Y no exagero nada, así fue y así lo viví. Cuestión vengativa fue mucha y de resentimiento, mucho más que bastante. Aún a posteriori, traté de entender porque creé tanto resentimiento y varias veces me puse en el papel de mis enemigos escondidos y pude sentir que sí, que pude hacer daño y aunque no fuera mi intención, concluyo que sí debí hacerlo. Pero esas cosas no se remedian con venganzas tontas y sanguinarias, pues yo me levanté de nuevo al cabo de unos cuantos meses y por fin entendí que habían sido otros tiempos y punto. Y si a alguno me llevé por delante en esa época anterior, pues fueron bajas colaterales y que se jodan y se retuerzan en su puta envidia (es un decir, pero es algo que te tienes que decir si quieres salir adelante).
En fin y concluyo, en el fondo me da igual ser normal, que anormal o que paranormal, me importan las tres cosas un pito y el saltarme las reglas, para mí solo tienen dos límites: uno que no me joda demasiado mi vida y la otra, es que traigan consecuencias sobre mis hijos (mi relación con ellos), entonces apago y me voy y me vuelvo al corral de donde salí por la tangente. Aparte de éstas dos cosas, lo que me importa es seguir sintiendo con la misma intensidad que ahora siento y si para ello es imprescindible saltarse las reglas, yo seré el primero en saltármelas y que el mundo explote y ya puestos a pedir, pues que también se vaya a tomar por el culo.