi salsa y con esa aptitud vital que yo tengo, los límites me los paso por el forro de los cojones y mantengo mi pabellón particular bien en alto. Pero cuando se está ahí arriba, por el camino te vas forjando enemigos, pues a veces hay personas que mal interpretan tu forma de ser y les resultas, provocativo y hasta hay personas de tu entorno habitual, que se reviran contra tí. Hay mucho componente de envidias y de resentimientos y eso se acumula y sólo esperan el momento de verte débil, para darte un buen palo en la cabeza, un buen golpe mortal, un golpe definitivo.

Esto que describí anteriormente lo he comprobado in situ y me pasó varias veces, y para mí la más evidente de todas fue cuando era estudiante de Medicina en Santiago de Compostela. De aquellas era un tío que irradiaba y me mostraba seguro de mi mismo, con aires de líder y de mangonearlo todo. Y me forjé buenos amigos, pero también unos cuantos enemigos, enemigos que yo ni sabía que los tenía y que sólo estaban al acecho y esperando el momento propicio para desnucarme. Y llegó ese momento y fue cuando dejé mis actividades revolucionarias y no me quedó otra, que enfrentarme a mi propia realidad y que era bastante desastrosa. Acumulaba asignaturas pendientes y de varios cursos y aquello se me puso muy cuesta arriba, pero muy cuesta arriba... pero aún así lo hice. Me enfrenté con uñas y dientes, y a pesar que por el medio algunos antiguos compañeros y algún amigo se tomaron la venganza y se cebaron conmigo. ¿No eras tú el que ibas a solucionar el mundo? y ¿donde están tus camaradas y amigos?. Lo de los amigos tampoco era así, porque más o menos los conservaba, pero los camaradas habían huído como ratas del aquél barco hundido. Y me dolió y claro que me dolió y me hizo daño y tanto daño me hizo, que incluso me ayudó a hundirme más en mi particular ciénaga.

Y no exagero nada, así fue y así lo viví. Cuestión vengativa fue mucha y de resentimiento, mucho más que bastante. Aún a posteriori, traté de entender porque creé tanto resentimiento y varias veces me puse en el papel de mis enemigos escondidos y pude sentir que sí, que pude hacer daño y aunque no fuera mi intención, concluyo que sí debí hacerlo. Pero esas cosas no se remedian con venganzas tontas y sanguinarias, pues yo me levanté de nuevo al cabo de unos cuantos meses y por fin entendí que habían sido otros tiempos y punto. Y si a alguno me llevé por delante en esa época anterior, pues fueron bajas colaterales y que se jodan y se retuerzan en su puta envidia (es un decir, pero es algo que te tienes que decir si quieres salir adelante).

Lo que yo realmente pienso, es que cuando estoy bien, soy un tío que irradio e imanto a las personas y no lo hago a base de estratagemas, lo hago con naturalidad, pues es un don con el que he nacido y por tanto no pienso desaprovechar y lo pienso exprimir hasta mi último halo de vida. Lo malo y como dije antes, es cuando empieza a bajar mi tono vital, pues al principio, no quiero reconocer que estoy bajo mínimos y entonces tardo demasiado tiempo en darme cuenta de ello, por tanto, reacciono muy tarde. Pero todo tiene su cara buena y su cara mala y si yo quiero una cosa, pues simplemete me jodo y porque me tengo que contentar a su vez, con la que no quiero (consuelo de tontos).

En fin y concluyo, en el fondo me da igual ser normal, que anormal o que paranormal, me importan las tres cosas un pito y el saltarme las reglas, para mí solo tienen dos límites: uno que no me joda demasiado mi vida y la otra, es que traigan consecuencias sobre mis hijos (mi relación con ellos), entonces apago y me voy y me vuelvo al corral de donde salí por la tangente. Aparte de éstas dos cosas, lo que me importa es seguir sintiendo con la misma intensidad que ahora siento y si para ello es imprescindible saltarse las reglas, yo seré el primero en saltármelas y que el mundo explote y ya puestos a pedir, pues que también se vaya a tomar por el culo.





EL TEMA DE LA TORTILLA

Y mira que hay bichos raros en la fauna ibérica y como decía aquél pesado pero entrañable tío, el dr. Félix Rodriguez de la Fuente, que en paz descanse: En la fauna ibérica hay ejemplares únicos y algunos de ellos están en peligro de extinción y viven en las poderosas montañas del Pirineo Ibérico y se extienden como manchas de aceite por la longeva meseta castellana, hasta alcanzar los extensos campos de olivares de Andalucía y punto, se acabó la cinta, por la otra cara tenía grabado a la Lola Flores y olé. Pues hoy removiendo un poco la fauna, me vino a la cabeza algunos ejemplares que pululan por ésta Isla y me quedó claro que tenía razón el inefable Félix, con lo de las especies en peligro de extinción. Y no es ridiculizar, es resaltar el porqué ellos destacan, y es que en realidad serían poca cosa sino destacaran por ser tan raros.

Hay un ejemplar que dice ser anarquista y con eso no me meto, eso lo respeto, pero dice serlo y a serlo realmente, hay un trecho. Es cuadriculado de pensamiento, todo funciona en el orden que el propone, todo tiene que ser bajo la supervisión de su ombligo y por tanto él no concibe que se falle en pequeños detalles que para él son vitales. Por ejemplo llegar tarde 1 minuto o sea, tiene que tragar su propia saliva y contenerse con un león enjaulado, de todas formas una pullita por el minuto de mierda, siempre te va a caer. Pero bueno esto hasta te puede resultar simpático e idiosincrásico y porque en realidad no pasa nada, pero digamos, que es una pequeña introducción hacia como funciona como persona.

O sea que ponemos maniático y cuadriculado y seguimos. Un día le pregunté donde iba de vacaciones en verano y me dijo un sitio determinado y que se iba a un hotel de 5 estrellas, pues era su forma de paliar la crisis económica que de aquellas estábamos sufriendo, dando curre a los demás mientras él disfruta. Y ya me quedé a cuadros, el tío necesitaba justificar que se iba a un hotel de 5 estrellas, diciendo que así se mantenía el número de currantes. Pues el razonamiento era muy simple, si gastamos mucho, mantenemos al personal y puede que poco a poco vayamos ingresando en el negociete y así, nos haremos socios capitalistas de todo el tinglado y no entrarán en quiebra y por tanto, menos posibilidad de despidos ¿y de paso?...y de paso nos llevamos unos cuantos euros por lo invertido  al principio.  Entonces uno va en avión y en primera clase, para dar curre a los pilotos y azafatas y a los porrtamaletas y hasta al sector limpieza, por eso es conveniente ensuciar mucho y mear por fuera  y cagar en el lavabo y escupir en el techo y... y así crear y mantener puestos de trabajo.  ¡Joder, que vacaciones más complicadas!. Hombre si tiramos más del hilo, pues él no debía ir en coche porque sólo mantiene directamente a los gasolineros y entonces mejor ir en transporte colectivo, digo yo.

No sé, de vacaciones uno ya lleva bastantes maletas con la tuya y la de tu parentela, como para llevarte las maletas de todos los trabajadores que te encuentres por el camino, al final ni vacaciones ni hostias benditas. No sigo con éste tema, porque en realidad es muy simple de desmontar. Bueno una última interrupción, es que es muy tentador. Es una manera de compensarse, yo voy de lujo en mis vacaciones y me compenso a mi mismo pensando en que estoy dando curro. No sé me recuerda al tema de la tortilla, que no sé si tiene mucho que ver, pero tengo ganas de contarlo. El tema iba que cuando estabas follando y para no correrte de primeras, tenías que pensar en como se hacía una tortilla y te concentrabas en ello: primero, se pelan las patatas, después, se cortan y se fríen y a continuación, se baten los huevos con garbo y soltura y aquí cuidado, pues a veces, al pensar en los huevos pensabas en los tuyos, que por cierto estaban a punto de petar y ahí se jodía el invento, la concentración se iba al carajo y después ya se sabe lo que pasaba,......que te corrías inmediatamente. Pero el tema de la tortilla siempre compensaba, porque simplemente aumentabas los tiempos, que de aquellas eran muy importantes. Ahora y menos mal, no lo son tanto. Éste simil que he hecho no sé muy bien adonde me llevaba, pero me pareció interesante hacerlo como un apunte científico más.

 Claro que todo lo anterior del tío problema, trae otras consecuencias. Vestía que daba pena  y porque vestir de lo más cutre, entraba dentro de su religión. Ropa antimoda (que esto no me importa), de hilo malo y tejido deshilachado y de colores desteñidos por faslta de cuidado y por ser ropa de hace 40 años y por supuesto sin planchar. Y no caben falsas apariencias en su cadena de la consecuencia, no se trataba de dar el pego de pobre y que la ropa tenga aspecto de descuidada y mala y que después sea ropa cara y buena, no señor, es que era mala de mala, mala a conciencia. Y ya vamos completando el muñeco, a base de unir las piezas.

Entonces había que preguntarse, ¿porqué me cae bien el tio?,. Pues no lo sé muy bien, pero también tiene sus virtudes, es un buen currante y buen profesional, cuida a los pacientes y a sus compañeros y tiene un toque solidario, ah¡ y tiene su coña marinera, hace gracias serias, que tienen su arte. Con esa apariencia tan seria y tan seca, te la mete bien metida y doblada y a veces te cuesta diferenciar cuando está de coña o cuando está en serio. Y si no tuviera esas virtudes, pues supongo que en el fondo será como todo, que no es cuestión ni de sumar las cualidades ni de restar los defectos, el tío te cae bien porque sí y a lo mejor te cae bien por eso, por ser tan taro y por pertenecer a la fauna más rara de ésta Isla o porque simplemente te lo dictamina así tu instinto primitivo, el más importante de los instintos y ese instinto es imposible de razonarlo y punto y pelota.

 



LA REALIDAD TÓPICA

 Son tópicos o son realidades y si no son ni lo uno ni lo otro ¿entonces que son?. Digo yo que serán algo de las dos cosas. Estaba viendo de refilón una película de mierda y que su única atracción era que la tía era una mundana y una yupi y con pasta a espuertas. Mientras el tío, era un un señor tranquilo de pueblo, pero también forastero con mucho mundo y había viajado por todos los rincones de la tierra y es como si ese conocimiento lo llevara de nuevo a vivir en el pueblo o sea de tanto que conoció, ahora necesitara meterse en vereda o en un proceso, digamos, más intimista. Se me olvidaba que los dos eran unos guaperas. Fácil hacer una mierda de película extrapolando los papeles o sea, una tía pija y yupi y que vive en Nueva York y más gilipollas que yo y que estaba en el pueblo y no me acuerdo porqué, pero que a la vez tenía su pequeño corazoncito tierno, además, demuestra que su cerebro no se le quedó disecado del todo, no del todo, pero si bastante. Y el tío, todo sapiencia reposada (como todo un macho con experiencia experimentada), todo tranquilidad y paciencia infinita que en la realidad, nunca la tienen y sólo le faltaba la barba y la pipa y ponérsela a fumar en el porche de la casa y con su perro a sus pies y él meciéndose en la mecedora que había heredado de su abuelo o sea y en resumen, un empalago de tío todo pringoso, pero con todas sus letras.

Bueno, ya sé como acabará la película, no hace falta ser muy inteligente para saberlo, se enrollaran los dos como dos cosacos, follaran a destajo y por supuesto serán felices y comerán perdices y se casarán y tendrán muchos hijos y los criarán en el puto pueblo de mierda. El tema lógicamente no va de lo que me dice esta plasta de película (que no me dice nada), el tema va de si en la realidad cotidiana de cada día, no pasa un poco de eso.

Yo me trasladé a mis tiempos de médico de pueblo, pero de pueblo muy aislado y apartado y pienso en la imagen que daba como médico. Como médico más o menos me defendía, pero notaba esas miradas interrogantes que me seguían a todas partes y algunas eran de más interés que el simple hecho de conocerme más a fondo. Todos sabemos de que hablo y el lógico interés que despertaba un tío médico y porque realmente se preguntaban ¿qué pinta éste tío aquí, aquí en el culo del mundo?.  Algún problema arrastrará, algún misterio tendrá escondido (si ellos, supieran cauntos tengo). Un pueblo es un pueblo por mucho que se diga, y es que a veces hay muy pocas alternativas. Y eso lo observaba hacia mí, pero pasaba más o menos lo mismo con otros personajes que vinieron a vivir al pueblo, pues lo nuevo, siempre rompe algo el día día del aburrimiento. Y el tedio es el peor enemigo que tiene un pueblo.

Posteriormente trabajé en otros pueblos y volví a tener las mismas sensaciones y no es por tí o porque seas tú y seas guapo o feo, es por lo que representas y representas poder social y al mismo tiempo, algo fresco, aunque muchas veces, lo de fresco como que sobra, pues en realidad, vas más quemado que la pipa de un indio. Y cuando hablo de esto, hablo de pueblos muy pequeños, donde el cura, el guardia civil, el alcalde y el médico, son los poderes fácticos de la película. O sea, que en definitva y volviendo al principio, hay algo de realidad y también algo de tópico, hay algo de verdad en las dos cosas...




EL LOQUERO (La entrada)

 Y sigo dándole vueltas a la libreta recién aparecida, pues ¿qué os puedo decir?... que es acojonante, pues allí estaba mi primer escrito, que por cierto era infumable, pero tiene el mérito de ser el primero y además hecho dentro de la trena (o loquero o psiquiátrico). De aquellas y hablo de hace 15 meses, yo no sabía que me gustaría tanto escribir, yo sabía que algo me gustaba (pero no lo decía ni lo transmitía) hacía más de 30 años que no escribía nada de nada, salvo algún pequeño amago que tuve por el medio. Y cuando descorché la botella en el mes de Junio pasado (2.013), han salido escritos como churros. Alguien me dirá que lo llevaba dentro y es verdad que lo llevaría, pero como tardara un poco más en empezar, ya me veía escribiendo desde el otro lado del abismo o desde el infierno más profundo. Volviendo al loquero, el loquero era una pasada, allí metido en el medio de un maravilloso pinar y en la parte alta de Barcelona, todo un lujo de loquero, pero loquero, al fin y al cabo.

La llegada era bestial. Con mucha educación te pedían que sacaras todo de los bolsillos y una vez revisados, que te pusieras en pelota picada y te dieras la vuelta y para mirarte el culo, vamos que no te metían el dedo por él de milagro. Yo a mi edad (56 años de aquellas) y enseñando mi lirondo culo, ¡Qué pasada!. Después te revisaban la ropa exhaustivamente, tocando las costuras y dándole la vuelta a la ropa y que no llevaras ni un cordón, no vaya a ser que tuvieras la tentación de colgarte. Te requisaban el neceser, por eso de la prevención de cortarte las venas o la yugular o la garganta y agüita. Después, primera sobredosis de medicamentos. Al cabo de una hora andabas dando tumbos como una pelota, de pared en pared y tiro porque me toca.  Del bombazo que te metían te quedabas sobado hasta de pie y así arrastrándote como un gusano, aterrizabas o te hacían aterrizar, en el comedor comunitario y allí te presentaban en sociedad. Del ciego que llevabas no te enterabas de nada, ni de como se llamaban los compis del loquero, ni que cara tenían. Ya habría tiempo de conocerse mejor.

En ese primer día observé a otro compañero zombi, a uno que iba más traspuesto que yo y ni fuímos capaces de mirarnos a la cara y por supuesto no probamos nada del magnífico menú con que nos obsequiaban (sic). Simplemente nos quedamos dormidos encima de la mesa. Más tarde, vino la cura del sueño y durante dos días solo sobabas, babeabas y te levantabas solo para hacer que comías. Y así durante dos o tres días, dependía de la megadosis de fármacos que te daban y al cabo de ellos, venía un médico a hacerte una exploración física minuciosa. Lo peor que se llevaba era la exploración de la marcha y la del equilibrio, te era muy difícil mantenerte de pie, parecías un pato mareado.

El médico susodicho, tenía un buen método para despertarte de sopetón y era su puta halitosis, ese olor a pescado podrido que salía por su boca, te daba de pleno en la pituitaria y sólo deseabas que se acabara de una vez por todas la exploración neurológica tan minuciosa y detallosa. Pensé varias veces en decírselo, que bebiera lejía o un vaso de aguafuerte, pero no estaba yo para dar recomendaciones en un puto loquero de mierda o sea que cogí la vía más rápida, que era la de acabar lo antes posible.

Ese olor a poza negra aún a día de hoy soy capaz de recordarlo. Ese olor ancestral, ese olor a cloaca de los infiernos, y era y era una puta tortura china, era peor que todo el mes que pasé en el loquero. Y el tío como si nada y acercaba su asquerosa boca a mi cara y aquella bocanada de mierda resesa, y...y... y mejor no sigo con éste tema, pues aún me produce náuseas y arcadas. Ahora ya pasado el tiempo, pienso en que a lo mejor escogieron a ese médico a propósito, pues superada la prueba de su halitosis, ya sólo querías mejorar y salir de allí y no volver nunca jamás de los jamases y claro, así su estadística de altas sería alucinante. Era imposible que alguien en su sano juicio y sin estarlo (como era nuestro caso), quisiera pasar de nuevo por la prueba halitósica. Asi y de momento concluyo: mi mejoría inicial fue gracias a ese método tan asqueroso.


 



LOS SONIDOS DE PUEBLO

 Es curioso lo de los ruídos, pues uno está tan habituado a ellos, que cuando te faltan, te sientes extraño. Uno necesita el ruido urbano, el ruído de motores de coches, de voces atropelladas de personas, de campanas que tocan al libre albedrío y te haces con ellos y observas que en cada sitio son diferentes. Aunque sigo prefiriendo el ruido de la naturaleza, del mar o del viento o el ladrido de un perro. Somos tan urbanitas que después de venir de ambientes tan ruidosos como hay en las ciudades, va y aterrizamos en medio de un pueblo y nos incordia y molesta y hasta nos desvela, el canto del gallo y esto no lo digo porque sí, es que me ha pasado. Yo nací en barrio urbano con campo o mejor dicho con muchos descampados y allí se mezclaba todo, los cantos de gallos, con el de los pájaros, con los ruidos de motores y bocinas o sea ruido de ambiente fronterizo entre campo y urbe.

Los veranos ya era diferente y el ruído predominante era el mar, pues veraneábamos cerca de la playa y allí en la ventana de mi habitación o lo que era mi palco preferido, escuchaba con avidez los grandes conciertos que me brindaba el mar amigo, claro que para oirlos tenía que esperar la llegada de la noche. En el día, predominaban los mugidos de vacas, los pajarillos y los ladridos de los perros y la voz aguda de mi madre llamándome a filas.

Después me trasladé a Santiago de Compostela y ya me tocó vivir en jaulas-pisos y allí me volví sordo a los ruidos exteriores y así hasta que me fuí a vivir a la plaza de las Bárbaras en A Coruña y posterirmente a Corcubión, donde me empecé a reconciliar conmigo mismo y de nuevo volvieron a mis oídos los antiguos sonidos, el ruido de las olas, el silbido del viento y el canto de los gallos, entre otros sonidos. Después aterricé con mis huesos en el campo de Chiclana (Cádiz) y allí volvió a ser todo maravilloso, el ruído de los pinos mecidos por el viento, el precioso sonido de las Tórtolas y de nuevo, los gallos y gallinas. Y a partir de ahí la jodí, pues una vez probado de nuevo un pastel tan dulce, ya no hay quien te haga probar otro mejor. Ahora en Menorca vivo y por otras razones que no viene a cuento contar, en un pueblo pequeño, que me recuerdan sus ruídos a mis primeros años de chaval cuando vivía en mi barrio emtre campo y ciudad. Escucho a los pájaros, a las campanas de la iglesia, el ruído asesino de unos cuantos motores y por supuesto el canto de los gallos y duermo tan plácidamente como un recién nacido. Ahora mismo escucho un camión con su tono grave y ronco, el murmullo de los coches, unas cuantas voces por las calles y de fondo se oyen el repicar de las campanas, ah! y bueno, el sonido de como se rasca mi perro. Todo un completo y un buen surtidillo de sonidos en pleno día.




TIEMPOS DE SUBVERSIÓN


Sí,
Sí,
nos comíamos la carne
y tirábamos sus huesos al suelo,
lo nuestro era comer al día
y mañana
¡dios diría!
y sino no lo decía,
(que no lo iba a decir)
a pasar hambre y sed de justicia
en peores guerras habíamos estado,
por lo menos lo habíamos estado mentalmente y
filosóficamente
el hambre real y física era una suposición,
nunca habíamos pasado hambre de verdad
ni nos había faltado de nada,
con las espaldas cubiertas se luchaba mejor
y aquella emoción del vivir a escondidas
y de deslizarte entre las sombras de la noche,
era una emoción indescriptible e incontenible,
acudir a citas clandestinas camuflado de miedo,
hacer pintadas a las 4 de la madrugada,
preparar cocteles molotov a las 3 de la mañana,
observar como todo ardía bajo su explosión,
correr sin pensar que tenías pies
pies para que os quiero, a veces nos decíamos,
sino es para correr más que el viento
y para después, camuflarte de completa normalidad,
si te pillaba la policía siempre había que decir...
vengo de casa y voy comprar algo,
u hoy tengo clases y voy a llegar tarde
y así día a día,
con la misma constancia de un martillo pilón
y con el entusiasmo que solo se tiene cuando la sangre te arde por tus adentros,
era la vida vista desde otro prisma,
era un mundo paralelo que intentaba subvertir el orden establecido,
más reuniones, más planificaciones, más manifestaciones,
y por aquí cortamos el tráfico
y en ese momento te toca a ti tirar el coctel molotov,
y piernas temblando y sudor frío hasta por dentro de tus huesos
y por aquí tenéis la vía de escape,
escapar y escapar...
ahora bien si os cogen,
primero, estabáis por aquí de casualidad,
segundo, no conocéis a nadie de los que están a tu alrededor,
tercero, pensar en la seguridad de los demás,
y si ya no podéis más y porque os han pillado,
por lo menos esperar 48 horas para cantar,
dar tiempo a los demás para escapar
y que la suerte os acompañe
porque la tortura estará servida
y eso os va a romper por dentro,
y efectivamente así fue
a mí me acabaron rompiendo el alma y el cuerpo,
del cuerpo, me recuperé rápidamente
y del alma durante años estuve buscando sus trozos,
había pequeñas esquirlas por todas las esquinas y rincones,
pero ya véis con el paso de los años
fuí construyendo mi nueva alma
y tiene muchas cosas de antes
y tiene algunas que poco a poco han sido añadidas,
vamos...
¡que soy un hombre nuevo pero no tanto!.
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¿SABES UNA COSA?


¿Sabes un cosa?
Mis ojos son verdes
porque la esperanza me crece por los ojos
y a veces por mis dientes.
Yo me siento más caballo desbocado que domado
dentro tengo una bomba de relojería
que convierte las horas en días
y los momentos entrañables en cerezas rojas y maduras,
y la pasión de la carne
la transformo en verdes olivares,
aunque maticemos un poco...
ahora mismo paso de la carne,
claro que es muy fácil de decir
cuando no tienes la carne delante de tus ojos,
de todas formas he conseguido relativizar
su aspecto más bucólico y más idílico
y hoy en día prefiero pasarme de largo
y varios pueblos,
que quedarme corto y enamorado y colgado de tus huesos
o de quién sea.
Hoy digo,
tú sigue tu camino
que yo seguiré el mío
y quién sabe
si en cualquier cruce de caminos
nos volveremos a ver.
Hoy prefiero vivir en el reino de las sombras
que sentirme un ser dependiente de tí o de cualquiera,
ni cuerpo, ni piel, ni labios,
ni ese mancha marrón en medio de tu espalda,
ni tu sonrisa de vampiresa a punto de morder mi yugular,
ni tu pelo mecido por el frío viento del norte,
ni tus dedos finos y afilados acariciando mis manos,
ni yo, ni tú, ni nadie,
solo yo y solo en el equinoccio,
solo yo como protagonista de mi propia historia,
¿y porque no?,
podríamos escribir juntos
una página de mi vida
¿empezamos ya?
o acaso piensas
¿qué es una proposición indecente?.
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FRIDA KAHLO


 

GATA CATTANA


"Soy procaz, no soy sincera,
y el día que yo me muera
se muere lo que más quiero,
que no hay amor verdadero
para aquel que no se espera,
y como yo no te espero
soledad es mi compañera".
























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Me da igual..


 Me da igual..

me da igual ocho que dieciocho

o que diez por seis, sea igual a 98,

porque no se trata de eso,

no se trata de sumas exactas,

no se trata que después del uno, venga el dos,

y porque no quiero ese orden

y porque adoro el desorden

y quiero que después del uno, estés tú,

y tú en carne de sangre caliente

y tú mostrando tus huesos,

luciendo ese fémur descompensado

y esa rodilla que clama al cielo,

porque adoro las imperfecciones,

y a los defectos, le llamo virtudes

y a las deficiencias, le llamo sapiencias,

porque yo tengo mi orden dentro de mi propio desorden,

yo tengo mis reglas, yo tengo mis leyes

y por supuesto, yo tengo mis mierdas,

pero a lo que iba...,

me da igual que uno por uno, sea igual a dieciséis...
















 

Yo, si viviera en otra tribu

 Yo, si viviera en otra tribu con distinto nombre y con otros apellidos sería el puto amo de mi mundo andaría por las aceras de mi pueblo ve...