En éste mismo momento estoy disfrutando y como un loco recién salido del Manicomio, de mi malsana soledad. Al final, va ser verdad que me voy a morir más solo que un Perro. Un pequeño inciso: no sé porque un Perro va a morir solo. Morirá como todos, o solo o acompañado. Pero dejemos de lado tanta filosofía barata de mercadillo y vayamos al puto grano que nos atañe. La soledad se gana y se conquista y se trabaja y se suda. A la soledad le pasa como a todo lo que realmente se valora y que queremos conquistar. Queremos amor...pues a luchar por ello. Queremos ser mejores en todo...pues a currarse por dentro y ya.
Están muy equivocados los que piensan que en el amor se encuentra la solución a todo. Y una mierda y dos mierdas y tres mierdas. La mitificación del amor tiene su tela marinera. El amor sirve para lo que sirve y nada más. El amor tiene un subidón que muy pocas cosas lo tienen. Pero ¿y la bajada? y ¿el puto desamor de los cojones?. Y quién te salva cuando se cae todo el tinglado que te habías montado. ¿La otra persona?, la otra persona pasa de ti y bien que hace. La otra persona pasa a tu lado y piensa que es una brisa marina que apenas se siente y que por eso no emite un saludo.
Y mirar lo que os digo, es la misma persona. Antes era igual, pero envuelta en celofán aterciopelado y lleno de preciosos destellos y ahora en cambio sigue igual, solo que envuelta en papel de lija. Dos mundos paralelos unidos por un hilo que se llama ser la misma persona. Claro que está claro que no es lo mismo verla bajo los ojos de la diosa Luna, con toda su belleza, que verla comiendo Cocos debajo de un Cocotero en el puto Caribe de mierda. La cosa cambia y como cambia.
Antes es igual que ahora y será igual que después y tendrá los mismos Gusanos en su Caja de pino. Al final, todo depende de la subjetividad de uno y si uno está muy enamorado, le pasará como le pasó al Nicolas Maduro, que de noche y mientras dormía, habló con el pajarito de Hugo Chaves. Y cuando dejas de estarlo y normalmente es por un hachazo desalmado y traicionero, te cagas en todo y hasta en sus antepasados. Amor y desamor, una contradicción entre dos mentiras. O mejor dicho, el amor no es para tanto y está sobredimensionado y el desamor es una patraña inventada por el resentimiento del que se encuentra jodido y atormentado.
Están muy equivocados los que piensan que en el amor se encuentra la solución a todo. Y una mierda y dos mierdas y tres mierdas. La mitificación del amor tiene su tela marinera. El amor sirve para lo que sirve y nada más. El amor tiene un subidón que muy pocas cosas lo tienen. Pero ¿y la bajada? y ¿el puto desamor de los cojones?. Y quién te salva cuando se cae todo el tinglado que te habías montado. ¿La otra persona?, la otra persona pasa de ti y bien que hace. La otra persona pasa a tu lado y piensa que es una brisa marina que apenas se siente y que por eso no emite un saludo.
Y mirar lo que os digo, es la misma persona. Antes era igual, pero envuelta en celofán aterciopelado y lleno de preciosos destellos y ahora en cambio sigue igual, solo que envuelta en papel de lija. Dos mundos paralelos unidos por un hilo que se llama ser la misma persona. Claro que está claro que no es lo mismo verla bajo los ojos de la diosa Luna, con toda su belleza, que verla comiendo Cocos debajo de un Cocotero en el puto Caribe de mierda. La cosa cambia y como cambia.
Antes es igual que ahora y será igual que después y tendrá los mismos Gusanos en su Caja de pino. Al final, todo depende de la subjetividad de uno y si uno está muy enamorado, le pasará como le pasó al Nicolas Maduro, que de noche y mientras dormía, habló con el pajarito de Hugo Chaves. Y cuando dejas de estarlo y normalmente es por un hachazo desalmado y traicionero, te cagas en todo y hasta en sus antepasados. Amor y desamor, una contradicción entre dos mentiras. O mejor dicho, el amor no es para tanto y está sobredimensionado y el desamor es una patraña inventada por el resentimiento del que se encuentra jodido y atormentado.