"POR SI VIENES HOY"

Yo me sentaba todos los días en el mismo sitio,

miraba al frente y a los lados,

me escoraba un poco de un lado y del otro,

cogía todos los ángulos posibles e imposibles,

y con mis ojos iba filmando,

mi película se llamaba

"por si vienes hoy"

y pasaron los años

y yo me seguía sentando en el mismo banco,

esperaba pacientemente,

me aburría de esperar

y sin más... me iba por donde había venido...

entonces me decía

otro día desaparecida

y ya van 5.400 días...

pero a la mañana siguiente me desdecía,

hoy quizá tendré suerte

y como un perro obediente volvía al lugar de siempre,

me sentaba con toda la ceremonia,

hacía que leía el mismo periódico todos los días

y como si fuera un espía persiguiendo su presa,

al mínimo movimiento que se produjera en la película

lo observaba y lo filmaba con la mirada

y para de nuevo envolverme en el mismo pensamiento

de todos los días...

van 5.401 días

y sigues desaparecida,

pero a la mañana siguiente

volvía a pensar...

 hoy puede que sea posible,

pues, ¿sabéis como acabó la película?

que él un día murió en ese mismo banco

y por supuesto, ella nunca apareció...

y colorín colorado éste cuento se ha acabado.

EN FIN...TODO ERA...





Y era día

y lo sé, porque no era noche,

yo te buscaba en el muelle,

el sol castigaba mis ojos y mis entrañas,

pero aún así alzaba la vista

porque seguramente llegarías por lo alto,


(como casi siempre llegabas)

y luciendo la mejor de tus sonrisas,

diciendo un ¡hola! atropellado

que pronto se convertiría en un fugaz y tierno beso,

y a partir de ahí,

todo a mi alrededor flotaba,

no sabes el poder que tenías,

tus palabras estaban untadas de magia,

tus besos eran de lava ardiente,

tu piel efervescente brillaba como un diamante,

tu cuello era el tobogán por donde se deslizarían mis besos,

tu espalda era de cuevas y vértigos,

tu aroma era de pétalos y flores, 

tu aliento era una bocanada de viento...

en fin...todo era...

MI MARCA









No es tarea mía decir

como se debe vivir,

no está dentro de mis normas ni anti normas,

primero, 

porque no soy un profeta al que hay que seguir

es más, desaconsejo que me sigan

y que si me ven pasar por la calle,

que me saluden si quieren,

yo con gusto, le devolveré el saludo...

pero mi consejo es

que sigan su camino

que yo seguiré el mío,

porque cada uno tiene su propia historia

y sus antecedentes penales

y cada uno tiene su marca

y mi marca es la marca del demonio

grabada a fuego lento y con una paciencia infinita.

EREMITAS CON WIFI (Constantino Molina Monteagudo)

Eremitas con Wi Fi



EREMITAS CON WIFI
escrito por Constantino Molina Monteagudo
11.10. 2018
Desde que existe el wifi se han multiplicado los escritores eremitas. Lo vemos día a día en las redes sociales. Allí —en Facebook y en Instagram— el escritor eremita comparte los dones de la soledad, del vivir alejado de la gran masa y de las conversaciones en sordina con la naturaleza. También hay algunos —los más aislados, que viven entre cabras y riscos— que echan mano del Tinder. Pero de Tinder y literatura no hablaré ahora, porque ese binomio da para un capítulo aparte.
Los eremitas con wifi comparten a diario sus paseos por el bosque, sus panorámicas desde la colina, sus barbechos helados, sus versos escritos en las hojas de las bungavillas, sus cabras subiendo el risco y la cueva desde la que se enfrentan —cargados de silencio— a la voz de la marabunta. Los eremitas con wifi nos muestran cómo amar la vida desde su escabeche de esencialismo, distanciamiento y su toque picantón de complacencia. También hay eremitas urbanos que viven en sótanos o en áticos —el eremita es un ser extremo y nunca vivirá en un primer, segundo o tercer piso— y desde allí nos muestran sus casas sin televisión, cargadas de libros y cachivaches del Rastro desde las que leen a Schopenhauer en las tardes de Barça-Madrid.
A mí me gusta ver sus fotos y leer sus reflexiones. Por lo general, los eremitas, son gente que sabe de la vida, que se entiende con ella y que mantiene cierta serenidad, excepto cuando el router de la cueva comienza a dar problemas, y la serenidad siempre es digna de apreciar. También me gusta pensar y darle a la imaginación. Y a veces me pongo a pensar e imaginar qué hubiera sido de Simón el Estilita,  Catalina de Cardona o de Emily Dickinson si hubieran conocido el wifi. Puede que Simón y Catalina, con sendas estrellas en el half of fame de los eremitas, hubiesen prescindido de sus ondas electrocomunicantes. Pero estoy seguro de que Emily se hubiera enganchado al Facebook y al Instragram. Simón y Catalina no escribían, no eran escritores, pero Emily no hacia otra cosa. Ella escribía y escribía, y los escritores son seres sociales por naturaleza. El escritor necesita de la gente, necesita ser leído para existir, busca el contacto, mendiga la comunicación, es un animal contra la intemperie.
Hoy la ciencia ha posibilitado que convertirse en un escritor eremita no sea ya una actividad de riesgo. Ahora el eremita puede despreciar a la masa mientras la busca desde una red social, puede encerrarse en su cueva mientras abre su escaparate virtual y se sabe observado, en contacto y comunicación, por un público. Con el wifi llegó la comunión entre lo huraño y lo social que la literatura ascética necesitaba. Ahora sí, en las pantallas de nuestros móviles y ordenadores, los vemos serenos y en paz, retribuidos con el aplauso unánime de los que valoramos su valentía eclesiástica frente a la soledad de los bosques.

Y CON LA DECISIÓN EN EL MISMO BOLSILLO






En los pasillos fríos de la duda

donde los pies se arrastran con sigilo, temor y 

miedo,

de repente creció la hierba,

quizá tuviera dudas la hierba,

pero la hierba crecía erguida y desafiante,

poco a poco fue cubriendo el frío suelo,

que se volvió cálido y amable,

sensible al viento y a los viejos ecos,

se hizo pasillo de claridad apabullante,

el que entraba por él y por una duda,

salía con la frente despejada

y seguro de si mismo,

con las ideas claras,

con el porte seguro,

y con la decisión en el mismo bolsillo.

JABONES (David Gonzalez)








Jabones

 



Pensad en ella:
una mina,
de unos treinta,
de ascendencia vasca,
iribarren:
fabrica
jabones
con agua de plata,
agua de lluvia,
esencias
y           una planta
que crece
sin que nadie la siembre:
fabrica
jabones
que luego vendemos
en el mercado de trueque,
porque no hay trabajo hace mucho tiempo
y           comer
es muy complicado:
un paquete de arroz
cuesta lo mismo
que un par de zapatos:
por eso todo el mundo quiere irse:
por eso y porque la represión policial es brutal:
así que pensad en ella:
pensad en Laura
la próxima vez
que os lavéis
las manos:
David González. De El amor ya no es contemporáneo + El amor sigue sin ser contemporáneo. En Qué será ser tú. Antología de poesía por la igualdad. Antólogas: Ana Pérez Cañamares y María Ángeles Maeso. Universidad de Sevilla, 2018.

CONSERVAR O FOGO (Begoña Abad)

Begoña Abad (Conservar o fogo)




Conservar el fuego desde que fue
inventado.
En eso consiste, cada día,
esta tarea de vivir.


Begoña Abad





Conservar o fogo
desde que foi inventado.
Nisso consiste, cada dia,
este encargo de viver.

(Trad. A.M.)

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LLUVIA (Ana Montojo)









LLUVIA

Imagina que llueve y es de noche, imagina
que vemos caer la lluvia tendidos en la cama
y entra un viento fresquito que acaricia
nuestros cuerpos rendidos y gozosos,
imagina
que estamos compartiendo el de después
y tú me dices sabes que lo dejé hace tiempo
y yo te doy envidia con mi humo. Imagina
que apago el cigarrillo
y miramos llover sin decir nada.
Puestos a imaginar, imaginemos
que llueve sin parar toda la noche.

LADRONA (Pedro M Martínez)

Ladrona


Fred Stonehouse-yes.no.maybe-


Soy una ladrona y estoy atenta.

En invierno desvalijo los chalets vacíos de las urbanizaciones de la costa. Microondas, televisores, pequeños electrodomésticos que puedo transportar sola y vender después. Casi nunca hay dinero, ni joyas, solo silencio y casas amuebladas con mal gusto. Y frío, hace mucho frío en esas casas.

Soy una ladrona y soy culta.

También robo libros, es difícil encontrar bibliotecas en estas segundas viviendas, como mucho hay algún best seller, novelitas de amor o del oeste, revistas del corazón, cosas así. Cuando encuentro algo interesante lo leo antes de venderlo en el mercado de la Ronda.

Soy una ladrona y estoy sorprendida.

En un adosado de los de ventanas azules, los últimos que construyeron junto a la playa del faro, entre otras cosas ayer encontré un ordenador portátil, un bello objeto tecnológico Estos aparatos se venden bien. Por curiosidad lo encendí y jugué con su teclado negro - una ha hecho cursillos de Word y Excel en el módulo y sabe- , rebusqué entre los programas, escogí fotografías. El dueño debía ser trabajador, el trasto estaba lleno de fotos de casas, de perros, de niños, de la costa al amanecer, por la tarde, las luces de la noche y un archivo: Ella. Lo abrí. Una foto. Era yo forzando una ventana, se me distinguía perfectamente. En otra rompiendo un cristal, tan cerca que se me veía el color de los ojos. Otra escalando un balcón, de espaldas. No entendía nada, había muchas más, ese cabrón me conocía, me había seguido muchos días. Me fui de allí, rápida, de vuelta a Barcelona tiré el ordenador al agua en el puerto.

Un coche se ha estacionado frente a mi casa y ahí está, lleva tres horas parado con las luces apagadas. Seguro que él sabe que estoy aquí. ¿Quién será?

Soy una ladrona y estoy asustada.

ZOLOFT (Pedro M Martínez)

Zoloft





Zoloft los martes, Paxil los miércoles, Remeron los viernes, psicofármacos como serpientes deslizándose por la enfermedad y los errores. Elogio de la ira. Un cuchillo cortando el azafrán y convirtiendo en una fiesta trágica la filosofía de lo imposible. El personaje que invento no entiende nada, sabe, como Dickinson, que una carta encierra la inmortalidad, porque es la mente sola, sin amigo corpóreo. Y escribe sobre lo que no pudo ser, sobre lo que no podrá ser. A veces alguien le entiende y le envía suspiros y claveles, orgasmos antiguos en cajitas de plata, testimonios desgarradores, revelaciones surcando su sosiego, gotas de sabiduría, un disco de los Byrds, un poema como una antorcha, la lengua de un ahogado, el infortunio manchando con un garfio los muslos de cristal de la Belleza. Pero aquí, dentro, no pasa nada…nuevo.

¡QUE ME DEN!

¡Que me den!

que me den morcillas

que me den por culo,

que me arranquen los ojos,

que me empalen en el palo mayor,

que mis tripas sirvan de bandera pirata,

que lo que dije aquél día

puede y debe pasar por una trituradora,

que de aquello no debe quedar nada

y cuando digo nada...¡es nada!

empiezo a sospechar que aquél día

me habían drogado con un hongo mágico,

que cuando te vi,

no eras tú

eras una alucinación deformada

que se había adueñado de tu cuerpo y cara,

el demonio estaba dentro de ti,

estaba criando y creciendo 

pero yo de aquellas, 

no lo quise ver...

si hubiera indagado un poco más,

si hubiera rascado en tu capa más superficial,

quizá hubiera visto,

tu cara de ángel,

tu cuerpo de sirena

y tu alma demoníaca.

NÉMESIS (Philip Roth)



El primer caso de polio de aquel verano se produjo a comienzos de junio, poco después del Día de los Caídos, en un barrio italiano pobre que estaba en el otro extremo de la población donde nosotros vivíamos.

**

-No soy médico, no soy científico. No sé por qué esta enfermedad ataca, ni creo que nadie lo sepa. Por eso todo el mundo trata de descubrir quién o qué es el culpable. Tratar de averiguar cuál es la causa para poder eliminarla.
-Pero ¿qué me dice de los italianos? ¡Tienen que haber sido los italianos!
-No, no, no creo tal cosa. Yo estaba allí cuando llegaron los italianos. No tuvieron ningún contacto con los niños. No fueron los italianos. Escuchen, no deben dejarse consumir por la preocupación ni por el temor. Lo importante es no infectar a los niños con el germen del temor. Vamos a superar esto, créame. Todos aportaremos nuestro granito de arena, mantendremos la calma y haremos todo lo que podamos para proteger a los niños, y saldremos de esto juntos.

**

El boletín de la polio, que también emitía a diario la emisora de radio local, mantenía a los ciudadanos de Newark al corriente del número y la localización de cada nuevo caso en la ciudad. Hasta ese momento del verano, lo que la gente oía o leía nunca era lo que esperaba –que la epidemia estaba remitiendo–, sino más bien que el número de casos nuevos había vuelto a aumentar el día anterior. El impacto de las cifras era, naturalmente, descorazonador, aterrador y fatigoso, pues no se trataba de los números impersonales que uno estaba acostumbrado a oír por la radio o a leer en el periódico, esos números que servían para localizar una casa o registrar la edad de una persona o establecer el precio de unos zapatos. Aquellos eran los números aterradores que reflejaban el progreso de la horrible enfermedad y que, en los dieciséis barrios de Newark, se correspondían, en impacto, con las cifras de los muertos, heridos y desaparecidos en la guerra de verdad. Porque aquella era también una guerra de verdad, una guerra de matanza, ruina, desolación y perdición, una guerra con los estragos de la guerra: una guerra contra los niños de Newark.

**

-Las cosas están mal, Eugene. La gente ha puesto el grito en el cielo. Están aterrados. Todo el mundo teme por sus hijos. Gracias a Dios que estás lejos. Los conductores de autobús de las líneas ocho y catorce no quieren ir a Weequahic a menos que les den mascarillas protectoras. Algunos no están dispuestos a ir de ninguna manera. Los carteros se niegan a llevar el correo. Los camioneros que transportan mercancías para los almacenes, las tiendas, las gasolineras, etcétera, tampoco quieren ir allá. Los forasteros pasan en coche con las ventanillas cerradas pese al calor que hace. Los antisemitas dicen que es por culpa de los judíos el que la polio se propague en esa zona. La culpa es de todos los judíos…, por eso Weequahic es el centro de la parálisis y por eso habría que aislar a los judíos. Se diría que algunos creen que la mejor manera de librarse de la epidemia de polio sería quemar Weequahic con todos los judíos dentro. Hay mucho resentimiento debido a las barbaridades que dice la gente a causa del miedo. Del miedo y del odio. Yo nací en la ciudad, y no había visto una cosa igual en toda mi vida. Es como si todo se viniera abajo.


[Debolsillo. Traducción de Jordi Fibla]

¡SEGUIRÁ LLOVIENDO!








Piensa que ahora llueve sobre mojado,

que llovió ayer

que llovió ésta noche

que seguirá lloviendo por mis adentros,

tengo goteras desde el día en que te vi,

de repente sonaron todos los truenos del cielo

y un relámpago acertó de lleno en mi tejado,

daños estructurales,

tejas destrozadas,

y un agujero negro se hizo en mi cerebro,

el agua fluía y se filtraba,

seguía lloviendo

y aquél pequeño riachuelo

se convirtió en un río,

ya no llovía...más bien diluviaba

y yo pedía socorro

y por estar con el agua al cuello...

piensa que llovía

y que ahora

llueve sobre mojado,

y dentro de mi 

no lo dudes...

¡seguirá lloviendo!.

ALGUNA GENTE HABLABA DE MI







Alguna gente hablaba de mi,

y entonces pensé

que aburrida debe estar

y al final pude comprobar, 

que era cierto

el aburrimiento convierte a la gente en mezquina

pero al mismo tiempo

la hace predecible

y sabes lo que piensan antes de que lo piensen,

claro que eso también te pasa con un mosquito,

sabes que te intentará picar sí o sí.

SÁBADO

Sábado, primer sábado después de mi cumpleaños que fue el día 5 de febrero y ese día el mundo tuvo la mala suerte de saber que en una esquin...