TIEMPOS DE PANDEMIA (Estaba muy cabreado)


 Sin comentarios ante tanto pasotismo de los responsables de la Sanidad...

porque llevamos una semana esperando a que digáis algo razonable.

Menuda panda de cuervos desaprensivos.

En Menorca estamos ante lo más alto de la pandemia,

pero hay algunos de estos jerifaltes de poca monta y poco pelo, que dirigen y por desgracia, este puto tinglado sanitario, dicen estar de vacaciones y piensan ellos, que porque se lo tienen merecido y con la que está cayendo, tienen su santos huevos bien puestos.

Por mi parte, les concedo una medalla de mierda seca y reseca y un cucurucho y para que no disimulen que son una panda de payasos en lo que ellos piensan que es su circo.

Pero señores, esto no es su circo y después de más de un año de lucha contra la pandemia, creo que nos merecíamos mucho más que esto...

Sois lo que no tiene nombre ni apellidos.

Menuda panda de impresentables.

Y no sé, pero podiáis haber dicho antes el como realmente sois y porque yo y seguro que otros, nos hubiéramos descolgado antes de estar en primera línea ante esta pandemia.

Y bueno y como podéis comprobar, a pesar de todo esto, yo seguí viviendo (estamos en el año 2.024).

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SI ME DEJARA LLEVAR...


Si me dejara llevar...
sería el mejor amigo de los ciclones,
jugaría al billar con todos los planetas
y de telón fondo pondría al universo entero,
de planeta preferido,
escogería a Júpiter,
y lo acompañaría de dos lunas...
una, saldría por el día
y la otra nacería de la noche más oscura.
Así culminaría mi faena creativa,
y al final y como hizo dios...
descansaría al séptimo día.



























YO TE DEBO LUNES


Yo te debo lunes,
pero también te debo martes y miércoles
y viernes y domingos...
Te debo días sin límite y sin fin,
días largos e intensos
días espasmódicos y melancólicos,
días tetánicos y libres de rabia,
días de azul marino y gris lluvia,
de sol adormecido en nubes de algodón azucarado,
días de negros nubarrones en el horizonte
mezclados con destellos claroscuros que se van acercando,
como tú y yo,
yo era el negro nubarrón
y tú en cambio eras ibas de blanco
y así fue hasta que vino una galerna de aire y fuego,
que arrasó todo lo construído con nuestras manos,
y ahora, solo queda su esqueleto
y como un homenaje a lo que pudo ser y al final, no fue.




























SE ABRE LA VEDA

Sí señores, se abre la veda, pero no para cazar pobres animalitos indefensos y tal y como les gusta a nuestros insaciables cazadores y a nuestro Rey (el que era Rey y ahora es Rey emérito por la gracia de dios y de su santa cara dura), sino para cazar políticos chorizos y capullos que se camuflan de buenas personas. El otro día vi una película deleznable e intragable, que era la que querían ver mis hijos y a mí me como buen padre que soy (mentira cochina), me tocó chuparla y enterita. Bueno, pues resulta que en EEUU año de 2020 o sea que queda poco (este escrito lleva fecha del 2.013), se vivía tranquilamente, sin violencia de ningún tipo, sin robos, ni asesinatos, ni matanzas de Texas, ni violaciones en masa, ni suicidios colectivos, ni nada de nada o sea violencia igual a cero patatero. Pero tenía su cosa el asunto y éste era, que un día al año se abría la veda y creo que era el día 4 de Julio (día de la independencia). Ese día dejaban despacharse al personal a su libre albedrío y ellos soltaban su agresividad más primaria, armándose hasta los dientes y saliendo posteriormente a la calle y dispuestos a liquidar a todo lo se meneaba. Claro que en esto también hay clases y lo más afectados por las matanzas eran los pobres y los indigentes, vamos, los que sobaban en la puta calle y porque no les quedaba otro remedio.
Y bueno el resto de la peli ya os la podéis imaginar. La cosa iba sobre ese siniestro día y como salían a la calle esos pirados armados hasta el paladar duro. Violencia a espuertas, como les gusta celebrar a algunos yanquis que abogan por poseer y utilizar armas. Pues yo planteo un día así en España y por ejemplo podía ser el 6 de octubre, el día de la hispanidad, para que los hispanos demostremos nuestra hombría latina y recordemos, nuestros antiguos tiempos cuando arrasábamos indígenas en América. Buff!! yo me pondría las botas y cogería dos cañones antiguos que hay en la plaza del pueblo, de esos que hay que meter una bola de hierro dentro y los arrastraría con unos caballos tan llenos de rabia como la que yo llevo encima. La idea que a mí me gusta mucho (mi idea ideal), es ir a la casa de todos los capullos que éste pueblo almacena y no sé...¡Y que no quede ninguno!. Pero creo que eso forma parte de un puto sueño.
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YO ESCOGÍ ÉSTE OFICIO

Yo escogí este oficio,
digo...el de ser médico...
lo de escribir... vino después,
mucho después,
fue tanto después...
que no me acuerdo del tiempo transcurrido,
sé que han pasado décadas y puede que siglos,
y yo era joven cuando estudié medicina
y ahora soy un viejo escribiendo lo mejor que puedo,
y digo lo mejor que puedo,
y no digo lo que me dejan,
pues hace tiempo que he pasado de imposiciones y leyes sin sentido,
yo prefiero los intercambios de lenguas
y el descubrir nuestras cuevas interiores,
yo soy de calidez extrema
y me gusta arrebujarme como un niño recién nacido,
me gusta la calidez de lo humano
y esos dedos que recorren mi espinazo
y que al llegar al borde de mi culo se quedan extasiados y
paralizados
y porque saben que han llegado al punto G
y me encanta retozarme al suave y tibio sol del invierno,
como un lagarto que busca calentar su cuerpo,
además me encanta de encaramarme a la roca más alta
y desde allí otear el horizonte,
me atraen las vistas lejanas y sin limitaciones,
como el rayo verde en una puesta de sol,
como tus ojos verdes en un día sin sol,
como los míos cuando el otoño se percibe.
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SE ME AGOLPA TODO

 

Se me agolpa todo,
y todo se me apelmaza.
Se me agolpan las cosas que veo,
y las que toco y las que siento.
Se me agolpan los recuerdos,
y se me mezclan con los sueños.
Se me agolpa tu cara, tus pechos,
tu risa, tus labios,
y al mismo tiempo...
se me agolpan paisajes, viejas fotos,
playas y ríos,
y todo se mezcla
y todo se convierte en una bomba de relojería
que al final...
acaba explotando de insoportable que se hace.
Se ma agolpa lo que siento,
y es tanto que no me cabe dentro,
se me agolpan los tres mares en los que he vivido
y se me agolpan sus aguas cristalinas,
y se me mezclan tus olores con los míos,
mientras mis oídos se llenan de zumbidos.
Se me agolpan mis mentiras,
y se me clavan como una flecha de cupido.
Se me agolpa tu mirada,
y el primer beso que nos dimos.
Se me agolpan tus caricias,
y como en ellas me envolvías.
Se me agolpan tus orgasmos
en las largas tardes de verano.
Se me agolpa el mar y su cadencia
y el viento con su agudo silbido.
Se me agolpan tantas cosas,
y todas tan distintas,
que temo y cada día lo temo más,
que mi cerebro reviente o estalle
como un barril de pólvora.
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LOS RASGOS


Ahora me levanté a mear y me vi durante un rato en el espejo y decidí que tengo que dejarme las patillas largas. No sé lo que hacer para endurecer mi cara, no sé si coger una navaja y hacerme una raja de lado a lado, pero mientras lo pienso, he decidido dejarme las patillas largas. No sé, pero con esta cara de bueno agilipollado que tengo, yo no puedo con ella, pues a mÍ me encantan las caras de los malos, las caras duras (no digo los caraduras), las caras de gesto hierático y mirada fría como el acero. En fin, que me gustan las caras con rasgos fuertes, de las que marcan e imponen carácter, aunque por dentro sean de gelatina. Y digo cara de bueno, por no decir cara de papahostias y haber si me entendéis bien, no hablo de belleza o de caras más o menos bonitas o feas, sino de rasgos endurecidos o de rasgos blandengües que están pidiendo media hostia.
Y eso es lo que me pasa, que sé que mi cara ya no hay quien la cambie, pero ni con la edad coje un pequeño toque de dureza acartonada, por lo menos que se viera una sombra de maldad y de tío perverso. Mi cara con la edad va cogiendo más arrugas y ojeras, pero el fondo de mi cara es el mismo que antes, solo que ahora tiene ese tamiz de roble envejecido, pero por desgracia, rezumo cara de buena persona. Y eso me toca y mucho las pelotas, pues enseguida la gente coje confianzas y se me hacen los graciosillos. Claro que las confianzas no le duran mucho, pues con dos palabras bien dichas, ya tienen que dar marcha atrás en sus confianzas. Pero a mí me gustaría no tener que hacer ni el mínimo esfuerzo para marcar mi territorio, me gustaría que con una sóla mirada, las personas dijeran: ¡'Cuidado, que este tío muerde!.
Aunque es verdad que a veces hay gente que me dice que tengo cara de tío serio. Bueno la seriedad es una cosa, que por cierto no me disgusta, pues la seriedad marca cierta distancia, pero sigue sin ser cara de malo de película. Porque para mí lo ideal sería eso, cara de malo, de duro, de serio, de perverso y de malintencionado. De todo esto y al parecer sólo se me concede lo de serio y la verdad es que no llego a comprenderlo, que se me vea solo serio y porque además, soy todo lo contrario y me paso el día riendo y diciendo una tontería tras otra (soy más bien, un puto payaso). Pero en fin, me gusta más el humor inglés, o sea el humor serio. Quizá por eso se me vea cara de serio. Quizá. Y lo de la raja en la cara lo seguiré valorando, tengo que analizar bien las fuerzas de tensión de mi musculatura facial, para que mi cara quede un poco mejor que la de la duquesa de Alba, por lo menos.

























DE MIS TIEMPOS (María Elena Walsh)


En mis tiempos había tiempo.
Recuerdo bien que por ejemplo
la higuera derramaba esparcimiento
y una rosa nos duraba
mucho más que cualquier empleo.
Por otra parte las siestas
se pedían prestadas a la muerte.
Quizás el tiempo era como las frutas,
se regalaba a los vecinos
después de verlo madurar.
Se compartía en las veredas,
entre abanicos y señores
de sosegada camiseta,
mientras parsimoniosamente
iban escobas y venían
amontonándolo como importante.
Y la eternidad, sentadita
en su silla de paja, porque sí.
Es que era siempre tan temprano
y tan segura la abundancia,
la inundación de treguas oportunas,
que se guardaba el tiempo en los sombreros
y un día se lo derrochaba todo
en un solo saludo, saludando.
Uno viajaba en libro a todas partes
y visitaba diferentes ocios:
el de al lado, el de enfrente, el de las tías.
No se había inventado
el maleficio de la prisa, no.
De ninguna manera. Los espejos
esperaban de sobra
que uno peinara su pausado pelo,
que uno se terminara de encontrar.
El tiempo era un perfume y no venía
nadie a medirlo ni guardarlo en cajas.
Los trenes todo lo que hacían
era aludirlo en los horarios.
Se podía llorar a gusto
porque eran lentos los rincones,
o quizás porque había aún macetas
donde depositar una lágrima
sin que las flores se opusieran.
O porque la llovizna hablaba
en un idioma sin resentimiento.
Todos usaban tiempo y lo perdíamos,
cómplices de su lujosa concurrencia,
y hasta el hastío
era un modo de ser de los balcones
que enternecía delicadamente.
Creo que todavía queda un poco
de tiempo verdadero, pero lejos.
Pero muy lejos, en algunos patios,
refugiado en aljibes.
Se queda todavía en niños solos
que reinan sobre umbrales
y en la lustrada majestad del gato.
Supongo, ya no sé, nada sabemos.
Tiempo sin ser castigo.
Yo llegué a conocerlo: está enterrado
en lo más vivo de mi corazón.
Después vinieron los Relojes


































EL RESUMEN DE TODO LO NUESTRO

 

Yo, 

nunca te pregunté nada

acepté lo que había

y no alteré mi tono

ni torcí los labios

ni crucé los dedos.

Tú caíste ante mí de repente

tropecé con tu boca

me aferré a tu cintura

y así, 

juntos emprendimos el vuelo

vuelo corto y tan corto

una mañana despegamos

y aterrizamos a la puesta de sol

corto pero intenso

intensamente bueno, cálido,

glamuroso y tierno.

Al día siguiente

eras agua pasada que había movido molinos.

Y así es el resumen de todo lo nuestro.


















ME ABURRO POR AQUÍ, ME ABURRO POR ALLÁ...

  Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...