Hoy viendo el contenido de mis escritos, creo que podía dar unas clases magistrales en la Universidad de Ohio sobre el tema "La influencia de la luna en las relaciones interpersonales". Dada por el insigne doctor y profesor, Bruno Lamoso, que posee su cátedra en la Universidad de la Vida, sita en la isla de Menorca (Spain). Y bueno, venga a largar sobre el tema y con grandes circunloquios ganarme los aplausos de mi querido público, al que amo tanto.
Pero yo in vivo y coleando no soy el mismo, pero no porque me corte, es porque me despisto viendo algunas caras entre la audiencia. Necesito focos que apunten a mi cara, para quedarme ciego y así no poder mirar a nadie a su puta cara. Tendría que refinar mi lenguaje y apartar los tacos de mi vocabulario, que a veces es demasiado soez y guarro. Y bueno, hacerme un curso de internet sobre los buenos modales y otro, de como mover los brazos con los cambios de las entonaciones.

Que no es el tema, el de agarrarse a la mesa y el no soltarla en toda la conferencia. Hay que mover manos, brazos y cuerpo y tal y como si fuera el baile del vientre. También tengo saber el como estar sentado y el levantarme sólo cuando lo requiere la situación. Y al final, tengo que aprender a levantarme con parsimonia y hacer la genuflexión a mi público y volverla hacer al cabo de un rato y el público de pie aplaudiendo y yo todo vanidoso y lleno de orgullo y apunto de correrme ante mi público. Lo dicho, tengo que aprender a morderme la lengua. ¡Coño!.